30/05/11
El Pilcomayo se secó antes de lo previsto y temen un “desastre” La cuenca del Pilcomayo nace en Bolivia y se extiende por Argentina y Paraguay hasta su desembocadura en el río Paraguay. El problema actual es que sólo pasa agua hacia territorio paraguayo.
El panorama es alarmante, según autoridades argentinas y bolivianas. Más de 100 comunidades del Gran Chaco Americano se verán afectadas por la interrupción del paso de los peces y por un período de sequí a que impacta en los sistemas naturales y humanos.
Fue así que algunas zonas, como Villamontes (Bolivia), vieron disminuir el afluente de 2.500 a 90 metros cúbicos . Lo más grave es la pérdida del recurso pesquero para las poblaciones de Salta y Bolivia, ya que es su medio de subsistencia y comercio.
La semana pasada la cancillería boliviana pidió al gobierno argentino el dragado del río para permitir el flujo de agua y peces. Las tareas empezaron el viernes, según el gobierno de Formosa.
“Si la situación se mantiene, otras zonas tendrán caudales bajos o nulos y podría ser un desastre ambiental”, informó Luis María de la Cruz, coordinador General de la Fundación para la Gestión e Investigación Regional (Fungir), una de las organizaciones encargadas del monitoreo del Pilcomayo.
La solución es adoptar un en foque integral para los procesos ecológicos. Como explicó Jorge Cappato, director de Fundación Proteger, en diálogo con Clarín : “La clave está en planificar y prevenir a tiempo. El precio que se paga por los desastres de la imprevisión son tan altos como irreversibles . Lo peor del caso es que el costo lo pagan las comunidades locales. Porque estamos hablando de la economía de la gente”.
El Pilcomayo es considerado uno de los ríos más inestables de la Argentina. Según los especialistas, hay múltiples causas para explicar el fenómeno, naturales y por acción del hombre. “Sufrió durante los últimos años grandes pérdidas de peces y yacarés en pantanos y ciénagas que terminaron secándose antes de la creciente. A ello se suma también la mortandad de ganado y las grandes dificultades de acceso al agua de las poblaciones locales”, explicó de la Cruz.
Como expone Pablo Frere, Secretario General de REDES Chaco, “el modelo desarrollado hasta ahora aumenta la vulnerabilidad del sistema ambiental y da pie a situaciones de riesgo difíciles de controlar o mitigar”.
Tomado de Clarin
El panorama es alarmante, según autoridades argentinas y bolivianas. Más de 100 comunidades del Gran Chaco Americano se verán afectadas por la interrupción del paso de los peces y por un período de sequí a que impacta en los sistemas naturales y humanos.
Fue así que algunas zonas, como Villamontes (Bolivia), vieron disminuir el afluente de 2.500 a 90 metros cúbicos . Lo más grave es la pérdida del recurso pesquero para las poblaciones de Salta y Bolivia, ya que es su medio de subsistencia y comercio.
La semana pasada la cancillería boliviana pidió al gobierno argentino el dragado del río para permitir el flujo de agua y peces. Las tareas empezaron el viernes, según el gobierno de Formosa.
“Si la situación se mantiene, otras zonas tendrán caudales bajos o nulos y podría ser un desastre ambiental”, informó Luis María de la Cruz, coordinador General de la Fundación para la Gestión e Investigación Regional (Fungir), una de las organizaciones encargadas del monitoreo del Pilcomayo.
La solución es adoptar un en foque integral para los procesos ecológicos. Como explicó Jorge Cappato, director de Fundación Proteger, en diálogo con Clarín : “La clave está en planificar y prevenir a tiempo. El precio que se paga por los desastres de la imprevisión son tan altos como irreversibles . Lo peor del caso es que el costo lo pagan las comunidades locales. Porque estamos hablando de la economía de la gente”.
El Pilcomayo es considerado uno de los ríos más inestables de la Argentina. Según los especialistas, hay múltiples causas para explicar el fenómeno, naturales y por acción del hombre. “Sufrió durante los últimos años grandes pérdidas de peces y yacarés en pantanos y ciénagas que terminaron secándose antes de la creciente. A ello se suma también la mortandad de ganado y las grandes dificultades de acceso al agua de las poblaciones locales”, explicó de la Cruz.
Como expone Pablo Frere, Secretario General de REDES Chaco, “el modelo desarrollado hasta ahora aumenta la vulnerabilidad del sistema ambiental y da pie a situaciones de riesgo difíciles de controlar o mitigar”.
Tomado de Clarin
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