Mensaje marcado lunes, 5 de noviembre de 2012 9:00 Semillas en peligro
Esther Vivas
Gourmet's
“Grano que en diversas formas
produce las plantas y que al caer o ser sembrado produce nuevas plantas de la
misma especie”. De este modo, la Real Academia Española define la palabra
“semilla”. Pero, en realidad, una “semilla” es mucho más. La semilla es el
primer paso a la vida, al fruto, al alimento. Aunque, a pesar del papel central
que juegan en la agricultura, hoy muchas semillas se encuentran en peligro de
extinción.
Si a lo largo de 12.000 años de agricultura, se manejaron unas 7.000
especies de plantas y miles de razas de animales para la alimentación; en la
actualidad, según datos del Convenio sobre Diversidad Biológica, sólo quince
variedades de cultivos y ocho de animales representan el 90% de nuestra comida.
Esta pérdida de agrodiversidad no sólo tiene negativas consecuencias
ecológicas sino que implica la desaparición de saberes, principios nutritivos y
conocimientos gastronómicos y amenaza nuestra seguridad alimentaria al depender
de unos pocos cultivos.
La globalización alimentaria, en su camino por mercantilizar y hacer
negocio con los alimentos, ha contribuido, en muy pocos años, a la desaparición
de cientos de variedades agrícolas y ganaderas. Y ha primado aquellas que mejor
se adaptaban a las necesidades del mercado: ser trasladadas largas distancias,
que requerían de menos cuidados, buena apariencia, más productivas, etc.
La agricultura industrial e intensiva, a partir de la Revolución Verde,
en los años 60/70, con el teórico fin de mejorar y modernizar la producción
agrícola y alimentaria, acabó imponiendo semillas industriales, desacreditando
las semillas campesinas y privatizando su uso. Mediante la firma de contratos,
el campesinado pasó a depender de la compra anual de semillas, sin posibilidad
de poder guardarlas después de la cosecha y plantarlas la siguiente temporada.
Las semillas, que representaban un bien común, fueron privatizadas,
patentadas y, en definitiva, “secuestradas”. Y actualmente el mercado mundial
de semillas está extremadamente monopolizado: diez empresas controlan el 70%
del mismo.
“Somos víctimas de una guerra por el control de las semillas. Y el
resultado de esta guerra será determinante para el futuro de la humanidad,
porque de las semillas dependemos todos y todas para nuestra alimentación
cotidiana” afirmaba el movimiento internacional de La Vía Campesina. Tomemos
nota.
*Esther Vivas es coautora del libro ‘Del campo al plato. Los circuitos
de producción y distribución de alimentos’.
**Artículo publicado en El Periódico Gourmet's
Tomado de envío en red foroba
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