INMUNE AL DOLOR, INVESTIGADORES DESCUBREN SU PEQUEÑO SECRETO
La rata topo desnuda es inmune al dolor, un equipo de
investigadores revela los mecanismos que
permiten esta virtud. | Archivo
La rata topo desnuda es inmune al dolor, un equipo de
investigadores revela los mecanismos que permiten esta virtud. | Archivo
La rata topo desnuda (Heterocephalus glaber) es una roedor
singular. No tiene pelo porque vive en túneles subterráneos que excava en las
sabanas del este de África (Etiopía, Somalia y Kenia), en un ambiente bastante
"caldeado", en la oscuridad y con poca concentración de oxígeno.
Este roedor ha resultado una joya científica por su extrema
longevidad, pues vive 10 veces más que un ratón y ni siquiera desarrolla
cáncer.
Hoy, un estudio profundiza sobre otro de los atributos
conocidos de la rata topo desnuda: su aparente insensibilidad al dolor.
Estudios anteriores habían descubierto que estos animales parecen ajenos a
quemaduras por ácido que harían saltar de dolor a muchos otros mamíferos, lo
que parece una adaptación a los túneles en los que habitan, extremadamente
ácidos por la concentración de dióxido
de carbono.
Investigadores del centro Max-Delbruck de Medicina Molecular
de Berlín creen haber averiguado por qué estos roedores son resistentes al
dolor. Su trabajo se publica en la revista Cell Reports.
Los investigadores descifraron el mecanismo molecular que
impide que el cerebro de estos animales se entere de que están mordisqueando
una guindilla o que se han sumergido en agua demasiado caliente con una
quemadura en la piel. Algo que para la mayoría de los mortales serían
experiencias sumamente desagradables o hiperalgesias.
"Creemos que la evolución ha seleccionado para esto un
truco muy sutil que consisten en hacer que la señal del dolor se vuelva
parcialmente no funcional, pero no totalmente, sino sólo suficiente para que no
se convierta en un peligro para el animal", explica el autor principal
Gary R. Lewin.
Habitualmente, en respuesta a las altas temperaturas y la
inflamación, una molécula llamada factor de crecimiento nervioso (NGF, por sus
siglas en inglés) inicia una cascada de señales en las neuronas sensoriales que
permiten al cerebro registrar el dolor.
Mediante una docena de experimentos cuidadosamente
diseñados, Lewin y sus colegas encontraron que lo que diferencia a la rata topo
desnuda de otros animales a la hora de sentir el dolor es un pequeño cambio en
la primera etapa de esa cadena de alerta, que comienza en un canal celular
llamado TRPV1 .
Para averiguarlo intercambiaron estos canales o compuertas,
entre las células de ratón y rata topo. Y después de muchas pruebas y
comprobaciones que incluyeron a otros 26 mamíferos, dieron con una especie de
interruptor, que la rata topo tenía modificado. La "sutil" modificación
consistía en el cambio de uno de los tres aminoácidos que dan forma a una parte
de la molécula TrkA, un receptor que interviene en la cadena de sensibilización
al dolor.
"A pesar de que la versión del receptor TrkA de la rata
topo desnuda es casi idéntica a la de un ratón o una rata, ese pequeño cambio
tiene un efecto muy importante sobre la capacidad del animal para sentir
dolor", explica Lewin. Ese pequeño cambio en el receptor TrkA de la rata
topo desnuda no le hace disfuncional, sino sólo hipofuncional. De hecho, la
rata topo desnuda puede responder al dolor, pero a intensidades 10 veces
superiores a lo normal.
Este trabajo encontró que las ratas topo desnudas nacen con
más o menos la misma sensibilidad al dolor que los ratones recién nacidos, pero
la van perdiendo en la edad adulta, y el motivo está en que los "sensores
del dolor" se reducen a la tercera parte, en comparación con cualquier
otro mamífero.
"La evolución puede haber seleccionado un receptor TrkA
que funciona lo suficientemente bien como para que los animales se desarrollen
durante el proceso embrionario, pero deja los adultos con un menor número de
receptores nerviosos y parcialmente libre de dolor".
Esta característica, sentir menos el dolor, es muy útil en
la vida de las ratas topo desnudas: "La pérdida de la hiperalgesia térmica
podría ayudarlas a sobrevivir en sus concurridas colonias subterráneas, con
muchos individuos, donde el contacto cercano puede ser incómodamente caliente y
la hiperalgesia térmica puede no ser útil en un entorno tan cálido".
Es posible que la pérdida de receptores sensoriales en la
edad adulta puede ayudar a los animales a conservar energía, razonan los
investigadores. Y es que estos peculiares roedores viven en las regiones
desérticas bajo tierra y tienen que trabajar duro para conseguir su comida. Por
eso, su tasa metabólica es más baja que la de cualquier mamífero. "La
evolución ha inactivado todo lo que no sea absolutamente necesario para
sobrevivir, incluyendo los receptores nerviosos adicionales".
Aunque estos roedores probablemente nunca van a ganar un
concurso de belleza, las ratas topo desnudas fueron elegidas en 2013 por la
revista Science como vertebrado del año, precisamente porque dos estudios
habían encontrado pistas sobre por qué la rata topo desnuda puede vivir 30 años
libre de cáncer. TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
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