El pico en el vientre, frutero negro
El ave hiende la fruta como las manifestaciones culturales
atraviesan el cuerpo, el alma, la cabeza. El frutero negro presenta dimorfismo
sexual, el macho es negro y la hembra de color pardo rojizo. El artista Julio
Mac Donald acepta y aprecia esa convivencia de la naturaleza con el ser: “Hay
fruta para todos. Además, es hermoso ver cómo las aves cubren el cielo”.
Por Paulo Ferreyra, Colaboración: Abel Fleita , Especial
para El Litoral
Frutero Negro
(Tachyphonus rufus) es un ave paseriforme de tamaño mediano. Es residente
desde Costa Rica hacia el sur hasta el norte de nuestro país. El macho adulto
es negro brillante, tiene las tapadas blancas, estas áreas blancas son visibles
en vuelo, pero por lo demás son rara vez visibles. Las hembras y los inmaduros
son completamente rojizo / marrón en el plumaje, teniendo el vientre un poco
más pálido. Estos son pájaros inquietos que se alimentan de una amplia variedad
de frutas. También se alimentan de insectos, incluyendo escarabajos, hormigas y
saltamontes, dato obtenido del sitio web aves del neo de Marcelo Allende.
La hembra es muy parecida a la hembra del Frutero coronado.
Se suele ver en parejas o en pequeñas bandas formadas por ambos sexos. Se suele
ocultar entre el estrato medio del bosque. Construye un nido semiesférico
formado por fibras vegetales en las ramas de los árboles o arbustos, donde la
hembra pone dos huevos blancos con pintas oscuras. Los pichones son alimentados
por ambos padres. Presenta dimorfismo sexual, el macho es negro y la hembra de
color pardo rojizo.
A veces muchas o muchos deslizan que es fácil la vida del
artista. Sin embargo, es domingo y Julio Mac Donald trabaja como si fuera
cualquier día de semana. Prepara su espacio de trabajo, fija en un lugar la
morsa, acomoda los hierros, alambres, electrodos, martillos, arena, piedra,
cemento y su caja de herramientas. En otro momento trabaja con el cemento
mientras su mano grande se empasta buscando la forma. Ahora con Julio hablamos
de aves, escultura y chamamé.
“Estar en contacto con la naturaleza es maravilloso. Sobre
todo, para mí que soy amante de la naturaleza, de los pájaros, de las frutas,
de la huerta, del viento, del sol, del agua, de la lluvia”, desliza como un
torrente entusiasta.
“Tengo en mi casa en Mburucuyá un árbol de carambola, tengo
una planta de mango y todas las mañanas vienen los pájaros. A veces viene un
zorzal a cantarme. Escuchar ese sonido a la mañana es maravilloso, uno se
levanta y después abre la puerta mientras ese sonido llega limpio, claro. Los
pájaros revoloteando libres es maravilloso. Todas estas cosas te dan vida, te
generan una energía muy especial”, cuenta y por un momento se detiene, sólo por
un momento. “Esta es mi sensación”, aclara.
“Esto es lo que percibo y siento. A mí me reconforma estar
en contacto con la naturaleza. Acá en la ciudad de Corrientes también tengo
árboles y los escucho a la mañana o por la tarde. Hay una sensación de libertad
al escuchar a los pájaros. Hay libertad en ese trinar y eso es agradable, muy
agradable”, subraya.
Julio no se hace problema porque los pájaros puedan comer
sus frutas. Quizás por ese contacto con la naturaleza que tanto pregona para su
vida. “Cuando te comen las frutas uno tiene que pensar que hay para todos. Vos
sabés que tengo un almácigo y vienen algunos pájaros a comer. Hay que dejar
nomás, qué vamos hacer, hay para todos.
Es bueno que en una casa puedan habitar los pájaros. Hace
poco estuve en Campo Grande, Brasil, en la ciudad están los pájaros Arara, son
unos loros enormes muy parecidos a los papagayos. Ellos andan de un lado a otro
con su estridencia. Hay muchas aves dentro de la ciudad y es hermoso verlos
cubrir el cielo”.
Por estos días el escultor se encuentra en Mburucuyá. Está
haciendo obras de tamaño natural. Hizo al dúo Vera - Lucero, Nene Vera y
Salvador Miqueri, los representó a ellos en la década del 80 cuando se
volvieron a juntar por última vez.
Ahora comenzó la obra de Papi Miño y después viene la obra
de Juan Carlos Jensen. Estas esculturas en tamaño natural estarán en un espacio
físico dentro de la plaza arbolada. Habrá una mesa circular, entorno a esa mesa
estarán estas figuras emblemáticas del chamamé. “Será como un sentir de charlas
y encuentro de amigos. Es un espacio para juntarse y celebrar la vida”, desliza
e imagina cómo jugará su obra en el contexto de la plaza.
“El arte tiene relación con las aves en cuanto al vuelo de
libertad. En este caso estas obras me llegan de cerca porque disfruto hacerlo.
Este es mi pueblo. Además, viví cosas con cada uno de estos artistas que hoy me
toca trabajar, con Salvador, Nene, Juan Carlos, entonces hay un amor entre esta
gente, porque la historia personal que tengo con ellos es muy fuerte. Trabajo
con mucho placer y saber que eso va a quedar ahí para la generación que no lo
conoció me llena de orgullo. Ellos son figuras del chamamé, pero forman parte
de nuestra cultura, de nuestra idiosincrasia e hicieron muchas cosas. Después
viene el deseo que la gente cuide las obras, porque una vez que están
emplazadas en el espacio público ya pertenece a todos, es de todos”.
Dentro de pocos días es el día del chamamé. Cada año este
día llega como una celebración especial, este año será con más ímpetu por los
múltiples eventos que habrá tanto en Capital como el interior. Julio cuenta que
cuando está trabajando en ocasiones escucha cassettes, tiene muchos y después
también CD. “Mirá si seré viejo que pongo cassettes. Ahora estoy escuchando
cosas de los amigos que en ocasiones me regalan sus producciones. Además,
escucho radio, hay FM que pasa mucha música casi sin cortes. En la música uno
revive momentos que uno ha pasado con esos músicos en alguna enchamigada. Esas
cosas generan un alivio al alma, una caricia, trabajar con música me anima, me
lleva por lindos caminos”.
El hecho que su nombre lo indique, frutero negro, y esté
relacionado al color de su plumaje, no implica que esta ave no tenga
determinadas características que hagan que el momento del reconocimiento sea
grato. La más sobresaliente, que puede verse en las dos fotos que hoy nos
acompañan, es que es una especie con dimorfismo sexual, el que al decir de los
que nos enseñan, es cuando entre otras cosas, macho y hembra poseen marcadas
diferencias en sus aspectos externos. En este caso, el macho es negro y la
hembra marrón rojizo.
Sin embargo, claro está que no siempre veremos dos
individuos juntos y del sexo diferente. Por ello, una característica que nos
ayudará, en ambos casos, será un color blanco en la base del pico inferior,
casi hasta la punta. Es un detalle llamativo ya que el pico de esta especie es
de color negro.
Si del macho se
tratara, hay veces que al momento de la observación puede distinguirse en el
hombro una mancha blanca, el que al volar genera un agrado a la vista digno de
recordar. Hay días que los veremos en el monte, en los frutales nativos. Pero
también quienes tengan algunas plantas de naranjas, sabrán con quiénes
comparten los rayos del sol y las delicias dulces de la tierra, con el frutero
negro. Tomado de el litoral de ctes ar
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