Inmigrantes haitianos son Refugiados Climáticos
Cambio Climático: ¿La migración haitiana nos
prefigura lo que comunidades de Chile tendrían que hacer en el futuro mediato?
Santiago, Chile, viernes 16 de febrero de 2018, por
Luis Alberto Gallegos, Boletín GAL.- Sucedió en Santiago, en enero 2017, por un
ciudadano anónimo de los 44.289 inmigrantes haitianos llegados
ese año a Chile: “Soy obrero de la construcción, trabajo en Las Condes y
vivo en Maipú en una pieza con 3 compatriotas más, todos somos haitianos. Por
razones económicas, los 4 dejamos a nuestras esposas allá. En mi caso, también
mis dos hijos están con ella. Me levanto de lunes a sábado a las 6 de la mañana
y llego a mi casa pasadas las 9 de la noche. Trabajo a todo sol, cargando
ladrillos y sacos de cemento. Para peor, no tengo contrato. ¿Será normal que me
canse al final o no? Ese día no daba más y como recorro la línea 1 del metro
casi completa, desde los dominicos hasta las rejas, para luego tomar una micro,
dije: me sentaré. Solo quedó un asiento desocupado y como no había nadie más,
me senté. A mi derecha, una señora, que al ver que mi destino era el asiento de
su lado afirmó su cartera y no dejaba de mirarme. ¿Me conocerá? Con lo largo
del viaje, me quedé dormido. Era lo que menos quería, pero había hecho horas
extras y el cuerpo me exigía un descanso, aunque sea uno breve. Desperté de
golpe. “Oye, negro de mierda, da el asiento. Si querí descansar, ándate a tu
país. Acaso robar te tiene cansado, maleducado”.(1)
Sucedió en Suecia, con una familia anónima integrante
de los más de 200.00 emigrantes o exiliados entre 1970-1990: “Cuatro
entrevistados participaron en el estudio, dos hombres y dos mujeres. Sus
nombres, edades, países del exilio y edades de exilio son los siguientes:
Gabriel, 33, nacido en Suecia; Roberto, 36, nacido en Suecia; Marcela, 44,
nacida en Chile y exiliada en Suecia con 6 años; Participante Anónima, 48,
nacida en Chile y exiliada a la República Federal de Alemania con 10 años. La
edad promedio de los entrevistados es 40-25 años, los años que ellos pasaron
afuera de Chile son aproximadamente entre 4 y 18 y la cantidad promedio
aproximada de años pasados afuera es 11.5 años.
Cada hijo vivía en el exilio con miembros de la
familia directa. Gabriel vivió con su madre y padre; Marcela vivió con su mamá,
papá, hermano y abuelo, pero también se fueron sus tíos y primos; la
entrevistada anónima salió con su padre, su madre y otros miembros de su
familia núcleo. Roberto se movió entre sus tíos y su mama durante su tiempo
afuera. Todos consideran el español su idioma materno. Gabriel dice que puede
manejar el inglés y el sueco pero refiere al sueco como un poco olvidado.
Roberto también tiene dificultad de recordar el sueco. En el caso de Marcela y
la entrevistada anónima, que vivían afuera por más tiempo, 18 años y 14 años,
respectivamente, las dos dicen que han mantenido los idiomas de sus países del
exilio, el sueco y el alemán.
La primera imagen que tiene Marcela de Suecia es,
“La nieve. Llegamos en Diciembre, y recuerdo que bajamos el avión […] estaba
todo oscuro y la nieva así, blanca. Y yo por ejemplo veo nieve y me da esta
angustia” (Marcela Morris; entrevista 18 de noviembre). A pesar de esta
preocupación que recuerda ella, sobre lo que llegará, Marcela habla de buenos
recuerdos de su tiempo en Suecia, y ella no es la única. Gabriel y Roberto, por
ejemplo, recuerdan las fiestas navideñas en Suecia con felicidad. Todos están
de acuerdo que sus recuerdos de los países de exilio son buenos y “hermosos” en
general. La entrevistada anónima habla de la dificultad al comienzo,
especialmente a causa del idioma, pero indica que ese periodo fue muy corto.
Ella habla del papel que tenía la naturaleza en su primera etapa de la vida
afuera e indica que había muchas oportunidades para disfrutar el aire libre,
que no encontró tan comunes en Chile. Gabriel tiene recuerdos visuales de las
distintas estaciones de la ciudad, como la parte vieja, el barrio donde vivían
ellos, y donde estaba ubicado el colegio..
No hay ningún entrevistado que hable del periodo
del exilio como una experiencia muy difícil, que puede tener que ver con sus
edades muy chicos cuando llegaron y que ni Gabriel ni Roberto conocían una
manera de vida distinta antes de regresar a Chile. Mientras ellos crecieron,
empezaron a entender la situación de su familia y la patria que ellos dejaron.
Las mujeres se mudaron durante su niñez, un periodo de la vida cuando uno tiene
una mente más plástica, haciéndolo más fácil para ellas adaptarse que si
hubieran sido más grandes”. (2)
Cambio de carácter de las migraciones locales y
globales
Sin entrar en el detalle de las bárbaras,
primitivas y predadoras motivaciones que originaron la masiva emigración de
nuestros compatriotas por la dictadura, y que todo Chile y el Mundo conoce,
repugna y espanta, en esta ocasión vamos a referirnos en particular al caso de
Haití.
Es evidente que los procesos inmigratorios han
cambiado de carácter en la historia del país. En los siglos pasados fue
de conquista: españoles (1492-1810); colonizadora:
alemanes (1850-1910), italianos (1880-1930); árabes (1885-1950); de refugio: Perú,
Colombia, Argentina, Venezuela, España, entre otros (2004-…) debido a la
desigualdad y pobreza impulsada por el neoliberalismo global imperante; y en
tiempos recientes desobrevivencia: Haití (2010-…) ante los impactos del
cambio climático, desastres naturales y crisis ambientales.
Causas de la inmigración
haitiana
Haití es víctima de los huracanes y ciclones más
potentes y devastadores del Atlántico. Los más relevantes por su alta categoría
y capacidad de destrucción son:
Georges
(1998)
Jeanne
(2004)
Wilma
(2005)
Félix
(2007)
Gustav
(2008)
Irene (2011)
Issac (2012)
Matthew (2016)
El huracán Jeanne del año 2004 y
el Matthew de 2016, fueron particularmente marcados por
desastres e inundaciones generadas por estos fenómenos, los cuales han causado
impactos muy importantes a nivel de ciertas zonas del país como Mapou, Fonds
Verrettes et Gonaïves.
Es de advertir que tales fechas coinciden con los
períodos de incremento de las emigraciones de ciudadanos y ciudadanas haitianas
hacia otros países, entre ellos, Chile. Pero, lo sustancial del problema es que
estos destructores monstruos marinos tienen su origen en el cambio climático.
Compartimos por ello las apreciaciones de un
investigador que señala: “Estas tormentas devastadoras son un recordatorio
de los costos de la negación climática y la inacción de los gobiernos: el
incremento de temperatura de los océanos, producto del calentamiento global, se
vincula directamente con estos fenómenos. El aumento de temperatura en el agua
es considerada el combustible de las tormentas tropicales: más cálidas son las
aguas, más intensas son las tormentas” (3)
Por cierto, Haití es pobre y estos desastres
climáticos vienen a agravar la desigualdad y pobreza. “Más de la mitad del
ingreso nacional, es decir 54 %, corresponde al 10% de los más ricos. Estas
personas reciben 145 veces el ingreso de los más pobres. El 70% del ingreso
nacional va al 20% más rico. Mientras que por el contrario el 10 % de los más
pobre absorben 0,37% del ingreso nacional y el 20% de los más pobres, 1,39%”.
(4)
Asimismo, observadores advierten: “Haití es un país
de alto riesgo, particularmente vulnerables a los desastres, incluidos los
ciclones tropicales y los terremotos que han causado considerables daños
humanos y materiales. Esta vulnerabilidad extrema afectó la regresión del
proceso de desarrollo del país durante décadas. Los efectos del cambio
climático van a exacerbar esta vulnerabilidad en el largo plazo, lo que afecta
principalmente a las poblaciones más vulnerables, en particular las familias
pobres, las mujeres y los ancianos. Los efectos directos del cambio climático,
incluida la subida de las temperaturas, disminución de las precipitaciones, el
aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, tales como ciclones,
avanzando la desertificación y el aumento del nivel del mar tendrán
consecuencias socio- económicas directas para el país”. (5)
En Chile ya existe migración y conflictos
climáticos
Es de Perogrullo que Chile es uno de los países más
vulnerables del mundo en asunto climáticos. Sabemos que la ONU lo ha designado
con siete de las nueve calificaciones de alto riesgo ante el cambio climático.
Respecto a las migraciones climáticas, es un proceso
que ya lo estamos viviendo. En este caso, aún no es hacia el exterior, sino que
se trata de migraciones internas que, como suele ocurrir, la iniciativa la
tienen los actores económicos como pioneros en saber explorar los
desplazamientos de territorios para crecer económicamente. Es lo que se llama
la conquista de mejores condiciones para producir la tasa de ganancia.
Ante la perspectiva y negro futuro que los estrategas
de viñedos de 18 empresas productoras de vino, visualizan que, por los efectos
del cambio climático donde advierten que se perderían áreas principalmente
viñeras de la zona central en los valles de Leyda, Maipo, Cachapoal, Curicó y
el Maule, hay que adoptar drásticas decisiones. Debido a estos virajes y
traslado de territorios, dejaría de existir la Ruta del Vino.
Los destinos de esta migración climática empresarial
que prometen excelentes condiciones climáticas por sus cambios de temperatura y
su cercanía a la precordillera son: Valle Itata, Chillán, Región de Los Ríos,
Chile Chico, Futrono, zonas cercanas al Lago Ranco, entre otras. Están
aprendiendo de los viñedos franceses e italianos que están migrando al Norte de
Europa, como Dinamarca e Inglaterra, por ejemplo. (6)
No obstante, hay una migración climática interna de
Chile mucho más importante que preservar el sabor y aroma original de las
bebidas alcohólicas: es la migración por la sequía y la crisis hídrica. Por
ello, estimamos de crucial advertencia la que -a partir de la trágica,
conflictiva e impredecible escasez del agua en Ciudad del Cabo-, hizo el Centro
de Investigación en Sustentabilidad (CISGER) al señalar que, en lo que se
refiere a la crisis y escasez de agua potable en las ciudades de Chile por el
cambio climático, “la gente se va a empezar a ir de Santiago, de hecho, ya
hay gente que está comprando afuera”. (7)
En Chile ya existe casi 50 conflictos por el agua según la
Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, AIFBN (8). La pregunta es: ¿cuándo, cómo y hacia qué
territorios del exterior migrarán nuestras comunidades, agricultores y
poblaciones pobres cuando ya no haya agua en Chile? Y estamos hablando de
apenas 20 ó 30 años más.
Aprender de los pueblos precozmente Refugiados Climáticos
Desde ya debemos considerarnos en potencia refugiados
climáticos, hídricos, desastres hídricos y subida del nivel mar. Y, por ende,
se nos impone que tenemos que aprender de los dramas, lecciones y experiencias
como el de Sudáfrica y de tantos otros casos que hoy se multiplican en el
Mundo.
Debemos incentivar nuestra humildad y extender
nuestros brazos colaborativos y solidarios para quienes inmigran o emigran por
estas razones. En particular a los más vulnerables como los haitianos.
Según la encuesta CEP de 2017, el 40% de los
encuestados señalan estar preocupados porque consideran que los inmigrantes les
quitan fuentes laborales a los chilenos; un 41% estima que los inmigrantes son
generadores de violencia y actos delictivos; y un 45% consideran que los
inmigrantes debilitan la cultura chilena. (9). En otras palabras, más del 40% de chilenos dirían
lo mismo que la señora del testimonio en el Metro: “Oye, negro de
mierda, da el asiento. Si querí descansar, ándate a tu país. Acaso robar te
tiene cansado, maleducado”.
Si tal actitud no es de falta de humildad, de un
despliegue de arrogancia racista, de una supina ignorancia y de un
inconmesurable desconocimiento sobre el cambio climático, entonces no sabemos
qué es.
Hoy les toca a los haitianos, mañana nos tocará a
nosotros.
Rol de Chile en el caso de los Refugiados
Climáticos Haitianos
Consideramos que estos casos inéditos para Chile y
para la mayoría de países del Globo, son complejos en su diagnóstico y gestión;
impredecibles en sus perspectivas estratégicas y de largo plazo; incipientes en
sus modelamientos de evolución futura; y, sobre todo sin recursos, porque estos
se quedan en las arcas de las tasas de ganancia de las grandes empresas, en los
PIB de los gobiernos indolentes, corruptos e ineficientes; y en una escasa
ciudadanización y empoderamiento técnico-científico y de decisiones vinculantes
de las comunidades involucradas y vulnerables.
Chile sí podría ser uno de los países protagonistas de
roles distintos:
1. Promulgar la Ley de Migración en debate
parlamentario
2. Incluir una indicación que considere explícitamente el
caso de los inmigrantes climáticos
3. Brindar facilidades políticas, sociales, administrativas,
salud, educación y laborales para los casos comprobados del status de migrante
climático
4. Fomentar fondos concursables para los inmigrantes
climáticos que contribuyan en calidad de emprendedores de iniciativas en rubros
de la producción, educación, intercambio cultural y de idioma, entre otras
5. Crear espacios públicos para apoyar en calidad de
monitores para sensibilizar, compartir experiencias y hacer partícipe a la
comunidad de las comunas de residencia para involucrarlas en procesos de
mitigación y adaptación ante el cambio climático
6. Generar convenios con organismos internacionales u otros
países con experticia en el tema, a fin de promover técnicos climáticos con los
recursos humanos inmigrantes, disponibles y voluntarios de la comunidad
haitiana en Chile, para fomentar el retorno a su país de origen. (FIN).
VER: http://luisalbertogmz.blogia.com/
Haití: Migración Ambiental
Puerto Príncipe, Haití, viernes 16 de febrero
de 2018, por Gabriel Bidegain, Jubileo Sur Américas.- Haití ha sido
nombrado como el país más expuesto al cambio climático (2012). La ponencia
pretende contribuir a una demografía de los desastres en particular la relación
entre la dinámica de la población y el cambio climático. Examina el cambio
climático a nivel mundial y el acontecido en Haití así como su relación con la
evolución de la población. (Volumen, estructura por edades y distribución
espacial) con el fin de desmitificar la importancia del crecimiento de la
población en el cambio climático. Entre otros casos menciona la migración ambiental
producida por los 4 ciclones que golpearon a Haití en el año 2008 y la
reestructura urbana producida en Gonaïves. Así como el impacto del terremoto de
2010. Los ciclones Issac y Sandy del 2012 donde el 52% de los hogares fueron
afectados por las inundaciones provocadas por estos dos fenómenos. Finaliza con
algunas conclusiones y recomendaciones.
TOMADO DE ENVIO DE BOLETIN GAL DE CHILE
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