Escrito por Denis
H. Meléndez Aguirre
El Día Mundial
del Medio Ambiente tiene como lema este año Piensa. Aliméntate. Ahorra,
una campaña para de reducir los desechos y las pérdidas de alimentos.
Según FAO, cada
año se desperdician 1,3 billones de toneladas de comida. Esta cifra equivale a
la producción alimentaria de todo el África Subsahariana.
Al mismo tiempo,
una de cada siete personas del planeta se va a la cama hambrienta y más de
20.000 niños de menos de 5 años mueren de hambre cada día.
Teniendo en
cuenta este enorme desequilibrio y los efectos devastadores que esto tiene para
el medio ambiente, el tema de este año,
Piensa.Aliméntate.Ahorra,
pretende dar a conocer el impacto que tienen nuestras decisiones alimentarias y
cómo tomarlas 100% informados.
Actualmente,
nuestro planeta trata de ofrecer los recursos necesarios para sus 7 billones de
habitantes (9 millones en 2050), sin embargo, FAO estima que un tercio de la
producción alimentaria se pierde o es desechada.
Este hecho es
altamente perjudicial para las fuentes naturales de recursos y genera
consecuencias negativas en el medio que nos rodea.
La campaña
Piensa.Aliméntate.
Ahorra quiere
animarte a actuar. Quiere que seas testigo de cómo ciertas decisiones reducen
el volumen de desechos, ahorran dinero y disminuyen el impacto medio ambiental
de la producción de alimentos.
Si desperdiciamos
comida, significa que todos los recursos empleados para producirla también lo
son.
Así por ejemplo,
producir un litro de leche supone gastar 1.000 litros de agua o producir una
hamburguesa 16.000 litros...
Todas esas
emisiones de gas durante el proceso habrán sido en balde si desechamos
alimentos.
De hecho, la
producción global de alimentos ocupa un 25% de la superficie habitable, un 70%
de consumo de agua, un 80% de deforestación y un 30% de gases.
Es, por tanto,
uno de las actividades que más afectan a la pérdida de biodiversidad y a los
cambios en el uso del suelo.
Pero, ¿qué
significa tomar decisiones informadas? Elegir aquellos alimentos cuyo impacto
al medio ambiente es menor, es el caso de la comida orgánica en la que apenas
se usan productos químicos.
O adquirir
productos en mercados locales en los que se sabe que no ha sido necesario el
transporte y por tanto, no han supuesto tantas emisiones de gas.
En definitiva, se
trata de que pienses antes de alimentarte y así ahorres
para proteger el medio ambiente.
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