¿Porque los peces del Atlántico huyen al Sur?
Por Osvaldo
Nicolás Pimpignano
La Corriente de Brasil en el Atlántico Sur viene aumentando la temperatura desde hace unas cuatro décadas. Esto genera que algunas especies de peces e invertebrados se desplacen hacia el Sur en busca de aguas más frías. Estas alteraciones que repercuten en el equilibrio marino y en la industria pesquera.
Hace
unas cuatro décadas las playas de la costa atlántica estaba llena de vida. Dos agujeritos juntos sobre la
arena mojada delataban la presencia de escondidizas almejas amarillas. Era cotidiano
ver familias con baldes repletos de estos moluscos en una rutina más de las
vacaciones y no pocas las que munidas de un limón las comían crudas en la misma
playa. Con el tiempo comenzaron a disminuir y los municipios prohibieron esta
cosecha, pero el problema era mayor. A partir de los 90, estos bivalvos
desaparecieron por décadas. Tuvieron eventos de mortandad masiva que culminaron
en la Argentina pero que habían comenzado lejos, en Brasil.
foto cardumen
Uno de los posibles motivos de esta mortandad masiva y de otras alteraciones que afectan a distintas especies acuáticas en estas latitudes de Sudamérica, apuntan al cambio climático y a sus consecuencias en el mar. “La Corriente de Brasil, en los últimos 40 años, se está calentando y avanza más hacia el Sur. En algunas regiones, la temperatura aumentó más de un grado por década. Esto genera un impacto importante en poblaciones de peces e invertebrados marinos. Algunas se desplazan hacia el Sur en busca de aguas más frías con un consecuente cambio en el equilibrio marino y en la industria pesquera”, señala la oceanógrafa Bárbara Franco, del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA UBA-CONICET).
Desde
el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de
Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Alberto Piola remarca: “Según los
análisis globales, la Corriente de Brasil es uno de los hotspots, o sea, es una
de las áreas más calientes del planeta”. Las razones que conducen a esta parte
del Atlántico casi al rojo vivo se deben “a cambios en los patrones de viento
cerca de la superficie, lo que lleva a un intenso calentamiento del océano a lo
largo del camino de la Corriente de Brasil que va desde el sur de Brasil,
Uruguay y el Río de la Plata”, precisa la revisión recién publicada en Climate
Change.
foto mision arg de estudios
Este trabajo, que recopila toda la evidencia científica, reunida hasta el momento, del impacto del cambio climático sobre la circulación atmosférica, oceánica, y sobre las pesquerías de esta zona, comenzó a gestarse hace dos años en la Semana del Mar, en Exactas UBA. “Con expertos de Brasil, Uruguay y Argentina, estábamos preocupados por evaluar cómo los cambios climáticos están afectando al océano e impactando en los recursos pesqueros regionales, así como en los sectores socioeconómicos asociados”, historia Franco, primera autora del trabajo. “Nos reunimos para colaborar con especialistas de distintas disciplinas a preparar un texto entendible”, resalta Piola.
Aguas inquietas
La
necesidad de salir del sofoco lleva al jurel del Atlántico a nadar, en verano,
cada vez más en dirección al polo, y llegar hasta el paralelo 47. “La sardina
brasileña en los últimos 30 o 40 años se desplazó 4 grados de latitud, más de
400 kilómetros al sur. Y con ello se corrió el mercado de pesca”, ejemplifica
Franco.
“Algunas
especies -dice Franco- empiezan a enfermarse, disminuyen su talla o peso, su
capacidad de resiliencia es muy baja, o sea, no logran recuperarse”. Un clásico
del menú nacional, la merluza argentina “es de afinidad con el agua fría y su
extensión hacia el norte se verá limitada por la aparición de estas aguas más
cálidas”, marca Piola.
foto mision arg
Mientras algunos peces son empujados por este mar caldeado a trasladarse más lejos, otros son rehenes del avance de estas aguas cálidas. “La Corriente de Brasil ya alcanza a la vieira patagónica, un molusco fijo al fondo del mar, que no se puede mover y tiene afinidad por las aguas frías. Lo mismo ocurre con corales que no presentan importancia comercial pero son importantes para la conservación marina”, describe Franco.
Como
un dominó, los efectos se concatenan. “Estamos ante una clara señal que arranca
con el calentamiento global y termina afectando el bolsillo del pescador o la
dieta de quienes se alimentan con productos del mar”, subraya Piola. No faltan
tampoco repercusiones geopolíticas o diplomáticas. “¿Qué va a pasar cuando
especies de Brasil pasen a ocupar el área costera de Uruguay? ¿Y cuándo las de
Uruguay se trasladen a la Argentina? Esto genera planteos políticos y
económicos, entre otros”, se pregunta Franco.
Escenarios
futuros
Cardúmenes
que viajan a destinos cada vez más australes; especies de aguas frías sin
movilidad que comienzan a verse invadidas por mares tibios; animales como la
tortuga verde, oriunda del norte de Brasil, que puede aparecer a miles de
kilómetros de casa, en las cercanías de Bahía Blanca, en la provincia de Buenos
Aires. Cada uno corre hacia donde puede.
Las
diferencias entre una y otra corriente dejan marcas en el agua. “Las corrientes
frías como Malvinas o sus análogas en el mundo, son las más ricas
biológicamente. Una región que está invadida por aguas cálidas, además de estar
invadida por una atmósfera con otras características, también tiene menos
contenido de nutrientes o alimentos para las especies que habitan en ella. Si
avanzan las corrientes cálidas se produce un impacto biológico que repercute
por donde se mire”, observa Piola.
Sobre
la base de modelos climáticos que proyectan escenarios futuros, Franco
puntualiza: “Se prevé una baja de la captura en Brasil, Uruguay y la Argentina.
Se podrá pescar menos”. Y no deja de observar la dificultad para acceder a la
información que enfrentan los investigadores. “La escasez de datos pesqueros
impide una evaluación más eficaz del impacto del cambio climático en la pesca y
obstaculiza la capacidad de los gobiernos y las comunidades para adaptarse a
estos cambios”, concluye el estudio.
Fuente:
NEX
Ciencias de
la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA
Las imágenes fueron tomadas de la Web
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