La atención primaria
en Cuba sigue siendo el eslabón más valioso
Continuar rescatando los conceptos fundacionales del
programa de Salud cubano constituye prioridad y reto para el sistema de salud
pública en el país. Así trascendió en el balance anual del Ministerio de Salud
Pública, correspondiente al año 2017, el cual contó con la presencia del
segundo secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura
Autor: Lisandra Fariñas Acosta |
Balance anual de Salud Pública. Foto: Dunia Álvarez Palacios
Que la población cubana reconozca en la comunidad a «su
médico» y a «su enfermera» y continuar rescatando los conceptos fundacionales
de este programa, que constituye el pilar fundamental del sistema de salud
pública en el país, es uno de los mayores retos que este sector se propone para
el año 2018.
Así trascendió en el balance anual del Ministerio de Salud
Pública (Minsap) correspondiente al año 2017, que se celebró este sábado en el
Palacio de Convenciones de La Habana, con la presencia del doctor José Ramón
Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido y
vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
La primera mención fue para Fidel, el «líder» que
probablemente haya dedicado más tiempo en el mundo a hablar de la salud de su
pueblo, y artífice de una de las obras más humanas de la Revolución Cubana: la
concreción de un sistema de salud universal, accesible y gratuito, y que tiene
en su base su mejor fortaleza.
Para el doctor Roberto Morales Ojeda, titular de salud
pública, aún quedan muchas reservas en este nivel primario de atención, donde
pueden resolverse más del 70 % de los problemas de salud de la población
cubana.
El segundo secretario del Comité Central del Partido, José
Ramón Machado Ventura, participó en el balance, que fue conducido por el
miembro del Buró Político del Partido y ministro de Salud Pública, Roberto
Morales Ojeda. Foto: Dunia Álvarez Palacios
Especial énfasis concedió a la prevención, de cara a las
principales causas de morbilidad y mortalidad y el aumento de las enfermedades
crónicas no transmisibles (ECNT).
«Y ello no es exclusivo de los médicos y enfermeras de la
familia, sino de todos los trabajadores de la salud», dijo.
Carmen Rosa Martínez Fernández, directora de Atención Médica
del Minsap, resaltó que en el 2017 se incrementó la cobertura del médico y la
enfermera de la familia, se completaron las acciones de los grupos básicos de
trabajo y se intervino en más de 2 700 consultorios y más de 300 policlínicos
con acciones de reparación y mantenimiento, lo cual permitió recuperar
procederes dentro de la misma comunidad.
«Pero ello implica trabajar sobre los riesgos. ¿Cómo hemos
reducido el número de fumadores, el sedentarismo? ¿Siempre hacemos un
diagnóstico serio y profundo? ¿Se cumple con rigor el proceso de
dispensarización? Debemos actuar sobre las causas principales de las
enfermedades que tenemos y que es urgente disminuir, porque son las primeras
causas de muerte», reflexionó el profesor.
«Es este el verdadero deber del médico y la enfermera de la
familia», insistió el ministro.
El doctor Guillermo Guerra Bustillo, director del Instituto
de Nefrología, destacó el papel de la prevención de salud. Foto: Dunia Álvarez
Palacios
Un ejemplo cardinal en el papel de la prevención de salud lo
colocó el doctor Guillermo Guerra Bustillo, director del Instituto de
Nefrología, en la Enfermedad Renal Crónica, cuyo enfoque, defendió, debe ser
integral y proyectar una estrategia que permita revertir la situación actual,
donde esta entidad constituye un problema de salud en aumento.
El alto consumo de sal y azúcar, el incremento del
sedentarismo y las cifras actuales de tabaquismo y alcoholismo, hoy nos hablan
de la urgencia de trabajar intensamente en actividades de promoción y
prevención, lograr mayor intersectorialidad, porque no son exclusivas del
sector salud, y en promover políticas públicas concretas y objetivas que nos
permitan acercarnos cada día más a una esperanza de vida con calidad, señaló
por su parte el doctor Raúl Pérez González, director del Instituto Nacional de
Higiene, Epidemiología y Microbiología.
«Lo que puede hacerse es incalculable en materia de un buen
diagnóstico que encauce y resuelva un buen tratamiento, apoyado por los medios
que tenemos en los policlínicos. Tenemos que saber que la población identifica
con claridad dónde realmente se resuelven sus problemas. Hay que lograr que el
médico y la enfermera estén en los consultorios, que estos tengan las
condiciones y recursos para cumplir las funciones para las cuales están
diseñados, entre estas la evaluación y acciones a partir de la situación de
salud y factores de riesgo en cada comunidad», puntualizó Morales Ojeda.
El ministro insistió además que como parte de la
compactación y regionalización asistida de los servicios, el sistema de salud
es responsable de conducir a la población en la solución de sus problemas. No
puede dejarse un paciente sin orientación, sin respuesta a su problema de
salud, desde el médico de familia hasta el tercer nivel de atención, dijo.
Indicadores que hoy exhibimos con orgullo, como la tasa de
mortalidad infantil más baja de la historia, con 4,0 por cada 1 000 nacidos
vivos, y que coloca a Cuba al frente de la región de América Latina y el
Caribe, y entre los 20 países con tasas más bajas del mundo, son posibles
también por el esfuerzo de los profesionales del sector que laboran en las
comunidades, se subrayó en el balance.
Para el doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del departamento
Materno Infantil del Minsap, también determinó este resultado el uso y
perfeccionamiento de los hogares maternos, el desarrollo de la genética
comunitaria en su programa de prevención, diagnóstico y tratamiento de las
enfermedades genéticas —lo cual permitió por segundo año consecutivo tener la
tasa de mortalidad infantil más baja por defectos congénitos de la historia de
Cuba—, y las guías de actuación para las complicaciones obstétricas más
frecuentes, las cuales sin lugar a duda hicieron que el trabajo en cuidados de
servicios perinatales mejorara su calidad, entre otros muchos aspectos.
«Pero no basta este resultado, estamos comprometidos con
continuar reduciendo este indicador, que no es solo un número, sino que indica
que cada día, cada año, sean menos los niños cubanos que fallezcan y sea mayor
el número de las familias que podamos entregarles felicidad», comentó.
La medicina regenerativa y el papel de vanguardia que ha
tenido Cuba en este campo, el necesario perfeccionamiento de la atención a la
pareja infértil, los desafíos del programa integral para el control del cáncer,
los retos de la anatomía patológica en el país, y que la inversión tecnológica
sea acompañada del desarrollo de los recursos humanos, en todas las
especialidades, la eficiencia y el apego a las normas unitarias de gasto,
fueron temas también presentes en el balance.
Asimismo, se discutió sobre el papel de la investigación
científica en cada uno de los escenarios asistenciales y docentes, la
acreditación de las instituciones y carreras, y la superación constante y
categorización de los profesionales.
«Uno se siente satisfecho de saber en qué manos está la
salud de nuestro pueblo, ya sea desde el punto de vista tecnológico como en lo
social», expresó José Ramón Machado Ventura, quien dijo sentirse feliz y a
plenitud de ver cómo marcha la salud pública en nuestro país, su presente y
futuro.
En ese sentido, felicitó la calidad de las intervenciones de
un balance que calificó de autocrítico, y que ha discutido con fuerza los
aspectos positivos, pero también los que hay que perfeccionar.
Reconoció que hay conocimiento de la situación del país y de
dónde están los problemas, y subrayó que dentro de las posibilidades es preciso
estar conscientes del papel que debe desempeñar cada trabajador y las
instituciones.
El viceministro primero de salud pública, el doctor José
Ángel Portal Miranda, presentó el informe del trabajo realizado en el año 2017,
donde se evidenció la continuidad al proceso de transformaciones necesarias en
el sector, en correspondencia con los Lineamientos aprobados en el séptimo
congreso del Partido y con el propósito de continuar mejorando los indicadores
de salud, así como su calidad y satisfacción del pueblo con los servicios, y
lograr una mayor eficiencia que permita su sostenibilidad y desarrollo.
Durante el pasado año —sostuvo el viceministro— las primeras
diez causas de muerte agruparon el 83 % de los fallecidos. Las enfermedades del
corazón constituyen la primera, seguida de los tumores malignos y las
enfermedades cerebrovasculares.
Se mantienen cumplidos los indicadores de impacto que
acreditan la eliminación de la trasmisión materna infantil del VIH y la sífilis
congénita certificada por la Organización Panamericana y Mundial de la Salud,
en junio del 2015.
Del mismo modo, se reforzaron medidas de Control Sanitario
Internacional con énfasis en el control de la fuente, monitoreo de las misiones
médicas en el exterior, el control de los puntos en frontera y las actividades
de capacitación.
En el 2017 no se confirmaron casos de Chikungunya, se redujo
en un 68 % los casos diagnosticados de Dengue y al cierre de año dos municipios
y 11 áreas de salud de las provincias de Holguín y Ciego de Ávila presentaron
transmisión. Mostraron transmisión autóctona de Zika 14 municipios y 38 áreas
de salud de La Habana, Mayabeque, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila,
Camagüey, Las Tunas y Holguín.
Se reportaron, mencionó Portal Miranda, 96 millones 361 152
consultas médicas, 6 480 369 más que el año anterior, al tiempo que la
actividad hospitalaria logró, por
séptimo año consecutivo, más de un millón de cirugías, alcanzando la cifra más
alta de la historia con 1 085 623 intervenciones quirúrgicas. De las cirugías
mayores electivas, el 14 % fueron realizadas por mínimo acceso.
Fueron introducidas 31 nuevas tecnologías y técnicas de
avanzada, fundamentalmente en las líneas de desarrollo de las especialidades
que dan respuesta a la solución de problemas priorizados de salud, así como los
que requerían de tratamiento en el exterior.
Como parte de la adquisición de nuevas tecnologías y la
renovación de otras, se importaron más de 5 000 equipos médicos, con un valor
superior a 32,5 millones de dólares, priorizándose anestesia, la actividad
quirúrgica y los programas materno infantil y de atención al grave, entre
otros.
La colaboración internacional se mantuvo en 68 países, y
fueron enviadas cuatro brigadas Henry Reeve a Perú, República Dominicana,
Sierra Leona y México. TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA
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