El rechazo al voto electrónico y el acuerdo para aumentar el
gasto asistencial con la "Emergencia Social" son dos triunfos del
conservadurismo político que brega por sostener esquemas de poder feudales. Si
todos los recursos que se asignan a programas asistenciales llegaran a las
familias de más bajos ingresos, no habría ningún hogar debajo de la línea de
pobreza. Por eso, para alcanzar el objetivo de "Pobreza Cero" no se
necesita más asistencialismo sino mejor institucionalidad.
El Congreso rechazó el proyecto de reforma política. La
iniciativa proponía implantar el voto electrónico en sustitución del obsoleto
esquema basado en boletas de papel. Se buscaba ir hacia un mecanismo de
votación más económico, ecológico, ágil para el escrutinio y controlado, pero
fundamentalmente menos vulnerable al fraude y a las prácticas clientelísticas.
En paralelo, la presión de las organizaciones piqueteras llevó al gobierno a
ceder y promover la sanción de la "Emergencia Social". Esto implica
derivar a estas entidades fondos públicos del orden de los $30 mil millones.
Aunque parece que se trata de temas diferentes, en esencia,
responden al mismo fenómeno. El rechazo a la reforma política y la presión por
sostener el financiamiento de las organizaciones piqueteras preserva la lógica
conservadora de acumular poder político en base al clientelismo.
El fenómeno más notable, y menos atendido, es el uso de la
pobreza como argumento para bregar por más gasto asistencial. Para evaluar la
pertinencia del reclamo sirve analizar los datos del INDEC y de los
presupuestos estatales en ejecución en el año 2016. Según estas fuentes se
estima que:
Los ingresos que generan los hogares pobres –excluyendo lo
que reciben como asistencia social desde el Estado– se estiman en unos en
$7.100 mensuales.
Las transferencias asistenciales que estos hogares
necesitarían, por encima de los ingresos que ellos generan, para salir de la
pobreza son unos $5.700 mensuales.
El actual gasto asistencial de los Estados nacional,
provinciales y municipales divido el total de hogares pobres es de
aproximadamente $7.400 mensuales.
Estos datos muestran que la cantidad de recursos que se
asignan a ayuda social excede el monto que se necesitaría para que los hogares
pobres superen la pobreza. En términos aproximados, el Estado eroga en planes
sociales más que los ingresos adicionales que los hogares de menores ingresos
necesitan para salir de la pobreza. Por lo tanto, que 1 de 4 hogares siga en la
pobreza no es un problema de insuficiencia de planes sociales sino una
consecuencia de que estos fondos se desvían a otros destinos.
Para alcanzar la meta de "Pobreza Cero" no hace
falta más dinero ni solidaridad sino mejor institucionalidad. El esfuerzo que
hace la sociedad pagando impuestos para sostener el gasto social es más que
suficiente. Pero estos recursos se administran a traves de más de un centener
de programas, con groseras superposiciones, con diseños y gestión muy
rudimentarios y niveles muy bajos de control. Esto resulta en que una porción
grande de los recursos se derrocha en gastos administrativos, en la captura de
los recursos por parte de los organizaciones piqueteras y en que muchos hogares
siendo pobres no reciben la promoción social para salir de la pobreza.
Que los hogares pobres dependan de los recursos
asistenciales tiene profundas implicancias institucionales. La tentación de
usar el asistencialismo para someter voluntades es irresistible. El testimonio
más ilustrativo es la conducta de las organizaciones piqueteras. Sus dirigentes
se apropian de fondos publicos con el argumento de que defienden a los pobres
para construir poder en base a la dependendencia que le imponen a sus
seguidores.
El conservadurismo político apela a diferentes mecanismos de
manipulación con el fin de mantener relaciones feudales. Uno es conservar un
sistema electoral permeable al fraude. El otro es contar con personas
resignadas a que su subsistencia dependa de la dádiva que administra el
"puntero" político. Bajo estas condiciones, las instituciones
democráticas quedan reducidas a meras formalidades. La modernización está
supeditada a que se logre doblegar el fraude electoral y el uso de fondos
públicos para sostener estructuras clientelares. De aquí la alta importancia de
que la gente asuma que no se necesitan más recursos asistenciales sino mejor
institucionalidad. Tomado de envio de asi somos de cor ar
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