El lenguaje secreto
que permite a los árboles crear todo un ecosistema
Medio Ambiente
Bosque. | Imagen ilustrativa EFE CIUDAD DE MÉXICO |
Un árbol solitario no puede hacer todo un bosque. Sin
embargo, los árboles juntos, mediante un lenguaje secreto, son capaces de crear
ecosistemas que amortiguan el calor y el frío extremos, almacenar agua y
producir aire húmedo.
La respuesta a cómo lo logran está en sus raíces, donde
forman una súper estructura similar a un hormiguero por donde se comunican
información sobre diversos peligros como la falta de agua y de nutrientes e
incluso la presencia de un incendio.
El presidente de Fundación Mexicana del Árbol, Teobaldo
Eguiluz, explica a Efe que la sociedad de los árboles es muy parecida a los
seres humanos, pues en ella cada miembro es importante para su comunidad, tiene
su propia función y vale la pena mantenerlo con vida tanto tiempo como sea
posible.
Por ejemplo, entre ellos protegen a los más enfermos, a los
que proporcionan nutrientes hasta que están mejor, mismo mecanismo que usan con
los ejemplares más jóvenes.
"El árbol es como una casa, inclusive los árboles se
comunican por sus raíces con sus hijos y con sus parientes lejanos o cercanos.
Pueden alimentar a sus hijos a través de las raíces cuando estos son muy
pequeños y no alcanzan la luz y por tanto no pueden fotosintetizar ellos
solos", detalla el genetista forestal.
Después agrega que "también ayudan a los viejos que ya
no tienen la posibilidad de sostenerse por sí mismos".
El árbol también convive con "una microfauna"
compuesta por hongos, bacterias y virus "que está interconectada con
él".
En esta línea, el gerente estatal de la Comisión Nacional
Forestal (Conafor) en la Ciudad de México, Gustavo López Mendoza, indica a Efe
que toda esta comunicación se da debido a que las raíces de los árboles viven
en simbiosis con hongos micorrízicos.
"El árbol utiliza la energía solar para generar
carbohidratos y azúcares a través de la clorofila, que es una sustancia que
ellos sintetizan. Ellos no la utilizan, la producen para sus simbiontes socios
que viven debajo de la tierra, los hongos, ya que éstos no están expuestos a la
luz y no pueden hacer la fotosíntesis", explica.
Por ello, el árbol les suministra todos esos carbohidratos y
azúcares para que el hongo pueda fructificar y dispersar sus esporas.
A cambio, agrega, "los hongos, a través de sus raíces,
de sus pelos radicales, suministran los minerales que tiene el suelo que son
indispensables para que el árbol forme madera, es decir carbono".
Si este intercambio sale bien, las micorrizas,
hectomicorrizas y hectoendomicorrizas le proporcionarán a los árboles todos los
elementos químicos que requiere la planta para crecer: nitrógeno, fósforo,
potasio, calcio, magnesio, boro y cobre.
El profesor investigador de la división de Ciencias
Forestales en la Universidad Autónoma de Chapingo, José Armando Gil, señala a
Efe que además de descomponer materia orgánica, los hongos se desarrollan
mediante una red de filamentos ultra finos llamados hifas.
Estas son muy largas,
un gramo de suelo llega a tener 100 metros de hifas.
"Son tan finitas y delgadas que eso sirve para que
todos los árboles se comuniquen entre sí", dice.
No obstante, Gil precisa que cuando el bosque tiene algún
tipo de deficiencia, se llega a desarrollar el hongo parásito conocido como
armillaria u hongo de miel.
Este es responsable de la "podredumbre blanca", la
cual ataca las raíces de los árboles en los bosques y se distingue de las
micorrizas positivas por su naturaleza parasita.
En el año 2000, la armillaria ostoyae mató en Oregón
(Estados Unidos) 900 hectáreas de árboles.
La razón fue que las condiciones de extrema humedad
generaron demasiada sombra de forma continua por muchos años y eso terminó
asesinando a todo el bosque.
Las hifas fueron las encargadas de comunicar a los árboles
que un hongo negativo estaba penetrando.
"Cuando hay incendios o temperaturas anormales se
envían información de que algo va mal en el ecosistema, esta información llega
muy rápido a través de las hifas, que tienen una amplia distribución dentro del
suelo y, algunas veces, también se da a través de receptores químicos",
agrega.
Y es que la comunicación entre los árboles no solo se da en
el suelo sino también puede ser por el aire, explica Eguiluz.
El especialista agrega que esto pasa "sobre todo cuando
hay incendios, plagas, tormentas o daños ambientales extremos".
Esto hace que los árboles se comuniquen liberando fenoles
terpenos, compuesto químicos que se liberan en el aire y que los perciben a
través de los estomas de las hojas. Los absorben, los reconocen y detectan las
señales que les mandan. Estas señales son reacciones termodinámicas y químicas
que ellos utilizan para comunicarse. El experto concluye recordando que
"no se debe olvidar que los árboles usan todas las formas de energía
posible que nosotros no podemos usar como seres humanos". // TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario