Mobiliario urbano: el recambio avanza a ritmo dispar con
años de demoras
Los carteles con nombres de calles, las paradas y los
refugios de colectivos debieron haber sido renovados para fines de 2012; aún no
llegaron a ciertos barrios
Laura Rocha
Paradas de colectivos señalizadas informalmente al 2200 de
la avenida Caseros.
El perfil y la identidad visual que dan los carteles con los
nombres de calles y el equipamiento para paradas de colectivos se demoran en la
Capital. El Estado entregó en concesión la renovación del mobiliario urbano
-que integra esos y otros elementos- en 2009 y debía estar concluida para fines
de 2012. Pero, cuatro años después, el grado de avance es muy dispar en los
distintos barrios.
Según el gobierno porteño, las irregularidades obedecen a
algunos incumplimientos de los tres concesionarios, mientras que las empresas
sostienen que los constantes cambios viales y en materia de transporte
dificultan la tarea.
Algunas situaciones llaman la atención. Por ejemplo, que la
licitación original consideró la colocación de 35.000 nomencladores de calles y
ahora se abrirá otra convocatoria porque resultaron insuficientes: se necesitan
18.000 más, incluidos los de los nuevos barrios, como la villa 31-31 bis de
Retiro.
En el medio, moverse por la ciudad suele complicarse por la
gran cantidad de calles sin nombre y sobreviven paradas de colectivo marcadas
con apenas un sticker en un poste y sin protección alguna contra la lluvia y el
sol para las esperas.
La explotación por 10 años de todo el equipamiento, que debe
ser provisto por las empresas, está a cargo de Grupo al Sur/Wall Street, de la
familia del ex secretario de Medios kirchnerista Enrique Albistur; PC
Publicidad, del grupo Emepa, y Sarmiento Publicidad, de los hermanos Terranova.
Un refugio nuevo frente a la Facultad de Derecho, en
Recoleta. Foto: LA NACION
La inversión la recuperan mediante la explotación
publicitaria de los carteles de calles y refugios de colectivos durante 10
años.
Entre las tres, pagan un canon anual mínimo de $ 10.000.000
o el equivalente al 15% de su facturación. Se estima que el negocio de la
publicidad callejera mueve anualmente unos $ 25.000.000. La anterior concesión
había vencido en 1996 y continuó de manera irregular por más de una década.
Según pudo constatar LA NACION, los refugios y las paradas
de colectivos nuevos funcionan circunscriptos a determinadas avenidas,
corredores y centros de transbordo. Pero casi no existen en barrios como Almagro,
Parque Patricios o Villa Crespo.
En muchas calles pueden verse, como se dijo, las paradas de
colectivos en carteles pegados con cinta en los árboles y hasta clavados; así
sucede, por caso, sobre la avenida Caseros frente al parque Ameghino, en Parque
Patricios. Fuentes oficiales prometieron que en los próximos meses comenzará a
ser notorio el recambio.
Orlando Terranova, de Publicidad Sarmiento, indicó: "La
inversión ha sido multimillonaria. En conjunto, las empresas invertimos US$ 14
millones en equipamiento que le queda a la ciudad. El costo de reposición es
altísimo en Buenos Aires. Según nuestros cálculos, tenemos que renovar el 10%
del equipamiento todos los años. En contraste, en Medellín alcanza al 2%".
Fuentes del gobierno porteño señalaron que el resultado de
esa inversión se evidencia en zonas como Once, Ciudad Universitaria y
Constitución.
Vandalismo
Y agregaron: "Hay también un problema como el
vandalismo, en cuya solución trabajamos con las empresas para que realicen el
mantenimiento correspondiente. Si no reemplazan los elementos, son sancionadas.
Ya fueron penalizadas tres veces, desde el apercibimiento hasta la multa",
indicaron voceros del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, que supervisa
la concesión.
Según pudo saber LA NACION, esa sanción consistió en la
colocación gratuita de 1500 carteles, que tienen un costo aproximado de $ 7000
cada uno.
En lo que se refiere a los refugios de colectivos, Terranova
relacionó las demoras con la incorporación del Metrobus en distintas avenidas
de la ciudad y con los cambios de sentido en muchas arterias. "Se trata de
una ciudad que ha cambiado mucho. Nosotros vamos avanzando a medida que se
toman las decisiones y se terminan las obras. Incluso en algunos lugares hemos
tenido que colocar los refugios más de una vez", dijo.
Desde el ministerio, sostuvieron: "No es que no se
previó, es que fue cambiando. Además, hay paradas que son informales en la
ciudad".
Con los nomencladores de las calles la situación es otra.
Según datos oficiales, apenas faltan instalar 200 del total previsto, mientras
que ya se colocaron 35.000. Sin embargo, en los próximos meses se llamará a
otra licitación para emplazar 18.000 más, ya que la cantidad actual no es
suficiente.
Facundo De Gaiso, auditor porteño que responde a Elisa
Carrió, recordó que realizó un pedido de informes al gobierno de la ciudad para
que explicara los retrasos.
"El 6 de agosto de 2013 se extendió el plazo de obra en
14 meses, contados a partir del 1° de diciembre de 2012. Un año después, como
las concesionarias aducían que el contexto inflacionario había producido una
modificación sustancial del tipo de cambio, se otorgó una nueva prórroga hasta
el 31 de mayo de 2015", describió. No obstante, el proceso sigue
inconcluso. Tomado de la nación de ar
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