Cuatro tiros para matar a una luchadora social
La ejecución de la joven dirigente del Partido Socialismo y
Libertad estremeció al Palacio del Planalto y a la aventura militarista de
Temer, quien convocó de urgencia a sus ministros.
Manifestaciones
multitudinarias denunciaron la violencia y exigieron justicia.
Por Dario Pignotti
Cientos de miles de brasileños se concentraron a la entrada
a la Cámara Municipal de Río, donde fue velada Franco.
Imagen: EFE Desde Brasilia
La concejala Marielle Franco, “negra, feminista y cría de la
favela Maré” según decía al presentarse, fue ejecutada con cuatro tiros en la
cabeza el miércoles a las 21.30 horas en Río de Janeiro. El asesinato ocurrió
al cumplirse un casi mes desde que Michel Temer designó al general Walter Souza
Braga Netto como interventor de las fuerzas de seguridad de ese estado.La
ejecución de la joven dirigente del Partido Socialismo y Libertad estremeció al
Palacio del Planalto y a la aventura militarista de Temer que convocó de
urgencia a sus ministros y propuso que la Policía Federal tome cartas en el
asunto, porque nadie cree que la policía carioca ponga todo de sí para
averiguar un caso en el que los primeros sospechosos son los paramilitares, o
“milicias”, que controlan decenas de
favelas. El presidente de facto fingió compromiso republicano al decir que el
hecho conspiró contra
el “Estado de derecho y la democracia”.
el “Estado de derecho y la democracia”.
El general Braga Netto se solidarizó con los familiares de
la víctima y aseguró estar consternado luego de haber ordenado que los
favelados sean fichados en masa y apoyar una ley que garantiza el foro especial
(impunidad) a los militares que maten a inocentes en las barriadas.
FOTO DEL FACE
FOTO DEL FACE
Las pericias indican, en principio, que el crimen fue
perpetrado por sicarios profesionales que siguieron el automóvil de la
concejala a lo largo de varias cuadras hasta que se le acercaron y dispararon 9
balazos que también mataron al chofer y causaron heridas leves a una asistente.
El miércoles, minutos antes del crimen, Marielle había
participado en el encuentro de “jóvenes negras moviendo las estructuras”, en el
barrio Lapa, un reducto bohemio del centro carioca. “Marielle lograba comandar
y representar a las personas como ninguna otra mujer negra lo había hecho antes
en el Concejo Deliberante”, comentó la
escritora Ana Paula Lisbora, que estuvo en el evento del miércoles. “Era una de
las personas más increíbles que conocí, de una sonrisa contagiante, un ejemplo
de que el lugar de la mujer es en la política” contó Nadine Borges, ex presidenta de la Comisión
de la Verdad sobre la Dictadura. Marielle fue víctima de un crimen “de clase,
de género, de raza, un femicidio”, planteó Borges ante la consulta de
PáginaI12.
Con aplausos y consignas
miles de personas recibieron ayer el cuerpo de la concejala en la Cámara
Municipal de Concejales. Junto al ingreso al palacio había flores rojas. En las
escalinatas el público levantaba pancartas escritas desprolijamente: “Ejecutan
a quien levanta la voz”, “Ese tiro fue para el pueblo, pero la lucha aún vive”,
“Vidas negras, Marielle presente”, “Ellos quieren enterrarnos”. Luego el
cortejo, que sumaba gente mientras avanzaba, siguió hacia un cementerio de la
zona norte de Río. Las redes sociales quedaron desbordadas por el asesinato: de
un lado con mensajes a favor de #MariellePresente, del otro quienes denostaban
a los grupos de derechos humanos y sugerían que la chica fue víctima de un
intento de asalto. En San Pablo los indignados se reunieron en la Avenida
Paulista y en Salvador de Bahía, lo hicieron en la Universidad Federal, donde
se realiza el Foro Social Mundial. Samira Bueno, del Foro de Seguridad Pública,
considdera que este caso confirma el equívoco de militarizar la guerra contra
las drogas. Desde que llegaron a Río en setiembre de 2017, antes de la
intervención, las fuerzas armadas escogieron como “enemigo” al vecino de las
favelas y se despreocuparon por las milicias, que actuaron como brazo auxiliar
clandestino de los uniformados.
Para Samira Bueno la militante del PSOL fue víctima de un
“asesinato político” con el que los paras buscaron intimidar a las
organizaciones y dirigentes con arraigo en las comunidades humildes. Por el
modus operandi de los sicarios, señala Bueno, este caso recuerda al de la jueza
Patricia Acioli, asesinada con 21 balazos en 2011 luego de haber procesado a
policías ligados a las “milicias” y los “escuadrones de la muerte”.
La llegada de los militares a los morros era algo que
preocupaba a Marielle Franco, que había vivido bajo en la ocupación castrense
de la favela Maré en 2014. El diecinueve de febrero, tres días después de que
Temer dejó a Río en manos de los generales, la concejala declaró que “la
democracia está amenazada”.
Ignacio Cano, del Laboratorio de Estudios de la Violencia de
la Universidad del Estado de Rió de Janeiro, coincide con Samira Bueno en que
este hecho puede causar un impacto demoledor en la estrategia del Palacio del
Planalto (Presidencia). Y también en su desgastada imagen internacional.
Naciones Unidas , Amnistía Internacional y Humans Right Watch exigieron al
gobierno el pronto esclarecimiento del asesinato. La oficina de la ONU en
Brasil “tiene la expectativa de que la investigación del caso llegue a
conclusiones en breve, y aguarda la responsabilización de los autores del
crimen”, señaló en un comunicado. “Tanto la ONU, como Amnistía y otros
organismos de derechos humanos coinciden en que esta barbaridad tiene que ser
esclarecida en el menor plazo de tiempo” planetó Jurena Werneck, titular de
Amnistía Internacional en Brasil. “Estamos devastados con lo que ocurrió, Marielle era una joven de trayectoria muy valorada
por las mujeres, los negros, la población de las favelas” agregó Werneck.
TOMADO DE PAGINA 12 DE AR
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