Incontrolables
vertederos clandestinos
Por Alejandra Rojas
Indignación se nota en las crónicas ciudadanas recogidas en
los últimos días respecto a la desidia de las autoridades en lo que a
recolección de basura se refiere.
foto Carritero arrojando basura en el vertedero denunciado. /
Gentileza
Denunciantes desde diversos puntos de la zona metropolitana
realizaron durante las últimas semanas quejas referentes al descontento con la
gestión de las autoridades en lo que a aseo urbano
se refiere.
Uno de los casos fue el de un hombre residente en el barrio
Reducto de San Lorenzo, cuyo domicilio se encuentra a unas cuadras del Hospital
Pediátrico Acosta Ñu.
Esta persona expresaba su preocupación por la presencia de
un gran vertedero clandestino en un patio baldío ubicado justo
frente a su residencia, generado por carriteros que trabajan de forma ilegal en
la zona. La situación de marginalidad predominante en el lugar motivó que el
mismo haya preferido mantener el anonimato, según dijo.
Informaba que el basural facilitaba la proliferación de
alimañas y, por supuesto, de criaderos de mosquitos.
“Es preocupante, porque un vecino ya murió por dengue
hemorrágico”, sostuvo.
Al ser consultado sobre el tema, el intendente municipal de
San Lorenzo, Albino Ferrer, reconocía la gran cantidad de vertederos existentes
en la ciudad y la imposibilidad de control de estas personas que comercializan
ilegalmente con las basuras, cobrando sumas irrisorias e imposibilitando así
también el trabajo de la empresa autorizada para llevar a cabo el trabajo.
Además, refirió que no sólo en este, sino también en muchos
otros barrios de la ciudad, predominan este tipo de prácticas.
Explicó que, por este mismo motivo, los camiones de
recolección de la Municipalidad deben acudir a estos lugares para recolectar la
basura, obligados por la situación y teniendo una empresa tercerizada que debe
encargarse de la recolección propiamente dicha.
Por su parte, Miguel Marín, director de Ecoresa,
concesionaria encargada de la recolección de basura en la ciudad universitaria,
informó que desde que asumieron dicho trabajo -en julio de 2013- pudieron sacar
de circulación a ocho empresas clandestinas que se dedicaban al rubro. Esto,
sin contar a los carriteros, aclaró.
El fenómeno de los carriteros se da, dijo, por el precio
menor que cobran estas personas para deshacerse de las basuras.
“Ellos no pagan combustible, no pagan sueldo y tiran la
basura a la vuelta de la esquina”, sostuvo.
En Reducto, los carriteros cobran G. 5.000 cada vez que
realizan el trabajo. Ecoresa, por su parte, cobra G. 30.000 mensuales y realiza
los trabajos dos veces a la semana. En ese sentido, añadió: “Yo no puedo
competir hoy día con el carritero; imposible”.
Reconoció, por otro lado, que con anterioridad los
ciudadanos se veían obligados a recurrir a este tipo de servicios, debido a que
la recolección no llegaba a ciertos lugares, ya sea por condiciones viales u
otro tipo de situaciones.
SIN CONTROL
El empresario sostuvo que sin la intervención de las
autoridades ambientales -específicamente el Ministerio Público- se torna
difícil lograr la erradicación de este tipo de prácticas, debido a que no se
cuenta con un organismo con poder coercitivo para obligar a estas personas a
“tomar en serio” las prohibiciones.
En este tipo de casos se torna ineludible la responsabilidad
de las autoridades en la falta de políticas efectivas que desalienten este tipo
de actividades ilegales; sin embargo, los ciudadanos tienen una cuota de
responsabilidad en este tipo de prácticas.
Marín sugería que los ciudadanos, al pagar esa suma de
dinero a estas personas, son los que permiten de una u otra manera la creación
de este tipo de vertederos, que son una realidad no sólo en San Lorenzo, sino
prácticamente en todo el país.
“El carritero existe porque el frentista le da la basura. Si
el frentista no le da la basura, el carritero se va a dedicar a cualquier otra
cosa”, sentenció.
Sin embargo, la fiscal del ambiente Cynthia Lovera indicó que
resulta raro que las autoridades municipales tomen una postura conformista,
debido a que la ley orgánica municipal, en su artículo 12 les faculta a
intervenir.
“Es una cuestión que le atañe a la Municipalidad en el
sentido de que son ellos los que deben organizar la recolección de basura
dentro de su municipio”.
Según Lovera, lo primero que se debe tener en cuenta es si
la comuna habilitó o no habilitó un vertedero: “Ellos son los que deben dar
respuesta a este tipo de inquietudes a través de su Dirección de Medio
Ambiente”.
Añadió que desde el momento en que cobran tasas por aseo
urbano, es su responsabilidad evitar que este tipo de situaciones se den.
TONELADAS DE BASURA CLANDESTINA
Ecoresa, en base a la cantidad de empresas clandestinas
detectadas -ocho en total- hace un cálculo de cuántas toneladas de basura son
dispuestas de forma ilegal.
Ocho empresas clandestinas (con un camión) almacenan un
promedio de 5 toneladas.
Esto equivaldría a 240 toneladas semanales, 960 toneladas
mensuales y 11.520 toneladas anuales. Tomado de abc de paraguay
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