Las cenizas de la Chiquitanía: contaminación y
regeneración
Tienen poca visión, pero su olfato está muy desarrollado,
caminan lentamente por grandes distancias y se alimentan de termitas, abejas y
hormigas, a esa última el oso hormiguero le debe su nombre. Al nacer, las
crías de este mamífero migran hacia el lomo de sus madres, al cumplir el año bajan
para acompañarlas en los largos paseos, pero al final regresan
para descansar y cuando sienten miedo.
Cuando llegó el fuego a la zona de los bosques chiquitanos,
en Santa Cruz, ni los animales más veloces lograron escapar, le fue peor al oso
hormiguero. El humo es lo primero que ataca, y lo que más se expande. Cuando
envuelve esa nube gris, es difícil respirar y caminar, entonces el fuego
atrapa.
Tras el incendio, los árboles convertidos en cenizas dejaron
ver escenas dramáticas, de osos hormigueros calcinados, y un ejemplar aferrada
a su cría. Doloroso imaginar ese instante.
Los habitantes dicen que las llamas consumieron todo con
fiereza, avivadas por la vegetación seca y el viento de agosto.
Los animales que lograron sobrevivir son en su mayoría aves.
A pesar de elevarse por encima de los árboles fue difícil escapar de la
cúpula de CO2. Volaron confundidas, algunas llegaron hasta la ciudad de Santa
Cruz. Un recorrido de casi 300 kilómetros.
Mientras algunos lugares de su hábitat aún arden, los
sobrevivientes que tuvieron una migración forzada, aún tienen que enfrentar la
ola de calor, la sequía que persiste y los humanos que los maltratan y de los
que intentan cazarlos aprovechando la desgracia.
Quienes lograron correr se toparon con las vías, a algunos
los pasó por encima algún vehículo.
Los que pudieron esconderse, tienen quemaduras, salen de sus
escondites y se encuentran con un desierto, sin comida ni agua. Y a su paso ven
a los cientos de humanos que llegaron para aplacar las llamas, pero no dejan de
impactar con su huella ambiental.
Suelo y flora
AFP
El bosque chiquitano tiene diferentes pisos ecológicos y la
vegetación es especifica de la zona rocosa. Además de árboles, el lugar contaba
con plantas de pequeñas a medianas.
"Es importante destacar que el bosque seco Chiquitano
en Bolivia era el bosque seco tropical saludable más grande del mundo pero
también, como varios de nuestros ecosistemas, "poco conocido" entre
comillas porque en ningún lugar del mundo se conoce al 100% todas las especies
de animales y plantas existentes, prueba de ello es que cada año se descubren
nuevas especies", señala un documento elaborado para este reportaje por
expertos del Museo de Historia Natural Alcide d'Orbigny, Marisol Hidalgo, jefe
del departamento de Mastozoologia; Cindy Veizaga, jefe del departamento de
Ornitología; M. Sc. Teresa Camacho jefe del departamento de herpetología y
Eliana Lizárraga, jefe del departamento de Museología y Comunicación.
El biólogo y especialista en ecología, Huáscar Bustillos,
explica que la zona es particular por su nivel de especies endémicas, que suman
alrededor de 200 las cuales están distribuidas entre la Chiquitanía y el
serrado.
"Se denominan vegetación saxícol. Son muy frágiles a
cualquier tipo de intromisión, el fuego es uno de los factores que pudo causar
un grave daño al ecosistema sensible a este tipo de serranía", explica
Bustillos.
Aún quedan focos de calor en la zona y la amenaza persiste,
pero en los lugares donde se aplacó el fuego es necesario comenzar a realizar
estudios para plantear un plan de rehabilitación y conocer con certeza que
metodología se usará en cada lugar y en qué aspectos es necesaria la
intervención de la mano humana.
El suelo del lugar estuvo expuesta a días de fuego intenso y
para conocer la profundidad del daño es necesario realizar un levantamiento de
datos y examinar el lugar para lo cual los biólogos piden que se declare
inmovilidad del terreno.
"Se está pidiendo total inmovilización de las zonas
quemadas para posteriormente hacer una evaluación, un levantamiento de
información, ver y elaborar planes de manejo para lo que se puede hacer",
señala la vicepresidenta el Colegio de Biólogos de Santa Cruz (Colbiocruz),
Esdenka Peréz.
"Es como si fuera una escena de crimen",
ejemplifica Bustillos. La idea es conocer que se puede rescatar del lugar,
recolectar semillas, medir el impacto en los microrganismos y también proteger
al lugar, incluso de las personas que por desconocimiento traten de introducir
especies que no pertenecen al lugar en un afán de reforestar.
En 2004 en España, un incendio arrasó 35 mil hectáreas de
masa forestal y acabó con la vida de os personas cerca del Río Tinto. La
presión social y el paisaje desolador provocó que se hagan los trabajos de
reforestación sin esperar la reacción del suelo. Las maquinarias mataron los
nuevos brotes de alcornoques o encinas, según cuenta el periódico español
El País.
Esta escena es la que se quiere evitar, y se considera que
se debe tener un equipo interdisciplinario para realizar el estudio y tener un
presupuesto para la rehabilitación de las reservas naturales.
El miércoles pasado, el presidente Evo Morales manifestó que
se usarán fondos del Tesoro General de la Nación para intervenir en las zonas
afectadas por el fuego.
Las imágenes del lugar muestran la tierra carbonizada, que
además ahora es impermeable y se teme que algunas zonas se hayan
erosionado.
"Lo más difícil se viene en los próximas años,
restaurando el hábitat, por lo que la ayuda tiene que ser constante y el
asesoramiento científico es primordial, reforestación con especies forestales
adecuadas es uno de los puntos preocupantes debido a que tenemos un largo
historial de reforestaciones con especies introducidas como el pino y el
eucalipto que dañan aún más los ecosistemas", señala el Museo.
"Entonces, para un restablecimiento de la fauna del
lugar debe de haber un restablecimiento de la flora. Pero a casi un millón de
hectáreas afectadas solamente el replantar especies nativas y llegar a una
cobertura saludable tardará de 30 a 50 años, ese solo es el principio. Para eso
no sabemos cuántas especies lograrán sobrevivir", acota.
Aire y agua
Las cenizas cubren todo el territorio quemado y ya se
registraron algunos casos de infecciones oculares. Los primeros días del
incendio, el hollín llegó al gua de los ríos y se teme que la contaminación
afecte a los peces.
Por otro lado, la zona se caracteriza por la temperatura
cálida; sin embargo el fuego elevó el calor y podrían afectar a los peces,
sobre todo a la especie bujurquina oenolaemus.
Bustillos explica que el PH del río se podría haber
modificado, por lo que el hábitat de este pez endémico puede que esté
amenazado.
La especie conocida como peineta está
catalogada como vulnerable en el Libro Rojo de la fauna silvestre de
vertebrados de Bolivia, publicado el 2009.
Entre las amenazas descritas en el libro se señala su
distribución restringida y entre las medidas de conservación propuestas se
indica: "crear un santuario natural con el fin de proteger el
hábitat".
Fauna
En el bosque seco chiquitiano existe 557 especies distintas.
Además del pez endémico bujurquina oeanolaemus, se encuentra la ranita
chiquitana, que sólo está en las serranías de Santiago y de Chochis, además del
escarbajo metálico de cuatro ojos metallactus cuadriophtalmus, según la
recolección de datos de Bustillos.
En el lugar también se encuentran pequeños roedores y
murciélagos, que podrían haber sido consumidos por completo por las llamas.
"En cuanto a las aves tenemos especies en peligro como
la Anodorhynchus hyacinthinus y la Odontophorus specius que habitaban en este
ecosistema. Finalmente en mamíferos, los más pequeños, como roedores y
murciélagos, son los más vulnerables ya que son de los que menor conocimiento
se tiene. Estos últimos sumados a los anfibios, reptiles e insectos que no
pueden desplazarse grandes distancias para escapar por un lado; y por el otro
están íntimamente relacionados hábitats de vegetación endémica", explican
los expertos del Museo Alcide d'Orbigny.
Ya que la emergencia por el fuego continúa, y por lo tanto
la extinción del fuego es prioridad, el estudio que cuantifique los daños aún
no realizó.
El fin de semana, un equipo de biólogos, a la cabeza de
Bustillos, ingresó al parque Otuquis para iniciar con el levantamiento de datos.
Pero se sabe que el incendio alterará "la composición
poblacional de los micro mamíferos, que son los animales que caben en la palma
de la mano como los roedores y murciélagos. Para ellos escapar de la hoguera
por su pequeño tamaño es difícil y tienen una muerte más rápida por
intoxicación debido a su metabolismo.
Bustillos explica que estas especies forman parte de la base
de la cadena alimenticia de otras fieras por lo que para los sobrevivientes
será difícil encontrar alimento.
Número total de especies amenazadas de vertebrados de
Bolivia por ecoregión. Extractado del Libro Rojo de Vertebrados de Bolivia. |
Elaborado por el Museo Alcide d'Orbigny
Los animales que lograron sobrevivir y se encontraron con su
hogar destruido, no tienen dónde esconderse para evitar ser capturados, y ven
mermadas sus fuentes de alimentos.
"Ahí tiene que haber fuerte presencia del Estado, de
otras instituciones o de gente para que evite que haya cazadores en el lugar
para darle tiempo a los animales para que puedan ingresar a otra parte del
bosque", explica Bustillos.
No todo el bosque se consumió, pero los seres que aún quedan
necesitan de algunos días para poderse internar en lo que aún queda con
cobertura verde.
En tanto las aves, que comenzaron a volar podrían no haber
salido de la cúpula de dióxido de carbono que se forma en los incendios,
entonces intoxicadas cayeron al suelo y las atrapó el fuego.
"Este desastre afecta a todas las especies en diferente
medida ya que el bosque provee refugio, alimentación y sitios de reproducción,
las especies que sobrevivan buscarán otros lugares adelaños solapando nichos de
otras especies en otros ecosistemas, lo que conllevará a un desequilibrio de la
cadena alimenticia", explican desde el Museo Alcide d'Orbigny.
Por el momento, a los refugios llegaron animales mutilados,
con quemaduras, que no podrán volver a la vida silvestre. Son pocos. Los
biólogos creen que la mayoría no pudo huir, pero para tener datos más exactos y
conocer incluso el momento de sus vidas en que llegó el fuego, se debe realizar
declarar inmovilidad y realizar el estudio en los terrenos.
Otros incendios y cómo se actuó
La postura del Gobierno, cuestionado por el Decreto Supremo
3979 que autoriza el desmonte y la quema para actividades agrícolas, es que
esta temporada de incendios no es la peor. En 2010, se quemaron aproximadamente
6 millones de hectáreas, "situación que es en parte atribuida a las
condiciones generadas por las fuertes sequías y heladas que se registraron
durante ese año", explica un informe de la Fundación Amigos de la
Naturaleza (FAN), publicado el 2015.
Aunque la publicación no señala el tipo de terreno que se
quemó en esa época, ni tampoco el tiempo que estuvieron ardiendo. A diferencia
de este año, en el que el fuego permaneció por días en algunos sectores e
ingresó a reservas naturales.
Con el dato del 2010 y el 2014, el ministro de Defensa,
Javier Zavaleta, señala que este no puede ser considerado como el peor incendio
de la historia de la Chiquitanía.
La posición oficial también es la de recordar que los
incendios son "comunes" en el país, pero surge el cuestionamiento de
¿por qué si esto sucedió antes no se tomaron las previsiones para evitar o
prevenir desastres?
¿Se hizo estudios en los lugares que se quemaron en otros
años para observar la resiliencia del bosque?
Bustillos señala: "Es como si hubiera pasado por
primera vez porque nadie sabe".
Los días pasan y las consecuencias del incendio comenzarán a
ser evidentes. Las modificaciones de los hábitats, las cadenas alimenticias de
los animales, podrían no sólo causar contaminación.
La naturaleza funciona en ciclos y cuando existe un
desbalance podría notarse su efecto en otra región.
Tampoco se descarta que se produzcan enfermedades atribuidas
a roedores, como el arenavirus que causó alarma hace semanas en los Yungas de
La Paz y que cobró la vida de cuatro personas, tres de ellos médicos.
Las decisiones de la autoridades nacionales en esta etapa
tendrán incidencia por mucho años en la regeneración del lugar y las medidas
para conservar de manera urgente las semillas y la fauna endémica.
Por ivonne leon
Tomado de los tiempos de Bolivia
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