Gobierno busca alternativa
energética fuera de Argentina
Por descalificación de Electroingeniería se esperan eventuales
represalias del gobierno K
El Observador Foto Leonardo
Luzzi
En medio de un relacionamiento complicado con Argentina, el presidente
José Mujica se mostró preocupado por la cantidad de energía que Uruguay compra
al vecino país y por los precios que se paga para conseguirla. El tema fue
abordado por el mandatario con jerarcas del Ministerio de Industria y de UTE,
que trazaron un plan para depender cada vez menos de Argentina, dijeron a El
Observador fuentes oficiales.
Por eso el directorio de UTE aprobó un nuevo “proceso competitivo” que
se lanzará esta semana para alquilar más máquinas generadoras, sistema que se
utilizó este año en un invierno de baja hidraulicidad, que elevó los costos de
la empresa estatal.
La idea de alquilar equipos generadores, según supo El Observador, fue
del gerente general de UTE, Carlos Pombo, y en los hechos probó que el
arrendamiento es más económico que comprarle a Argentina.
Una fuente gubernamental dijo a El Observador que Mujica habló de tener
“un as en la manga” y empezar a cortar con la necesidad de comprarle a
Argentina un bien que no le sobra. La idea presidencial surgió en previsión de
una eventual reacción que pueda llegar desde el gobierno de Cristina Fernández
de Kirchner ante la descalificación de la empresa Electroingeniería en la
licitación de UTE para instalar una planta de generación de ciclo combinado en
Punta del Tigre.
Esa licitación, la más grande del país, por US$ 529 millones, fue
ganada por Hyundai y la obra comenzará una vez que se expida el Tribunal de
Cuentas, lo que se espera para los próximos días, según comentó a El Observador
el presidente del ente, Gonzalo Casaravilla, con motivo de celebrarse los 100
años de la compañía.
Sin embargo, otros jerarcas del gobierno no ven lo de Electroingeniería
como un “inconveniente mayúsculo” porque “perdió la licitación en buena ley” y
aseguraran que así lo aceptó la Secretaría de Energía de Argentina, aunque
reconocen que en la relación general con el vecino país es un elemento
conflictivo.
Argentina y Uruguay tienen
varios puntos pendientes de resolución, como el dragado del canal Martín García
en el Río de la Plata, las trabas a las importaciones y el cepo cambiario que
complica a inversionistas y a los que piensan veranear en las playas uruguayas.
De todos modos en el gobierno
siempre recuerdan que hasta en el peor momento del relacionamiento entre los
presidentes Tabaré Vázquez y Néstor Kirchner por los puentes cortados, el
vínculo en materia energética funcionó bien.
La experiencia muestra que en los últimos 30 años se confió que el gas
llegaría desde Argentina y eso falló; también se pensó que la integración
aseguraría precios más competitivos y eso tampoco se pudo lograr.
“Alquilar asegura estar cubiertos ante cualquier contingencia, ya sea
una decisión administrativa de Argentina o un nuevo invierno seco que afecte
las represas”, dijo un gerente de UTE.
En el último invierno el arrendamiento de máquinas permitió generar
hasta 200 megavatios (MW/h) y el nuevo llamado será por una cantidad similar.
Con esos 400 megavatios asegurados, prácticamente no habrá necesidad de
comprarle a Argentina.
Con ese país también está el problema de los precios. Técnicos de UTE
explicaron a El Observador que el precio de las compras internacionales de
energía se pacta en lo que se conoce como mercado spot, que significa comprar
al precio más alto a que se esté generando el megavatio. Argentina produce
mucho más caro en materia de generación y cuando Uruguay necesita comprar
incluye en su parque a máquinas obsoletas –según creen en UTE– lo que elevan
considerablemente los costos (a US$ 400 el MW/h), casi duplicando al de las
máquinas modernas. Sin embargo, la falta de energía en la región obliga a
Uruguay a tener que aceptar esos valores para atender a una demanda creciente.
Pero Argentina también depende de Uruguay y muestra de ello fue que en 2010, la
mitad del consumo energético de Uruguay fue vendido a Argentina, que incluso
tuvo apagones por no poder satisfacer su demanda.
En este escenario, Mujica, prefiere “estar vigilante” y tener
alternativas para enfrentar un próximo invierno sin sobresaltos en lo
energético y sin depender de Argentina.
Tomado de el Observador de Uruguay
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