Medellín, como otras de nuestras ciudades, está asentada
sobre una bomba de tiempo. Y de agua y tierra.
Los últimos aguaceros lo han expuesto. La inundación en el
centro por toda la avenida La Playa no es un hecho fortuito ni un anuncio
divino, aunque sí celeste (agua caída del cielo).
La Organización Meteorológica Mundial reveló esta semana un
estudio sobre el clima de 2011 a 2015. No solo ha sido el periodo más caliente
desde que se llevan registros, lo cual era de esperarse, sino que las tragedias
climáticas van en aumento.
Los fenómenos extremos no serán más frecuentes como se decía
hace años: ya lo son.
En la actual temporada invernal varios han sido los grandes
aguaceros sobre el Valle de Aburrá, anormales hace una o dos décadas, normales
hoy.
Hot and wild, así titula el informe de la OMM sobre
ese periodo. Y así proseguirá, no quedan dudas aunque aumenten los esfuerzos
tras el Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases. El clima
continuará severo.
Quedan las dudas de si en Medellín y Antioquia se están
tomando en serio el tema. ¿Ya revisaron qué hay debajo de La Playa en las
quebradas que pasan por allí? A mediados de los 80 hubo que destapar la Santa
Elena porque estaba colmatada y el canal muy tapado.
No es solo esta. Hay decenas de quebradas cubiertas sobre
las que se construyeron avenidas y residencias acabando con un paisaje que
nunca debió desaparecer; pero bueno, ese no es el tema hoy.
Leía el miércoles que un alto funcionario de la Gobernación
decía que el problema de los taponamientos por lodo en la carretera a Barbosa
se debía a la deforestación. ¿Y? ¿Es que apenas se dio cuenta cómo andan
nuestras laderas y cómo las microcuencas que surten el río Aburrá? ¿Cuántos
sedimentos bajan por nuestros arroyos? Con frecuencia queda la sensación de que
no hemos entendido la ciudad, la región y sus problemáticas, por lo que vivimos
de tumbo en tumbo con las decisiones a ver en qué se acierta. Mucha verbosidad.
El tema va más allá del necesario sistema de alertas
tempranas. Pasa por entender que nuestro clima está y seguirá descompuesto y
que hay que actuar con la seriedad del caso y comenzar a revisar y
atender los
frentes en los que la región puede sufrir, como las quebradas, cuya
problemática no se limita a pedir que no les arrojen colchones.
Maullido: Bien, en el Aburrá animales ya son
prioridad. DE RAMIRO VELAZQUEZ , TOMADO DE EL COLOMBIANO
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