El rinde del maíz 2017/2018 será el segundo más bajo de los
últimos diez años
La falta de humedad les impidió a los cultivos expresar todo
su potencial Crédito:
35% de los 5,4 millones de hectáreas con maíz para grano
comercial, el rendimiento nacional proyectado del cereal se posiciona como el
segundo de los más bajos de los últimos 10 ciclos, solo superando al de la
campaña 2008/2009, que tuvo un rinde medio nacional de 59,7 quintales por
hectárea, contra los 63 quintales que dejaría la actual cosecha.
Uno de los factores que determinó esta realidad, en cuanto a
la baja en las productividades por hectárea, se vincula con la falta de
precipitaciones en el período crítico de definición de rendimiento relevada en
un gran número de lotes en ambas campañas agrícolas.
A pesar de estas similitudes, es importante destacar una
serie de diferencias en las realidades de la actual campaña y en la de la gran
seca del ciclo 2008/2009 que actúan atenuando la potencial baja en los rindes.
La primera se encuentra en el nivel de reservas hídricas con
la que se encaró el comienzo de cada uno de los ciclos. El inicio de la siembra
durante 2008 estuvo marcado por la falta de humedad en profundidad de muchos de
los lotes, producto del efecto de una disminución en el nivel de
precipitaciones que tuvo su origen durante la campaña 2007/2008. Es decir, que
el ciclo sufrió tanto el efecto directo de la Niña de la campaña 2008/2009 como
el de la registrada el año anterior, que dejó napas bajas y perfiles con
reservas de moderadas a regulares.
En cambio, el inicio de la actual campaña nos encontró con
suelos con muy buenos niveles hídricos y napas cercanas a la superficie, que
hasta complicaron las labores de siembra en el centro del país por falta de
piso durante la ventana temprana. Esta humedad permitió amortiguar, en los
cuadros con napas, parte del efecto de la sequía durante el ciclo del cereal y
de esta manera brindar rindes por sobre los cosechados durante la campaña
2008/2009, aunque muy por debajo de los excelentes niveles del ciclo previo (rinde
medio nacional 2016/2017: 80,2 quintales).
Otro gran factor que diferencia las dos campañas está
vinculado a la proporción de planteos tardíos a lo largo del país, en
comparación con las siembras tempranas. Durante el ciclo 2008/2009 aún la
tecnología de siembra tardía no era adoptada masivamente en el centro del área
agrícola nacional, por lo que gran parte de los cuadros eran tempranos. El
efecto de la falta de humedad golpeó con fuerza los lotes tempranos durante
diciembre, coincidiendo con su floración y, de esta manera, disminuyó los
rindes medios cosechados durante esa campaña.
La realidad actual es muy diferente ya que las siembras
tardías ganaron terreno, particularmente en la provincia de Córdoba, que
concentra una gran cantidad de lotes de maíz. Este sistema de siembra posee
como una de sus principales características atenuar el efecto de una falta de
humedad en la baja de los rindes, ya que ubica el período crítico de definición
de rendimiento del cereal durante el mes de febrero donde es menos habitual una
falta de precipitaciones y donde la demanda atmosférica disminuye.
En la actualidad, la realidad cambió drásticamente en gran
parte de la región agrícola, relevándose problemas vinculados a excesos
hídricos. Las lluvias que comenzaron a producirse durante el otoño provocaron
un aumento en las reservas hídricas de los suelos para la nueva campaña de
granos finos que se está iniciando durante estas semanas, pero demoras en la
cosecha del grano grueso. Las mismas se dan producto de una falta de piso en
los lotes, del aumento en los niveles de humedad de los granos y de la
intransitabilidad de los caminos rurales.
Frente a este panorama, la proyección de producción de maíz
con destino a grano comercial para la actual campaña ascendería a 32 millones
de toneladas (7 millones menos que las cosechadas la campaña 2016/2017), con un
rinde medio nacional cercano a los 63 quintales por hectárea, el segundo más
bajo de las últimas 10 campañas, producto del efecto de la falta de lluvias
durante el período crítico del cereal.
Por: Martín López /
TOMADO DE LA NACION DE AR
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