sábado, 22 de septiembre de 2018

LOS ORIGENES DE LA GENEROSIDAD HUMANA


Los orígenes de la generosidad humana
Buscar generosidad en una sociedad como la actual, en la que mayoritariamente se postula y premia la meritocracia y el individualismo, sobre la generosidad humana parecería ilusorio.
Buscar generosidad en una sociedad como la actual, en la que mayoritariamente se postula y premia la meritocracia y el individualismo, sobre la generosidad humana parecería ilusorio. Sin embargo la realidad es que la generosidad no tiene prensa, quizás porque escasea o porque no convenga a los intereses comerciales, que las personas sean generosas y se ayuden mutuamente en la resolución de problemas cotidianos. Tenemos múltiples ejemplos de esto, desde la Cruz Roja, hasta las ferias de trueque, pasando por Médicos sin Fronteras, comedores comunitarios, organizaciones religiosas dedicadas a los menos favorecidos, o granjas comunitarias que proliferan en todo el mundo, en muchos casos en espacios degradados de grandes ciudades.  Si bien es conocida nuestra capacidad para la guerra y la violencia, el rechazo a “los diferentes”, a los migrantes, esos mismos que algunas naciones  (y algunas sociedades), pareciera que compiten entre sí, para rematar la desgracia de tener que escapar de una situación mortífera, competencia en la que aplican enormes recursos militares y en la construcción de kilométricos muros de, ¿contención? Recursos que podrían aplicarse a  solucionar estos problemas. Problemas que generalmente causaron esas mismas naciones
expoliando y dividiendo los territorios de donde hoy huyen los indeseables migrantes.  
No quiero imaginarme  lo que es tener que dejar tu casa, todo lo que conocías, incluso a la gente que amas para poder sobrevivir? ¿Vivir a la expectativa, pensando que cualquier momento, cualquier día pueda ser el último?.
El 20 de septiembre de 2018, ACNUR La agencia especializada de la ONU lanzo un llamado de ayuda a personas refugiadas o en situación de guerra. Sin embargo los científicos, más esperanzadores que muchos políticos,  ven la  generosidad como una característica notable de nuestra especie. "Una de las cosas que se destaca sobre los humanos es lo útiles que somos", dijo Christopher Krupenye, un investigador de comportamiento de primates en la Universidad de St. Andrews en Escocia En busca del origen de la generosidad humana, un grupo de científicos, estudian el comportamiento de nuestros ancestros vivos más cercanos, para intentar comprender mejor el impulso humano por la generosidad, simplemente buscando sus orígenes en el regalo que puede realizar un mono a otro mono. Aquí encuentro una contradicción, si la “buscan”
significara que hemos perdido la generosidad, sin embargo los científicos consideran, y ruego no estén equivocados, que las  personas en todas las culturas pueden ser generosas, ya sea prestando un teléfono celular a un compañero de oficina o compartiendo un trozo de antílope, con una familia africana hambrienta. Qué tan generoso es un simio? Es una pregunta difícil de abordar para los científicos, pero la respuesta podría decirnos mucho sobre nosotros mismos. Esta generosidad puede haber sido crucial para la supervivencia de nuestros antepasados ​​primitivos que vivían en pequeñas bandas de cazadores-recolectores. "Cuando nuestros propios intentos de encontrar comida fracasan, confiamos en que otros compartan comida con nosotros, de lo contrario moriremos de hambre", dijo Jan Engelmann, investigador de la Universidad de Göttingen. Para comprender el origen de este impulso, conocido como prosocialidad, varios investigadores han recurrido a nuestros
parientes vivos más cercanos. Por ejemplo, un nuevo estudio que involucra a los simios bonobo, sugiere que las raíces de la generosidad humana son profundas, pero solo florecieron en algunos casos en el curso de la evolución de nuestra especie. 
Aproximadamente hace siete millones de años, nuestro linaje se separó de los antepasados ​​de los chimpancés y sus primos, los bonobos. Los chimpancés y los bonobos comparten un ancestro común que vivió hace unos dos millones de años.  Estas dos especies de simios estrechamente relacionadas parecen casi idénticas al ojo inexperto. Pero han desarrollado algunas diferencias interesantes en su comportamiento, incluidos los objetos, alimentos o herramientas, que les inducen a comportarse con generosidad. Recientemente, el Dr. Krupenye y sus colegas comprobaron la generosidad de los bonobos que viven en el santuario Lola Ya Bonobo en la República Democrática del Congo. Ojala la encuentren en la humanidad y logren un método para inoculárnosla.
 Fuentes: Universidad de St. Andrews - The New York Times – ACNUR-ONU
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web

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