Mala calidad del aire aumenta el riesgo de sufrir infarto
cerebral
FOTO JUAN ANTIONIO SÁNCHEZ
COLPRENSA - EUROPA PRESS | Investigadores catalanes han
descubierto que la contaminación de los motores diésel aumenta un 20% el riesgo
de sufrir un tipo de ictus (infarto cerebral) que afecta a grandes arterias
porque el carbón negro u hollín que desprende la mala combustión genera al
inhalarse inflamaciones que pueden obstruir vasos cerebrales.
En el estudio, publicado en ‘Enviromental Research’,
científicos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (Imim),
el Hospital del Mar y el Institut de Salut Global Barcelona (ISGlobal) de
Barcelona han analizado datos de casi 3.000 pacientes atendidos en el hospital
por un ictus entre los años 2005 y 2014.
“El efecto nocivo de los contaminantes ambientales para la
salud de la población va mucho más allá de su impacto sobre los problemas
respiratorios y el cáncer”, ha afirmado el colíder del trabajo y jefe de
Neurología Clínica del Hospital, Jaume Roquer, que ha añadido que han
demostrado que el aumento del carbón negro en el medio ambiente también afecta
al sistema circulatorio cerebral, con riesgo de sufrir episodios
cerebrovasculares.
Por cada incremento de 1,7 microgramos por metro cúbico de
concentración de hollín en el aire, el riesgo de sufrir un ataque entre las 24
horas y 72 horas siguientes crece el 20%, porque la exposición a este
contaminante incrementa las partículas inflamatorias del cuerpo, creando “un
estado pro trombótico”, según la también líder del estudio Rosa María Vivanco.
Se trata de casos de personas que, de forma subyacente, ya
sufren la enfermedad ateroesclerótica y “la contaminación funciona como un
desencadenante”, al producir reacciones inflamatorias que pueden acabar
provocando el desprendimiento de la placa de ateroma que lleva a la obstrucción
de un vaso cerebral y aumenta el riesgo de ictus.
A corto plazo
Estudios anteriores habían demostrado que esta contaminación
aumenta la mortalidad por infartos cerebrales a largo plazo y que hay una
relación entre los altos niveles de hollín y las muertes por patologías
cardiovasculares, y estos investigadores han detectado que este elemento
procedente de la mala combustión de los motores diésel “actúa a corto plazo
como desencadenante” de este tipo de ictus.
Además del hollín, analizaron el posible efecto
desencadenante de ictus de las partículas inferiores a 2,5 micras (PM 2,5),
pero no encontraron ninguna relación entre los niveles de éstas y los casos de
ictus, y Vivanco ha alertado de que esto “no quiere decir que no exista”, sino
que, simplemente, no lo han podido demostrar en su área de influencia.
El ictus aterotrombótico está provocado por el
desprendimiento de las placas de ateroma, que están formadas por colesterol,
calcio y otras substancias que se acumulan en las arterias y provocan la
oclusión del vaso. TOMADO DE EL COLOMBIANO
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