Alrededor de 3,2 millones de personas dependen de la asistencia humanitaria de emergencia en Somalia. Se espera que la situación de sequía y hambruna aumente en los próximos meses. Miles de medios de vida han sido destruidos y 50.000 personas han tenido que dejar sus hogares por falta de agua.
Ha habido un aumento grave de muertes relacionadas con la sequía. Estas incluyen muertes por malnutrición, así como a causa de enfermedades diarreicas. Cuando el agua se convierte en un bien muy escaso, muchos somalíes no tienen más remedio que beber de fuentes de agua contaminada, cosa que empeora aún más la situación.
La falta de lluvias y la consiguiente falta de pastos para el ganado, han hecho disminuir dramáticamente el número de rebaños. En un país depende en gran medida la ganadería, la sequía ha sido devastadora para las exportaciones más importantes del país.
La escasez de alimentos ha dado lugar a un fuerte aumento de los precios de los alimentos. En algunas zonas afectadas por la sequía, el precio de los alimentos ha aumentado 100%, en comparación con el mismo período del año pasado.
La situación de conflicto agrava el problema
Además, el conflicto que hace más de dos décadas que azota a Somalia ha dejado al país dividido, y el acceso humanitario en muchas zonas sigue siendo difícil debido a la inseguridad. Esta situación es particularmente grave en el centro y el sur del país, donde la sequía es también más acusada.
Agrava el problema que más de un millón de personas se han visto obligados a huir de sus hogares debido a la violencia extrema en todo el país. Somalia está considerada como uno de los lugares más peligrosos del mundo para ser trabajador humanitario. Las OSC hacen un llamamiento a la comunidad internacional para que centre su atención en esta crisis y a que todas las partes del conflicto cumplan con sus obligaciones con el pueblo somalí para asegurarles el acceso a la ayuda que necesitan desesperadamente.
Enviado por Tomas Strobert a red FOROBA
Ha habido un aumento grave de muertes relacionadas con la sequía. Estas incluyen muertes por malnutrición, así como a causa de enfermedades diarreicas. Cuando el agua se convierte en un bien muy escaso, muchos somalíes no tienen más remedio que beber de fuentes de agua contaminada, cosa que empeora aún más la situación.
La falta de lluvias y la consiguiente falta de pastos para el ganado, han hecho disminuir dramáticamente el número de rebaños. En un país depende en gran medida la ganadería, la sequía ha sido devastadora para las exportaciones más importantes del país.
La escasez de alimentos ha dado lugar a un fuerte aumento de los precios de los alimentos. En algunas zonas afectadas por la sequía, el precio de los alimentos ha aumentado 100%, en comparación con el mismo período del año pasado.
La situación de conflicto agrava el problema
Además, el conflicto que hace más de dos décadas que azota a Somalia ha dejado al país dividido, y el acceso humanitario en muchas zonas sigue siendo difícil debido a la inseguridad. Esta situación es particularmente grave en el centro y el sur del país, donde la sequía es también más acusada.
Agrava el problema que más de un millón de personas se han visto obligados a huir de sus hogares debido a la violencia extrema en todo el país. Somalia está considerada como uno de los lugares más peligrosos del mundo para ser trabajador humanitario. Las OSC hacen un llamamiento a la comunidad internacional para que centre su atención en esta crisis y a que todas las partes del conflicto cumplan con sus obligaciones con el pueblo somalí para asegurarles el acceso a la ayuda que necesitan desesperadamente.
Enviado por Tomas Strobert a red FOROBA
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