martes, 11 de octubre de 2016

HAMBRUNA EN YEMEN , UNA VERGÜENZA PARA LA HUMANIDAD

El riesgo de una hambruna acecha a Yemen
La mirada perdida de un chico en brazos de su madre en el hospital de Sanaa
La mirada perdida de un chico en brazos de su madre en el hospital de Sanaa. Foto: Reuters / Khaled Abdullah
SANAA.- Las salas de cuidados intensivos en los hospitales de Yemen están repletas de niños demacrados, conectados a monitores y al suero, víctimas de la escasez de alimentos por la guerra civil. Pero la situación podría empeorar aún más a causa de una reorganización del banco central que preocupa a los importadores de alimentos.
Los barcos con ayuda tienen virtualmente bloqueado su acceso a los puertos de Yemen debido a un cerco impuesto por la coalición liderada por Arabia Saudita que en la guerra civil que ya lleva 18 meses defiende al presidente en el exilio que vive en la capital saudita. Mientras tanto, más de la mitad de los 28 millones de habitantes del país ya sufren escasez de alimentos, según las Naciones Unidas.
Edición Fotográfica: Alfredo Sánchez
Un pasillo de la unidad de cuidados intensivos del hospital de Sanaa. Foto: Reuters / Abduljabbar Zeyad
El presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, el único reconocido por la comunidad internacional, que vive en la capital saudita, ordenó el mes pasado que la sede del banco central del país se traslade de la capital Sanaa, controlada por los rebeldes hutíes en el norte, al sureño puerto de Adén, bajo control de su gobierno. También nombró a un nuevo director, un miembro de su gabinete, que ha dicho además que el banco ya no tiene dinero.
Fuentes comerciales relacionadas con la importación de alimentos al país más pobre de la península árabe dicen que esta decisión los dejará financieramente expuestos y que harán aún más difícil el aprovisionamiento.
Diplomáticos y funcionarios encargados de administrar la ayuda humanitaria creen que la crisis que rodea al banco central afectará negativamente a la población.
"La politización del banco central y los intentos de las partes en el conflicto de utilizarlo como una herramienta para herirse el uno al otro amenazan con empujar a los más pobres al abismo", dijo Richard Stanforth, asesor de política humanitaria de la ONG Oxfam.
"Todo va en contra de millones de personas al borde de la inanición", agregó.
En tanto, ya se pueden ver los efectos que está teniendo la escasez de alimentos. En la unidad de emergencia pediátrica del hospital Thawra, en el puerto de Hodaida, abundan los pacientes en desnutrición extrema con una piel flácida que se les pega a sus huesos, y que apenas se mueven en sus camas. Los pasillos y salas de espera están llenas de padres que buscan ayuda para sus hijos hambrientos y moribundos.
Salem Issa, de 6 años, descansa sus extremidades flacas como un palillo sobre una cama de hospital mientras su madre cuida de él. "Tengo un hijo enfermo, solía darle de comer galletas, pero ahora está enfermo y no quiere comer," dijo la mujer.
Una enfermera señaló que la sala atendía alrededor de 10 a 20 pacientes en abril, pero ahora ya sobrepasa los 120 pacientes por mes.
En julio se informó que los importadores estaban teniendo serias dificultades para poder comprar alimentos en el extranjero debido a que los bancos de Yemen les habían congelado 260 millones de dólares de sus fondos y las entidades financieras occidentales les habían cortado las líneas de crédito.
Desde entonces, los importadores tuvieron que financiar por su cuenta cada envío.
Ahora la decisión de mover el banco central, el último bastión imparcial del sistema financiero del país, que ha ayudado a mantener a flote la economía en tiempos de guerra; es visto como un golpe muy duro para los proveedores que prevén aún más caos en el futuro. Las divisas extranjeras ya son escasas y nadie tiene confianza en el nuevo director.
Todo esto seguramente conducirá a nuevas interrupciones en el suministro de alimentos y más dificultades para los yemenitas que enfrentan una hambruna inminente, según las fuentes comerciales.
"Hemos comenzado a cancelar nuestros contratos a futuro. Para el comercio es prácticamente imposible funcionar si no hay un sistema financiero en su lugar. No hay una cobertura del banco central en la que podamos confiar" dijo una fuente.
"Esto deja totalmente abandonado a cualquiera que esté importando un cargamento", agregó la fuente, que pidió no ser identificada debido a la deteriorada situación de seguridad y el miedo a las represalias.
Algunos reportes indican que al menos nueve buques que transportan algunos suministros como trigo y azúcar están en camino a los puertos yemenitas de Hodaida y Salif, pero la fuente dijo que había preocupación para los envíos de fines de octubre y noviembre.
Una segunda fuente comercial también activa en Yemen confirmó que las dificultades son cada vez mayores.
"Los bancos occidentales no están dispuestos a procesar los pagos y todo el sistema se está congelando. Es una lucha cada vez mayor para hacer cualquier transacción comercial", dijo la segunda fuente.
"Para obtener divisas hay que hacerlo a través del contrabando de dinero. Yemen es como un país de contrabandistas ahora. Esto es inaceptable", agregó.
Una mujer, junto a su hijo, tras pesarlo en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Sanaa
El viejo banco central que aún funciona en la capital Sanaa utiliza las escasas reservas de divisas para garantizar los envíos que ya están en camino, en un país que importa el 90% de sus alimentos.
Pero al presidente Hadi no le parece bien que el banco pague el salario a sus enemigos en el ejército y al movimiento rebelde de los huti, que está alineados con Irán.
Así, mientras continúa la lucha en el campo de batalla con el apoyo de Arabia Saudita con el fin de socavar el poder de los hutíes, Hadi desestimó la designación de Mohamed Bin Humam como director del banco, y nombró en su reemplazo al ministro de Finanzas Monasser Al Quaiti, además de decretar el traslado del banco a Aden.
Fue una decisión repentina que despertó sospechas entre los importadores.
"El director Humam gozaba de la confianza de todas las partes en tanto era claramente independiente y trabajaba en los mejores intereses de Yemen. Esto es un paso atrás y ninguno de los operadores comerciales tiene confianza en Al-Quaiti o en el banco en Aden", dijo la primera fuente.
El nuevo director designado dijo la semana pasada al diario saudita Asharq al-Awsat que había heredado un banco sin dinero, pero se comprometió a mantenerlo independiente.
Ibrahim Mahmoud, del Fondo de Desarrollo Social de Yemen, dijo que sólo una mejora en el sistema financiero del país y un esfuerzo de ayuda de emergencia podría detener la hambruna.
"Si no hay una intervención directa e inmediata por parte de las organizaciones comunitarias y estatales internacionales, el país podría verse amenazado por el hambre y una catástrofe humanitaria", dijo.
Aunque el traslado del banco central parece destinado a debilitar a los hutíes, varios funcionarios yemenitas y diplomáticos dijeron que el grupo tiene sus propios recursos financieros.
Los hutíes se pueden ver debilitados por la pérdida de unos 100 millones de dólares en salarios a sus combatientes, como sugiere el nuevo director del banco, pero el cierre de la sede de Sanaa perjudicará más a la gente común que ya sufre de un colapso en la economía debido a la guerra.
"El riesgo real es dejar a un millón de yemenitas sin sueldo. Puede haber un efecto a largo plazo sobre los hutíes, pero el efecto inmediato será sobre la gente común que trata de llevar un plato de comida a su mesa", dijo el analista económico yemenita Amal Nasser .
Una niña lleva alzada a su hermana en un campo de refugiados cerca de Sanaa, la capital yemenita
Una niña lleva alzada a su hermana en un campo de refugiados cerca de Sanaa, la capital yemenita. Foto: Reuters / Khaled Abdullah

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