jueves, 5 de mayo de 2011

ENERGIA SOLAR AL SUR a la meseta mapuche

La luz llega por primera vez a una vivienda de la Meseta del Somuncura

Junto a Rupestre viajaremos a la Meseta del Somuncura para instalar un equipo de energia solar en una de las viviendas de la meseta, una de las regiones mas aisladas, inaccesibles y con menor densidad de poblacion de la Argentina . El equipo fue adquirido con aportes de los participantes del segundo fotosafari a la meseta y de "Rupestre - Experiencia patagonica", con quienes organice este y otros viajes.
El panel solar que se colocara en la vivienda de Doña Luisa y su familia.
La meseta del Somuncura (en Mapuche “piedra que suena o habla”) esta enclavado en el centro-sur de Rio Negro y penetra una gran parte de su superficie en la provincia de Chubut. Abarca un territorio mas extenso que el de la provincia de Tucuman. En “la mesada”, como la llaman sus pobladores, viven argentinos sacrificados, obstinados en permanecer en este territorio hostil donde nacieron, criaron a sus hijos y donde quieren estar de por vida porque aman esta tierra.
Aquellos que tuvimos la suerte de atravesar la meseta sabemos lo dificil que es entrar alli. Muchas historias y experiencias se cuentan. Aventureros de las 4x4 y el “off road” relatan como tuvieron que abandonar la travesia porque las camionetas no soportaban el trajin (y el riesgo a romperlas y perderse era muy grande). Las rentadoras de 4x4 de la zona no alquilan vehiculos para subir a Somuncura. Unos pocos ofrecen servicios a la Meseta de Somuncura, pero por lo general se limitan a los poblados que estan al pie de la meseta. Pocos son los que se atreven a penetrarla.
La falta de obras de infraestructura hacen que la meseta se mantenga aislada. Una ruta provincial la atraviesa de norte a sur y, segun cuentan los pobladores, la ultima vez que pasaron la maquina vial fue en el año 1968!!!
Los habitantes viven solitarios con poco o ningun contacto con otras personas, incluso de la misma region. Las grandes distancias entre los distintos ranchos las deben recorrer a caballo o simplemente caminando. Las visitas son algo muy extraño. En una oportunidad, con un grupo de fotosafari acampamos en las tierras de Don Teofilo Pazos, sus animales se alejaron del puesto a dos dias de caballo, sin embargo, la alegria de estar con nosotros era tan grande que prefirio salir a buscarlos recien cuando nos fuimos, aunque debio cabalgar durante al menos dos dias. Don Teofilo, muy orgulloso de su origen, en todo momento compartio con entusiasmo su experiencia de vida y su relacion con la tierra. Nos mostro con orgullo su trabajo de alambrado y como el solo podia con el trabajo que en otras zonas rurales se realiza con mas de tres personas.
Hoy en dia es muy comun ver como parten hacia distintas regiones expediciones humanitarias, donaciones, apoyo escolar, etc.. Pero la meseta es una region aislada y desconocida por casi todos. "¿Y eso donde queda?" es la pregunta mas comun cuando uno dice que va a visitarla. Y aquellos que tienen una idea de su ubicacion muchas veces nombran los pueblos que estan en sus margenes, lo que indica cierta idea pero no un verdadero conocimiento de lo que sucede dentro de esta gran region.
Es de imaginar que a estas tierras nunca llego ningun tipo de servicio de los que creemos imprescindibles los que vivimos en las grandes ciudades. Los habitantes del Somuncura nunca disfrutaron de la luz electrica.
Luisa Payao tiene 90 años, vive con su familia en sus tierras que dio a llamar “Establecimiento El Loro”. Ni ella ni su familia conocieron nunca la electricidad. En algun rincon del rancho hay una radio, las pilas gastadas y ningun sitio donde comprar unas nuevas para que el aparato siga funcionando.
Rupestre, que trabaja hace tiempo en la region, tuvo la gran idea de colocar un equipo de energia solar en su vivienda. Estos equipos son costosos. Los participantes del segundo fotosafari a la Meseta de Somuncura, decidieron colaborar con ellos. Gracias a la energia solar Doña Luisa podra cocinar por las noches con luz y tener la compañia de la radio.
enviado por Marcelo Gurruchaga fotografo

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