Sequía: alertan que
en la zona núcleo se abandonan cultivos de soja y temen un "desastre
productivo"
La soja en la zona núcleo, con un desarrollo muy irregular
por la falta de precipitaciones
En medio de la sequía que sigue afectando a la zona agrícola
núcleo, la soja en esa región necesitaría lluvias cercanas a los 200 mm en los
próximos 15 días para frenar las pérdidas productivas.
Esa es la previsión que manejan en la Bolsa de Comercio de Rosario,
donde ya hablan de un escenario de "desastre productivo". En la zona
agrícola núcleo, que comprende el sur de Santa Fe, el sudeste de Córdoba y el
norte bonaerense, hay sembradas esta campaña 5,5 millones de hectáreas con
soja, el 30,5% del total a nivel país.
"El déficit para una pradera permanente es de 100 a 140
mm y para el cultivo de soja es aún mayor en este momento; unos 40 a 80 mm por
sobre esos 100 a 140 mm", explicó a LA NACION Cristian Russo, analista de
esta entidad.
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La soja está atravesando en esa región el período crítico de
definición de rendimiento.
En este sentido, esos milímetros representan las lluvias que
deberían producirse en los próximos 15 días para que el cultivo cubra sus
necesidades hídricas.
El último fin de semana, sobre la zona agrícola núcleo hubo
lluvias de más de 20 mm en menos del 7% de la región.
"Sin lluvias, las altas temperaturas han agravado la
situación de la zona núcleo. En las zonas privilegiadas se venían postergando
los efectos, pero esta semana el escenario ha cambiado. La situación se ha
recrudecido, incluso en las áreas más favorecidas", indicó Russo a LA
NACION.
Vale recordar que para la zona núcleo la Bolsa rosarina
viene de reducir en casi cuatro millones de toneladas su proyección de cosecha
de soja.
"Estamos ante las puertas de un escenario de desastre
productivo. Si no llueve en los próximos siete días, las pérdidas van a cobrar
otro nivel", dijo Russo.
"Las pérdidas de plantas empiezan a ganar terreno en la
región y dónde más se nota es en los cuadros con sojas de segunda",
agregó.
El experto indicó que en esa región "muchos lotes de
segunda ya se están dejando de lado". "Ya no se controlan más las
plagas como arañuela y trips ni las enfermedades o las malezas. Si no llueve no
tiene sentido seguir insistiendo en los controles. El estrés hídrico está
ejerciendo una presión que ya es insostenible", alertó. Tomado de la nación
de ar
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