Los humanos hemos
producido 8.300 millones de toneladas métricas de plástico
Mundial de la Naturaleza y la Vida Silvestre, o de la
Basuraleza
Todos los 3 de Marzo, se celebra el Mundial de la Naturaleza
y/o de la Vida Silvestre. Esta fecha se instituyó para recordar y concientizar
a las personas de la imperiosa necesidad de cuidar el medio ambiente, este
ambiente en el que habitamos. Sin embargo este mismo día, es más que probable
que un ave marina muera ahogada tras tragarse una colilla, a que todas las
personas del mundo depositen en la basura la lata de refresco que están
bebiendo. El caso de las colillas es especialmente dramático: de los casi 6
billones de colillas que se producen al año, 4,5 billones acaban en la
naturaleza. Las cifras son estremecedoras. Sólo en entornos acuáticos entre 800
y 1.400 especies están afectadas por el littering, ¿no le suena la palabra?,
¿qué tal si hablamos de basuraleza? La contaminación por residuos de origen
humano en los entornos naturales es tan grave, que era necesario crear una
palabra en nuestro idioma que además de potente y clara, visualizara el
problema. Así ha nacido basuraleza, término acuñado por Libera, una iniciativa
conjunta entre
Ecoembes y SEO/BirdLife, creada para concienciar contra el
abandono de residuos en la naturaleza.
LIBERA, naturaleza sin basura es un proyecto creado por la
ONG ambiental decana de España, SEO/BirdLife, en alianza con Ecoembes, la
organización medioambiental sin ánimo de lucro que promueve la economía
circular a través del reciclaje de los envases para liberar la naturaleza de
basura.
"Si no hay un término para explicarlo, no podremos
superar el reto de informar a la sociedad de la envergadura del problema y de
que son parte de la solución", así de tajante se ha mostrado la directora
de Comunicación de Ecoembes, Nieves Rey, con la necesidad de encontrar un símil
a la palabra inglesa “littering”, (literalmente, tirar basura). Así nació el
término en español, "La basuraleza”.
El poder de las palabras es asombroso. Por eso los que
recurrimos a ellas para tratar de transmitir emociones como ocurre con el
nombre abstracto del titular: “basuraleza”.
En la era de las nuevas tecnologías, la comunicación y las
redes sociales es muy difícil dar a conocer algo que no tenga un término
concreto, una única palabra que con su sola mención sirva para saber de lo que
se está hablando. Es lo que ocurre con el abandono de residuos en la naturaleza,
un problema ambiental que no para de crecer, pero para el que no hay término en
español, (hasta ahora se utilizaba en inglés, «littering») que facilite la
divulgación de esta problemática a la sociedad. Por eso, desde Libera, la
iniciativa de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes para liberar a la naturaleza
de basura,
se ha propuesto una palabra alternativa en español: basuraleza.
Este nuevo término que Libera espera se generalice para que
en el futuro pueda quedar aceptado en el Diccionario de la Lengua Española. De
momento, las acepciones de la definición propuesta de basuraleza son: “residuos
generados por el ser humano y abandonados en la naturaleza; conjunto de
elementos generados por el hombre que alteran el equilibrio de los ecosistemas,
y agente de cambio global que está afectando a los espacios y especies
naturales”.
Dice Federico García, responsable del área Social de
SEO/BirdLife “Se trata de poner nombre y sacar a relucir esta grave amenaza
que, de forma sigilosa, está alterando los entornos naturales de todo el
planeta”, García explica que cada vez
existe un mayor consenso en que la basura en la naturaleza es un agente de
cambio global, de la misma forma que lo son las emisiones de gases de efecto
invernadero.
Es que el impacto de la basuraleza sobre la vida silvestre
no para de crecer. En 1997, una exhaustiva revisión contabilizaba 247 especies
afectadas por este problema. En 2016 un nuevo informe triplicó el dato hasta
alcanzar las 800 especies, aunque hay estimaciones superiores a las 1.400
especies marinas y acuáticas. En este sentido, el medio marino es donde mejor
se ha estudiado esta problemática, pero ya hay análisis que sugieren que el
impacto en tierra podría ser mayor que en los océanos, dado que la mayor parte de los residuos que acaban en
el mar provienen de tierra firme. Se estima que una media de 8 millones de
toneladas de plástico llega a los océanos cada año, un peso equivalente a
44.000 ballenas azules.
Efectos en la vida silvestre
Los efectos sobre la vida silvestre son muchos y variados.
Desde tortugas que mueren tras haberse enganchado en una bolsa de plástico o
comerla; aves marinas que ingieren los materiales plásticos flotantes al
confundirlos con su alimento, o en tierra, un ave tan común, pero en declive
como la perdiz que cada día ve cómo su hábitat se degrada por la expansión de
escombros y residuos, sin olvidar las prácticas agrícolas industriales que
contaminan los campos con químicos y los residuos de sus envases. Además, los
residuos son una fuente de contaminación difusa no siempre apreciable para el
neófito que se convierten en vectores de transmisión de enfermedades y
organismos nocivos, advierte García desde de SEO/BirdLife.
La incidencia es especialmente grave en el caso de fauna y
flora. Por el momento, se estima que un 17% de las especies amenazada por el
abandono de residuos en la naturaleza forma parte de la Lista Roja para la
Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).
FUENTES: SEO/BirdLife – Ecoembes – UICN
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
osvaldopimpignano@gmail.com
Las imágenes fueron tomadas de la Web
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