Empleo rural tiene
modelos para crecer en el campo colombiano
FOTO ARCHIVO DONALDO ZULUAGA
POR DIEGO CARRANZA AGUDELO | PUBLICADO HACE 2 HORAS
EN DEFINITIVA
Los altos niveles de pobreza y las brechas existentes en
otros campos entre lo rural y lo urbano siguen siendo asignaturas pendientes de
aprobación en los países latinoamericanos.
En Colombia solo tres de cada 10 campesinos asalariados, es
decir que prestan sus servicios a una organización, cuentan con un contrato
laboral legal que garantice sus derechos y represente prestaciones sociales
como las del área urbana.
La revelación es del director de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) para América Latina, José Manuel
Salazar, quien presentó esta semana en Bogotá el informe de situación
laboral en las zonas rurales de América Latina.
Ante la contundencia del dato, Salazar sugiere que, de cara
al posconflicto, y pese a la incertidumbre que ronda el futuro de los acuerdos,
es importante que estos tengan gradualidad, así como periodos largos de
apertura y se puedan articular con diferente políticas que corrijan el
desbalance entre lo rural y lo urbano.
“Hay que ser conscientes de que el mundo es cada vez más
globalizado, entonces es esencial la formación y el desarrollo en vías e
industria para el aumento de la productividad”, comentó Salazar en
declaraciones al diario La República (ver Dicen de...).
Experiencias novedosas
Según el estudio, la
pobreza en las áreas rurales de América Latina pasó de 29,8 a 23,8 % en los
últimos 34 año, y aunque el resultado muestra una reducción, aún es muy lenta
en comparación con las zonas urbanas (ver gráfico).
No obstante, se destacaron algunos planes positivos
adelantados en la región.
Bolivia, por ejemplo, ha hecho un muy buen trabajo en
proteger los derechos de los trabajadores del campo, pues allí 80,3 % de los
campesinos asalariados cuentan con contratos escritos que garantizan la
estabilidad de sus condiciones actuales.
“Es importante desarrollar unas políticas clúster que
mejoren la competitividad de las regiones. Hay un caso en particular que nos llama
la atención y que se puede tomar como modelo y es el del País Vasco, que manejó
muy bien este tipo de políticas”, añadió.
Al lento desarrollo de zonas rurales en América Latina, la
OIT sostiene que la firma y aplicación de tratados comerciales internacionales
resultan lesivos, pues se exige una mayor competitividad por parte de los
países, con infraestructuras que son inexistentes en las naciones para acceder
a nuevos mercados.
DICEN DE...INCERTIDUMBRE TRAS ACUERDOS
Para algunos analistas del la OIT, la situación del campo en
Colombia puede empeorar. De llegarse a desarrollar una reforma agraria, tras
una posible validación del acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc, otras
zonas a las que el Gobierno nunca ha podido acceder regresarían a hacer parte
del territorio nacional, ampliando de esta manera el campo de acción laboral,
aunque esto no signifique que el Estado y las empresas puedan generar más
empleos de calidad. En cualquier caso, será fundamental la formación y el desarrollo
en vías e industria para el aumento de la productividad en el campo colombiano.
TOMADO DE EL COLOMBIANO
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