TEXTO COMPLETO: DISCURSO DE BACHELET COMO PRESIDENTA
ELECTA
A las 20:40 horas de este domingo, Michelle Bachelet
subió al escenario dispuesto frente al Hotel Plaza San Francisco, desatando la
algarabía de sus adherentes. La Presidenta electa agradeció a
la gente, a su
familia y también a su contrincante Evelyn Matthei.
Amigos y amigas,
¡Qué iluminada se ve nuestra patria! ¡Cuánta gente en una
misma Alameda! ¡Cuánta esperanza en una misma jornada! ¡Cuántos sueños
despiertan a esta hora!
¡Gracias por hacerme parte de esta historia! ¡Gracias por
este privilegio, por esta cercanía, por este apoyo, por esta nación que hoy
alumbran ustedes!
¡Gracias por hacer que esta ciudadana igual a ustedes sea
hoy una Presidenta tan afortunada! ¡Muchas gracias!
Gracias a mi familia, que ha sido mi sustento incondicional.
A mis hijos, que me han apoyado siempre y han comprendido la opción de servicio
que ha marcado mi vida.
A mi madre, que ha sido mi aliada y mi guía en la vocación
social, en la disciplina, en la responsabilidad. Mamá: ¡no sabes lo agradecida
que me siento de tenerte como referente y de que la gente de mi patria te
valore y te quiera como te quiero yo!
A mi padre, que no ha dejado de acompañarme ni un solo día
de mi vida. Su integridad, su ejemplo, su valentía, su fe en la patria me han
hecho cada día ser la persona que soy. Y su presencia cercana me llena esta
noche de orgullo y de amor.
Gracias al equipo que ha trabajado conmigo en esta ardua
campaña. A los que han estado en los comandos regionales y comunales, a quienes
han sido voluntarios o apoderados. A quienes han hecho puerta a puerta en cada
pueblo, caleta, barrio o villa.
¡Ustedes me han ayudado a llegar con nuestra propuesta a
todos los hogares del país!
Gracias a los partidos de la Nueva Mayoría, a los
parlamentarios en ejercicio y a los electos que nos ayudaron en estos meses.
¡Pudimos difundir nuestro programa, de cara a la ciudadanía, con convicción,
con unidad, sin descalificaciones, sabiendo que nuestra amplitud es también
nuestra fuerza!
Y sobre todo: ¡gracias a las millones de personas que hoy
han demostrado con su voto y con su compromiso que creen en mí tanto como yo
creo en ustedes! ¡Gracias, porque ustedes son el rostro y el motor de todo este
esfuerzo que hemos compartido!
¡Gracias por hacer de Chile un país tan grande, tan
democrático, tan hermoso para vivir!
Quiero saludar a todas las personas que en esta jornada han
ido a votar, independiente de cuál haya sido su candidata. Se han comprometido
con el destino de Chile, han hecho valer su opinión y han marcado la
diferencia.
Quiero saludar a las chilenas y chilenos que por vivir en el
exterior no han podido votar estas elecciones. ¡Han dado un ejemplo cívico!
¡Espero que sea la última vez que un compatriota no puede votar por estar lejos
de su patria!
Y quiero saludar a Evelyn Matthei. Más allá de nuestras
diferencias, sé que compartimos el amor por Chile y las ganas de servir a un
proyecto en el que creemos. En la diferencia de miradas descansa la riqueza de
un país diverso y democrático.
Porque hoy Chile honra su historia y su vocación de
pluralismo. Honra a quienes lucharon por recuperar nuestra democracia, a
quienes dieron su vida por ello, a quienes han apostado por la libertad y por
el derecho de un pueblo a darse el gobierno y el destino que soberanamente
decida.
Hoy abrimos una nueva etapa, y lo hacemos reconociendo la
labor que a cada generación y a cada gobierno democrático le ha correspondido
en el desarrollo de Chile. Hemos hecho mucho. Hemos construido un país del que
podemos sentirnos orgullosos.
Con una economía sana, con una democracia estable, con una
ciudadanía empoderada y consciente de sus derechos. Y porque hemos construido
todo esto, hoy debemos ponernos un desafío muchísimo más alto. Debemos
marcarnos un nuevo destino.
Yo estoy al servicio de ese destino. Estoy al servicio
ustedes, compatriotas y mandantes.
¡Y es un privilegio estar acá, encabezando la tarea de
dirigir esta hermosa patria en un momento histórico!
Sí, histórico. Porque en este tiempo Chile se ha mirado a sí
mismo. Ha mirado de frente su trayectoria, su pasado reciente, sus heridas, sus
gestas y sus tareas pendientes.
Y ha decidido que es momento de iniciar transformaciones de
fondo. Con responsabilidad y con energía. Con amplitud y voluntad de diálogo.
Con unidad y con determinación.
La victoria de esta jornada no es personal: es un sueño
colectivo el que triunfa. Es la voz de ustedes, que escuchamos a lo largo de
todo Chile en estos meses, la que triunfa.
Es la voz de los ciudadanos que en estos años han marchado
en las calles, expresando con valentía sus demandas y han fijado un horizonte y
una ruta para nuestro país. Gracias a ustedes, especialmente gracias a los
jóvenes, se han manifestado con fuerza las ansias de construir un sistema
educativo público, gratuito y de calidad.
A través del prisma de la educación, hemos sido capaces de
soñar en grande y vislumbrar un Chile más justo. Esa bandera la tomamos ahora
entre todos. Hoy ya nadie lo duda:
¡El lucro no puede ser el motor de la educación porque la
educación no es una mercancía! ¡Porque los sueños no son un bien de mercado!
¡Es un derecho de todos y de todas!
Están triunfando también quienes han exigido ser parte del
destino de sus territorios.
Están triunfando quienes han marchado en nombre de la
diversidad, en nombre de la tolerancia, en nombre de una salud pública que
entregue respuestas y dignidad, en defensa de los derechos y el respeto a los
pueblos indígenas.
Están triunfando quienes han puesto el acento en la urgencia
de derrotar la desigualdad.
Hoy los chilenos hemos triunfado con un anhelo común.
El anhelo de que nuestros hijos y nietos tengan acceso a la
mejor educación, a las mejores oportunidades. Que los trabajadores negocien en
condiciones justas derechos laborales y salarios dignos. Que las jefas de hogar
no estén solas y puedan abrirse camino para ellas y sus hijos. Que las mujeres
¡de una vez! sean tratadas con igualdad y justicia. Que las personas mayores
tengan pensiones dignas, más derechos, más cuidado.
Que Chile crezca sostenidamente, pero también de manera
inclusiva y sustentable.
Que no haya lugar para el prejuicio, el abuso, el delito, la
discriminación, el abandono.
Que reivindiquemos la diferencia, el respeto, la
solidaridad, la libertad, la tolerancia.
Que todos seamos iguales en oportunidades, en respeto, en
dignidad y en derechos.
Que tengamos una nueva Constitución. Nacida en democracia, que
asegure más derechos ¡y que garantice que en el futuro la mayoría nunca más
será acallada por una minoría!
Una Constitución que se transforme en el pacto social,
nuevo, moderno y renovado, que Chile demanda y necesita. Que sea la base de una
nueva relación entre las instituciones y la ciudadanía. Que sea una expresión y
una herramienta de la buena política.
¡Estas son las tareas que nos hemos puesto! ¡Hacia ese
destino queremos caminar y estamos listos para hacerlo! Están las condiciones
económicas, las condiciones sociales, las condiciones políticas. ¡Ahora es el
momento!
¡Chile: ahora, por fin, es el momento!
Tenemos la fuerza ciudadana. Tenemos las mayorías
parlamentarias y en los consejos regionales. Tenemos las condiciones políticas,
sociales y económicas. Tenemos la voluntad y tenemos la unidad.
Nuevos grupos y actores se han ido sumando en cada paso del
camino. Y también en el último mes.
Hoy, en Chile, los que queremos estos cambios, somos una
amplia mayoría.
Es tiempo de ponernos en marcha.
Es tiempo de combatir la desigualdad juntos. Es tiempo de
cumplir ese sueño de todos.
Es tiempo de volver a creer en nosotros mismos. De volver a
creer que la unión hace la fuerza, que la felicidad de un pueblo es compartida,
que somos capaces de cambiar el mundo en el que vivirán nuestros hijos.
Es tiempo de mirarnos unos a otros sin temor, sin recelo,
sin exclusión. Es tiempo de creer en el vecino, en el aliado, en el que es
diferente de nosotros, en el justo adversario. Es tiempo de construir más y
mejor democracia.
Es tiempo de comprometernos con este destino común que es
nuestra patria.
Yo me comprometo.
Me comprometo a tener cada día, en cada acción, el mandato
que ustedes me están encomendando, las tareas que nos hemos dado, las
prioridades que hemos establecido, las necesidades que me han compartido.
Me comprometo a trabajar pensando en la amplia diversidad de
chilenos y chilenas. Porque un Presidente o una Presidenta no sólo tiene el
deber de gobernar por quienes le dieron su voto.
Me comprometo a cultivar la buena política, la que se hace
de cara a la ciudadanía, con transparencia, con apertura, con amor por Chile.
Se hace con paridad entre hombres y mujeres, con participación de la gente, con
respeto a los adversarios.
Llevaremos adelante las profundas transformaciones que Chile
requiere. Y lo haremos con sentido de largo plazo, con unidad, con responsabilidad.
Lo haremos con perfecta conciencia de que esta es una tarea que excede a un
período presidencial. De que no hay recetas mágicas y que no estamos eligiendo
el camino fácil.
¡Pero si estoy aquí, si hemos llegado hasta aquí no ha sido
porque queramos hacer las cosas fáciles! ¡Es precisamente porque sabemos que es
difícil! ¡Es porque creemos en el trabajo, creemos en la gente, creemos en la
persistencia de las buenas ideas, creemos que el Chile de Todos es necesario y
posible!
¡No va a ser fácil, pero cuándo cambiar el mundo ha sido
fácil!
Es porque no es fácil que nos hemos unido. Y esa unión es
fundamental. Es porque no es fácil que tenemos que ser conscientes de nuestra
responsabilidad frente a las próximas generaciones y frente a historia. Es
porque no es fácil que yo los necesito junto a mí.
A quienes han contribuido a forjar la Nueva Mayoría les pido
que trabajemos con lealtad por el proyecto que comprometimos ante los chilenos.
Que no olvidemos que iremos al gobierno a servir y que necesitaremos toda
nuestra generosidad para alcanzar nuestros propósitos.
A quienes en su momento apoyaron otras candidaturas y hoy
nos han dado su apoyo: gracias. Gracias por la confianza que no vamos a
defraudar y que es tan necesaria en este camino que estamos iniciando.
A quienes no nos han dado hoy su voto, les digo que su rol
es necesario en nuestra democracia y que impulsaremos reformas para un Chile de
todos verdadero, en el que tendrán cabida todas las miradas y del que también
ustedes se sientan orgullosos.
Y a cada uno de ustedes, que hoy celebran esta victoria
compartida, les pido que también se comprometan. Con su aporte, con su voz, con
su trabajo.
Porque la labor de los ciudadanos no se agota en el voto.
No. Nuestra tarea no termina aquí. ¡Nuestra tarea comienza aquí!
En la jornada de hoy muchos chilenos no fueron a votar. Sé
que muchos de ellos tienen desconfianza y frustración. Sienten que el Estado ya
no los protege.
Debemos hacer que esos chilenos y chilenas vuelvan a creer,
no en mí, no en un partido ni en un grupo político. Debemos lograr que vuelvan
a creer en nuestra democracia y sus tareas. Que crean en las instituciones, en
la fuerza del voto, en la justicia de las leyes, en la riqueza de nuestra
historia, en la nobleza de nuestra gente, en la verdad de la palabra.
Hoy, en la fuerza que nos une, en el triunfo obtenido, late
también la esperanza.
Chile nos ha puesto una misión de largo aliento, y es más
grande y más hermosa que cada uno de nosotros.
Es la belleza, es la ternura, es la alegría de construir una
nación en la que todos contamos, en la que todos colaboramos, en la que somos
capaces de cuidarnos unos a otros.
¡Y veremos que esa es la más grande victoria que una
sociedad puede alcanzar!
¡Estoy orgullosa de ser hoy su Presidenta!
¡Estoy orgullosa del país que hemos construido y más
orgullosa del país que vamos a construir juntos! ¡De nosotros depende ponernos
en marcha!
¡De nosotros depende levantar los cimientos del futuro!
¡De nosotros depende que el Chile de Todos no sea más un
sueño!
¡De nosotros depende darle la razón a la esperanza!
¡De nosotros depende el mañana de nuestra dulce patria!
¡Viva Chile! TOMADO DE NACION DE CHILE POR SUGERENCIA DE
BOLETIN GAL DE CHILE
No hay comentarios:
Publicar un comentario