martes, 7 de febrero de 2017

CENTENARIO DE LA CONSTITUCIÓN DE MÉXICO

 Constitución real, igual a intereses y ‘factores reales de poder’
Por Héctor Melesio Cuén Ojeda
Conmemoraremos el centenario de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, lo que trajo a la memoria una pequeña, pero magnífica obra de Ferdinand Lasalle, que lleva por título: ¿Qué es una Constitución?
Se trata de una compilación de varias conferencias dictadas en Berlín, Alemania en abril de 1862. No obstante que hace casi 165 años de las citadas conferencias, sus reflexiones se encuentran aún vigentes, especialmente la conclusión a la que llega Lasalle respecto de lo que es una Constitución.
En dicha obra, expresa el citado autor, que una Constitución son los “factores reales de poder”, implícitos en ellos, agregaríamos, diversos intereses condensados y fundados en la diversa obra maestra llamada El Capital de dos íconos de la filosofía, el materialismo histórico y la dialéctica: Carlos Marx y Federico Engels, cuyo contenido rebasa el propósito de esta colaboración que centraremos en el Centenario de nuestra Ley Fundamental, en función del ser y el deber ser.
El primero, es decir el ser, visto específicamente en función de la Carta Magna, en los hechos, observamos que ésta es únicamente el anhelo o aspiración del pueblo plasmado en dicho documento. Mientras que el deber ser, por su parte, es ese anhelo, pero convertido en realidad a la que la ciudadanía aspira y quiere llegar legítima e idealmente. Sólo que hay una enorme brecha que separa a esos dos elementos –el ser y el deber ser–.
Los que impiden en nuestro concepto unir esas dos líneas paralelas, o hacerlas cuando menos más angostas o menos separadas, son precisamente los factores reales de poder de los que habló Lasalle en las citadas conferencias, condensadas en la obra de referencia que este servidor leyó con atención hace alrededor de tres décadas, y que nos trajo a la memoria su contenido esencial en el formidable marco conmemorativo del Centenario de nuestra Carta Magna; agregándole de nuestra parte, de manera modesta, que también es la suma de intereses que convergen en dichos “factores reales de poder”.
Ambos son los que prevalecen en las decisiones fundamentales y no la letra de la Ley Suprema de la Unión.
En esta se condensa la historia patria y de entrega de sus líderes que ofrendaron su vida en las luchas independentistas, reformistas y revolucionarias de México.
Es decir, las tres principales etapas que ha vivido nuestra nación hasta el día hoy.
Sin embargo, la ciudadanía en todo México, y por supuesto en Sinaloa, hoy se encuentra harta y muy agraviada de tanta injusticia acumulada ante infinidad de actos arbitrarios.
Muy distinto a los discursos oficiales cotidianos, como los que se leerán mañana en el marco conmemorativo de dicho Centenario por todas las autoridades del país.
En ellos, seguramente se escucharán algunos anhelos del Constituyente originario, cuyos trabajos formales iniciaron el 1° de diciembre de 1916 y que culminaron la noche del 31 de enero de 1917, con la firma del documento histórico que ocupa estas brevísimas reflexiones, formuladas a la luz de la obra de Lasalle, pero también extraídas de nuestras convicciones sociales y humanitarias.
Ambas convicciones, así el espíritu del Constituyente de 1916-1917, quedaron claramente plasmadas en los documentos básicos del Partido Sinaloense, cuyos programas de acción los llevamos a la práctica de manera concreta y cotidiana, a través de muy diversos y programas que realizamos en las colonias y las comunidades de la zona rural de Sinaloa.
Finalmente, y para concluir estas reflexiones, hemos observado que se han suscitado alrededor de 690 modificaciones a nuestra vigente Carta Magna. Algunas de las cuales han sido de fondo, y constituyen a nuestro juicio pasos hacia atrás; como por ejemplo, entre otros, el realizado al artículo 27, el cual versa sobre la tenencia de la tierra, y de los bienes propiedad de la nación, como es el petróleo, cuya explotación ahora puede ser concesionado a las compañías de las empresas extranjeras.

En este último punto, el grupo parlamentario del Partido Sinaloense, partido que me honro en presidir en la entidad, realizó una encuesta en las plazas pública de todos los municipios de Sinaloa, y el resultado de la misma, en la LXI Legislatura, como parte integrante del Constituyente Permanente en las misma, dicho grupo parlamentario votamos en contra de la referida reforma a la citada disposición constitucional el año 2013, porque tal reforma, finalmente advertimos desde ese tiempo, que iba en contra de nuestro nacionalismo. Resultado de ello, los recientes “gasolinazos” que han irritado a todo el pueblo de México. TOMADO DE ENVIO DEL PAS 

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