. La lucha por el patrimonio arquitectónico se multiplica en
el sur del conurbano
Unas 5000 familias en Lomas de Zamora, Banfield y Temperley
se movilizan por las redes sociales para defender viviendas históricas a las
que se quiere demoler
Virginia Mejía
Villa Grampa, en Suárez y José María Paz, Temperley. Foto: Santiago Cichero /
AFV
La lucha por conservar el patrimonio trascendió las
fronteras de la Capital Federal y llegó al sur del conurbano bonaerense, donde
la asociación civil Fuenteovejuna custodia tesoros arquitectónicos de los
barrios "ingleses" de Lomas de Zamora, Banfield y Temperley. Se trata
de unas 5000 familias congregadas de forma espontánea a través de redes
sociales para hacer oír su voz contra la construcción indiscriminada de torres
y el avance sobre los espacios verdes. Temen que el boominmobiliario
afecte parques con árboles centenarios, calles empedradas, iglesias, chalets
estilo Tudor, colegios y clubes tradicionales, petits hôtels y
antiguas casas de campo junto a las vías del ferrocarril.
"Somos una asociación conformada por vecinos comunes,
que trabajamos y estamos ocupados, pero que en el poco tiempo libre disponible
nos dedicamos a realizar asambleas, poner pasacalles e informar a la prensa
sobre cuestiones que tienen que ver con preservar el barrio donde vivimos. Acá
nadie cobra por hacer esto. Cualquiera que tenga algo que reclamar lo puede
hacer a través de nuestro Facebook: https://es-la.facebook.com/FuenteovejunaVecinosDeLomasDeZamora",
explicó Ernesto, un comerciante de Banfield, donde frecuentemente realizan
protestas contra lo que llaman "zona de altura liberada", es decir,
el corredor conformado por las avenidas Valentín Alsina, Almirante Brown
e
Hipólito Yrigoyen, con casas bajas a punto de ser demolidas o que sobreviven
escondidas en medio de los edificios.
Al igual que la obra teatral del Siglo de Oro español Fuenteovejuna,
donde los habitantes del pueblo se unen para luchar contra el atropello de las
autoridades, los miembros de la ONG comenzaron a agruparse en 1997 para
protestar contra la instalación de un hipermercado en Banfield. En 2000 se
opusieron a la construcción de una universidad en un sitio donde no estaba
permitido y, dos años más tarde, lograron que declarar de interés municipal las
calles adoquinadas del partido.
Hace un año exigieron que el municipio de Lomas de Zamora
realizara un convenio con arquitectos especialistas en conservación de la UBA y
el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, Icomos, para identificar las
obras y los paisajes que ameritaban ser conservados.
El fin del listado era redactar una ordenanza preventiva que
limitara la demolición y las nuevas obras en esos barrios, pero la entidad aún
no obtuvo los resultados del informe: "Nos preocupa que no nos hayan
entregado el estudio solicitado. Mientras tanto, se pierden obras y se degradan
barrios día tras día", advirtió Alejandra, una ingeniera agrónoma que
trabaja para la asociación.
Según los vecinos, los funcionarios no reglamentan la
conservación ni el mantenimiento de las joyas de los barrios creadas por
reconocidos arquitectos. El código urbano, con 40 años de antigüedad, es
obsoleto, explicaron. "El boom inmobiliario de Lomas de
Zamora de estos últimos 10 años, con torres de hasta 30 pisos entre medianeras,
cientos de árboles talados, violando las leyes vigentes, y poca o nula
planificación urbana, viene depredando estos recursos en forma alarmante",
explicó la vecina.
Para defender los derechos ambientales, Fuenteovejuna
también participa de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). Y
realizan distintos proyectos con la Fundación Poder Ciudadano.
El sur del conurbano suele asociarse prejuiciosamente con
una región perimetral, de grandes concentraciones urbanas con escasos o nulos
valores urbanísticos, históricos o ambientales. Sin embargo, Lomas de Zamora es
el municipio de la provincia con más monumentos históricos nacionales
declarados. Cuenta con obras y paisajes únicos, como los del barrio inglés.
Entre calles adoquinadas y densamente arboladas, se descubren los chalets
estilo Tudor; clubes históricos, como el Lomas Athletic o el Temperley Lawn
Tennis; colegios como Barker o St. Albans, e iglesias y obras de la Belle
Époque.
Algunos de los arquitectos famosos que han dejado su obra en
el sur son Alejandro Bustillo, Walter Bassett-Smith, Thomas Edward Collcutt,
James Smith, Medhurst Thomas, Louis Newbery Thomas, Frances Farmer, Paul Bell
Chambers y Mario Roberto Álvarez.
En cuanto a los espacios verdes, se pueden apreciar quintas
de personajes históricos como Nicolás Avellaneda, Pablo Ricchieri y Esteban
Adrogué. "Algunas quintas están en venta y sus casas tienen proyecto de demolición.
Es una pena, ya que definen la identidad del barrio. No nos vamos a
callar", afirmó María Carmen, especialista en recursos humanos también
miembro del grupo.
En el caso de Temperley, está considerada un área de
creciente interés inmobiliario y, por lo tanto, en peligro. "Estamos a 25
kilómetros de la Capital y vemos cómo ya no se puede estacionar, se llenó todo
de edificios. No queremos que pase en Temperley lo que ya sucedió en Lomas de
Zamora", dijeron los miembros de la ONG del sur del Gran Buenos Aires, que
se une así a la lucha por el patrimonio que realizan asociaciones como
Defendamos La Plata y de la Capital Federal como SOS Caballito, Basta de
Demoler, el Observatorio del Derecho y la Fundación Ciudad, entre otras.
Tomado de la nación de ar
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