jueves, 20 de octubre de 2016

TOPO Heterocephalus glaber INMUNE AL DOLOR

INMUNE AL DOLOR, INVESTIGADORES DESCUBREN SU PEQUEÑO SECRETO
La rata topo desnuda es inmune al dolor, un equipo de investigadores revela los mecanismos que
permiten esta virtud. | Archivo
La rata topo desnuda es inmune al dolor, un equipo de investigadores revela los mecanismos que permiten esta virtud. | Archivo
La rata topo desnuda (Heterocephalus glaber) es una roedor singular. No tiene pelo porque vive en túneles subterráneos que excava en las sabanas del este de África (Etiopía, Somalia y Kenia), en un ambiente bastante "caldeado", en la oscuridad y con poca concentración de oxígeno.
Este roedor ha resultado una joya científica por su extrema longevidad, pues vive 10 veces más que un ratón y ni siquiera desarrolla cáncer.
Hoy, un estudio profundiza sobre otro de los atributos conocidos de la rata topo desnuda: su aparente insensibilidad al dolor. Estudios anteriores habían descubierto que estos animales parecen ajenos a quemaduras por ácido que harían saltar de dolor a muchos otros mamíferos, lo que parece una adaptación a los túneles en los que habitan, extremadamente ácidos por la concentración de dióxido
de carbono.
Investigadores del centro Max-Delbruck de Medicina Molecular de Berlín creen haber averiguado por qué estos roedores son resistentes al dolor. Su trabajo se publica en la revista Cell Reports.
Los investigadores descifraron el mecanismo molecular que impide que el cerebro de estos animales se entere de que están mordisqueando una guindilla o que se han sumergido en agua demasiado caliente con una quemadura en la piel. Algo que para la mayoría de los mortales serían experiencias sumamente desagradables o hiperalgesias.
"Creemos que la evolución ha seleccionado para esto un truco muy sutil que consisten en hacer que la señal del dolor se vuelva parcialmente no funcional, pero no totalmente, sino sólo suficiente para que no se convierta en un peligro para el animal", explica el autor principal Gary R. Lewin.
Habitualmente, en respuesta a las altas temperaturas y la inflamación, una molécula llamada factor de crecimiento nervioso (NGF, por sus siglas en inglés) inicia una cascada de señales en las neuronas sensoriales que permiten al cerebro registrar el dolor.
Mediante una docena de experimentos cuidadosamente diseñados, Lewin y sus colegas encontraron que lo que diferencia a la rata topo desnuda de otros animales a la hora de sentir el dolor es un pequeño cambio en la primera etapa de esa cadena de alerta, que comienza en un canal celular llamado TRPV1 .
Para averiguarlo intercambiaron estos canales o compuertas, entre las células de ratón y rata topo. Y después de muchas pruebas y comprobaciones que incluyeron a otros 26 mamíferos, dieron con una especie de interruptor, que la rata topo tenía modificado. La "sutil" modificación consistía en el cambio de uno de los tres aminoácidos que dan forma a una parte de la molécula TrkA, un receptor que interviene en la cadena de sensibilización al dolor.
"A pesar de que la versión del receptor TrkA de la rata topo desnuda es casi idéntica a la de un ratón o una rata, ese pequeño cambio tiene un efecto muy importante sobre la capacidad del animal para sentir dolor", explica Lewin. Ese pequeño cambio en el receptor TrkA de la rata topo desnuda no le hace disfuncional, sino sólo hipofuncional. De hecho, la rata topo desnuda puede responder al dolor, pero a intensidades 10 veces superiores a lo normal.
Este trabajo encontró que las ratas topo desnudas nacen con más o menos la misma sensibilidad al dolor que los ratones recién nacidos, pero la van perdiendo en la edad adulta, y el motivo está en que los "sensores del dolor" se reducen a la tercera parte, en comparación con cualquier otro mamífero.
"La evolución puede haber seleccionado un receptor TrkA que funciona lo suficientemente bien como para que los animales se desarrollen durante el proceso embrionario, pero deja los adultos con un menor número de receptores nerviosos y parcialmente libre de dolor".
Esta característica, sentir menos el dolor, es muy útil en la vida de las ratas topo desnudas: "La pérdida de la hiperalgesia térmica podría ayudarlas a sobrevivir en sus concurridas colonias subterráneas, con muchos individuos, donde el contacto cercano puede ser incómodamente caliente y la hiperalgesia térmica puede no ser útil en un entorno tan cálido".
Es posible que la pérdida de receptores sensoriales en la edad adulta puede ayudar a los animales a conservar energía, razonan los investigadores. Y es que estos peculiares roedores viven en las regiones desérticas bajo tierra y tienen que trabajar duro para conseguir su comida. Por eso, su tasa metabólica es más baja que la de cualquier mamífero. "La evolución ha inactivado todo lo que no sea absolutamente necesario para sobrevivir, incluyendo los receptores nerviosos adicionales".

Aunque estos roedores probablemente nunca van a ganar un concurso de belleza, las ratas topo desnudas fueron elegidas en 2013 por la revista Science como vertebrado del año, precisamente porque dos estudios habían encontrado pistas sobre por qué la rata topo desnuda puede vivir 30 años libre de cáncer. TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA 

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