Con los últimas aguaceros, el río Medellín ha estado a punto
de salirse. Si no se controla la deforestación y ocupación de las riberas su
capacidad hidráulica puede colapsar. FOTO MANUEL SALDARRIAGA
2 mil kilómetros tiene la falla de Romeral, entre las
cordilleras Central y Occidental.
EN DEFINITIVA
La geografía antioqueña es más frágil de lo que pensamos.
Su geografía montañosa exige, más allá de obras de mitigación, estudios que
indiquen dónde construir y cómo explotar minerales.
Más allá de la atención de emergencias, la situación de
riesgos que presentan las regiones de Antioquia requieren acciones contundentes
de control y mitigación ante la compleja geografía del departamento, sometida a
la explotación de minerales y asediada por la expansión de la construcción y
los asentamientos humanos.
Año tras año, con el cambio climático las cifras advierten
sobre esta problemática. Según el Departamento Administrativo del Sistema de
Prevención, Atención y Recuperación de Desastres, Dapard, en Antioquia, en la
segunda temporada invernal de 2016 han muerto 32 personas, 9.976 familias han
resultado afectadas y 38.640 personas damnificadas. El número de viviendas
afectadas es de 1.165.
Según el director de esa dependencia, Mauricio
Parodi, 56 de los eventos corresponden a vendavales, 26 a inundaciones y 33
deslizamientos. En 2015, en igual período, hubo 14 derrumbes.
Las regiones más afectadas son el Suroeste, con 40 eventos;
Oriente, 20; Urabá, 16; Occidente, 14; Nordeste y Valle de Aburrá con 13, cada
una.
El Dapard, con base en los registros enviados por los
Consejos Municipales de Gestión del Riesgo, realizó la consolidación y ha
ejecutado con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, recursos por más de
$1.503.780.000 y entregado en ayudas humanitarias por valor de $1.426.176.428.
Movimiento en masa
Jaqueline Espinosa, directora de Ingeniería Geología
de la Universidad EIA, opinó que la diversa topografía de Antioquia, con un
vasto sistema montañoso, hace que eventos asociados con movimientos en masa,
inundaciones y avenidas torrenciales sean recurrentes en contraste de otras
zonas del país que tienen una pendiente más suave y zonas planas.
Antioquia presenta fenómenos serios de movimiento en masa
por tener gran parte del territorio en las cordilleras Central y Occidental, en
las que hay altas pendientes asociadas a la pérdida de la cobertura vegetal por
la actividad humana y procesos históricos de erosión a lo que se suman altas
precipitación. Pero estos movimientos en zonas encañonadas genera avenidas
torrenciales como la que causó la tragedia de Salgar en mayo de 2015.
Complejidad tectónica
También advirtió la especialista que el país tiene una
complejidad desde el punto de vista tectónico y presenta zonas de eventos
sísmicos muy recurrentes, a los que el departamento no es ajeno, en el que
también se presentan dinámicas eruptivas.
En Urabá, Magdalena Medio y Bajo Cauca los riegos son de
inundaciones por pérdida cobertura vegetal, debido a las actividades económicas
y la erosiones intensas.
De igual forma, comentó, en Antioquia hay varios riesgos que
se pueden concentrar en un territorio que un muchas casos son poblados.
“Nosotros hablamos de evento natural cuando ocurre en la
naturaleza, pero cuando es en zonas cercanas a la concertación de la población,
los denominamos riesgo, ya que puede afectar vidas o generar un impacto
económico”.
Sistema de fallas
Otro aspecto que no se puede ignorar en Antioquia, advirtió
es la cercanía a la Placa o Cinturón de Fuego del Pacífico, cuyo reacomodo
origina constantes sismos.
Asociado a esta Placa está la falla del sistema Cauca
Romeral que cuando llega al departamento se ramifica en una serie de fallas más
pequeñas, como, por ejemplo, la del Espíritu Santo, en el norte, que fue muy
analizada para iniciar obras en Hidroituango.
Muchas de estas fallas no son activas, pero aunque en el
último período de la Tierra no han generado sismos, esa liberación de energía
que tuvieron en su historia geológica sí produjo materiales triturados,
pulverizados que forman suelos alterados, dañados y en consecuencia, con la
erosión que generan la deforestación y el sistema de lluvias, originas amenazas
de movimientos de tierra en masa.
El ingeniero hidrólogo del Departamento de Geociencias de la
Universidad Nacional Jaime Ignacio Vélez, añadió que hay municipios
con riesgos en las cabeceras, tiene vulnerabilidad sísmica y son cruzados por
ríos o quebradas, pero en ellos la gente no toma en serio estas amenazas. Para
acabar de ajustar se buscan estrategias de mitigación que en vez de generar y
reducir el riesgo lo aumentan ya que generan falsa seguridad y la gente termina
generando más presión sobre ese medio natural.
LA MICRO HISTORIA FALLAS EN ORIENTE Y OCCIDENTE
El geólogo asociado a Geociencias, Albeiro Rendón, dijo que
están estudiando el fenómeno de fallas y empezaron por el oriente y parte del
occidente. En el caso del occidente están analizando las de Sabanalarga, San
Jerónimo y Ebéjico y evidenciaron que en los últimos 3.000 años han generado
sismos de magnitud 7 lo que es importante investigar, ya que están muy cerca de
Medellín.
RODRIGO
MARTÍNEZ ARANGO Comunicador social-periodista de la Universidad de
Antioquia. Redactor del área Metro hace 20 años. Periodista judicial hace 30
años. También ha trabajado como locutor y periodista de radio en la Cadena
Caracol. Autor del libro Expresión oral para periodistas, editorial UPB. Tomado
de el colombiano
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