Más de 100 hectáreas del Parque Nacional Tunari ardieron
ayer en lo que se constituye un nuevo atentado ambiental en contra del área
protegida, que en lo que va de este año registró 40 focos de calor, según un
informe preliminar de los voluntarios del SAR-Bolivia.
El fuego duró 19 horas y afectó la cara de dos cerros en
Taquiña Chico y Taquiña. El incendio se reavivó en varios momentos por la
fuerza del viento y provocó un aumento de la contaminación atmosférica por la
humareda.
La Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) sospecha que el
fuego fue provocado.
A pesar de la sequía, varios comunarios de Candelaria donde
las llamas casi alcanzaron las casas, se esforzaron por conseguir agua de
tanques comunitarios.
Contaron que el incendio comenzó antes de la medianoche del
martes en el sector de Taquiña Chico. Al principio parecía algo pequeño, pero a
las 09:00 de ayer el foco de calor comenzó a bajar rápidamente.
“Yo he visto que a las 06:00 se estaba quemando el cañadón,
poco a poco fue avanzando, hemos llamado a Bomberos, trataron de controlar;
pero más tarde vino un ventarrón y esparció el fuego”, relató una vecina de
Candelaria, Sonia Cadima, que perdió 300 metros de tubería para el riego de sus
cultivos de romero.
Cuando las llamas amenazaron con llegar a las casas, a las
15:00, vecinos de Candelaria, desesperados y con miedo, tocaron la alarma para
alertar a los demás y salir a ayudar. Con baldes, sacando agua de donde podían
a pesar de la escasez y ramas que cortaron de los árboles de molles comenzaron
a sofocar el fuego.
En ese momento, unas gotas de lluvia fueron una alegría para
apagar las llamas, pero el fuego continuó. Las llamas superaron los tres
metros.
“Está muy cerca de las viviendas, por favor, pedimos ayuda a
las autoridades, nosotros no tenemos nada, con serrucho estoy sacando ramas
para ver qué podemos hacer. Hay poco personal desplazado y están llegando gota
a gota”, exhortó angustiado otro vecino de la zona, Freddy García.
El dueño de la granja Jehová es mi Pastor, Ramiro Castellón,
contó que hace tres años ocurrió lo mismo, pero gracias al río Lok’ostani, que
divide las faldas del cerro con su casa, se controló el fuego al igual que en
este caso. La preocupación era que el fuego llegue al tanque de gas.
Bomberos, SAR-Bolivia, SAR-FAB, la Unidad de Gestión de
Riesgos (UGR) de la Alcaldía y Gobernación, Sernap, Andes Extremos, vecinos y
voluntarios lucharon contra el viento que expandía el fuego en cuestión de
segundos y combatieron el calor con los pocos insumos que tenían a la mano,
porque ninguna cisterna pudo ingresar por lo escarpada de la zona.
Cuatro personas de Andes Extremos iban con una mochila de
agua, dos machetes y pañoletas en el rostro; mientras, la camioneta de la UGR
llegó con cuatro bidones de agua cada uno de 20 litros para llenar mochilas del
personal que combatía el fuego.
Recién a las 16:45 el helicóptero de la Fuerza Aérea con el
Bambi Bucket apareció para echar un chorro de agua al fuego que seguía ardiendo
en la zona más alta. Ante la emergencia, la aeronave se abasteció de la laguna
Alalay, donde el agua está contaminada con metano.
Un técnico de la ABT y un abogado llegaron a la zona para
encontrar al posible infractor que ocasionó el fuego y sancionarlo. Lamentaron
la quema de arbustos nativos y árboles como eucaliptos, molles y jacarandás.
LA HUMAREDA Y FALTA DE VIGILANCIA
Contaminación.- Los Índices de Calidad del Aire
(ICA) se mantuvieron por debajo de lo regular pese al incendio en el Tunari. Sin
embargo, se cuantificó 140 microgramos por metro cúbico, cuando lo ideal es no
superar los 60, dijo el responsable de la Red de Monitoreo de la Calidad del
Aire, Alaín Terán.
“Lo que pasa es que teníamos buena calidad del aire antes
del incendio. Entonces, lo registrado durante el siniestro no afectó demasiado.
Pero es evidente que se generó una humareda que en ciertos momentos se sintió
en la ciudad. Se trata de un fino hollín generado por la vegetación”, aseguró.
Resguardo.- El secretario general de la
Alcaldía, Ricardo Pol, dijo que no se podía dotar de un vehículo a los soldados
que resguardaban el PNT, porque son de otra institución del Estado y sería
incurrir en el delito de uso indebido de bienes. Los conscriptos se retiraron
del parque hace un mes, porque no tenían las condiciones para realizar el
patrullaje preventivo. TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
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