viernes, 11 de noviembre de 2016

CLIMAS DIFÍCILES, AFECTOS EN CIUDADES DE COLOMBIA

Medellín, como otras de nuestras ciudades, está asentada sobre una bomba de tiempo. Y de agua y tierra.
Los últimos aguaceros lo han expuesto. La inundación en el centro por toda la avenida La Playa no es un hecho fortuito ni un anuncio divino, aunque sí celeste (agua caída del cielo).
La Organización Meteorológica Mundial reveló esta semana un estudio sobre el clima de 2011 a 2015. No solo ha sido el periodo más caliente desde que se llevan registros, lo cual era de esperarse, sino que las tragedias climáticas van en aumento.
Los fenómenos extremos no serán más frecuentes como se decía hace años: ya lo son.
En la actual temporada invernal varios han sido los grandes aguaceros sobre el Valle de Aburrá, anormales hace una o dos décadas, normales hoy.
Hot and wild, así titula el informe de la OMM sobre ese periodo. Y así proseguirá, no quedan dudas aunque aumenten los esfuerzos tras el Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases. El clima continuará severo.
Quedan las dudas de si en Medellín y Antioquia se están tomando en serio el tema. ¿Ya revisaron qué hay debajo de La Playa en las quebradas que pasan por allí? A mediados de los 80 hubo que destapar la Santa Elena porque estaba colmatada y el canal muy tapado.
No es solo esta. Hay decenas de quebradas cubiertas sobre las que se construyeron avenidas y residencias acabando con un paisaje que nunca debió desaparecer; pero bueno, ese no es el tema hoy.
Leía el miércoles que un alto funcionario de la Gobernación decía que el problema de los taponamientos por lodo en la carretera a Barbosa se debía a la deforestación. ¿Y? ¿Es que apenas se dio cuenta cómo andan nuestras laderas y cómo las microcuencas que surten el río Aburrá? ¿Cuántos sedimentos bajan por nuestros arroyos? Con frecuencia queda la sensación de que no hemos entendido la ciudad, la región y sus problemáticas, por lo que vivimos de tumbo en tumbo con las decisiones a ver en qué se acierta. Mucha verbosidad.
El tema va más allá del necesario sistema de alertas tempranas. Pasa por entender que nuestro clima está y seguirá descompuesto y que hay que actuar con la seriedad del caso y comenzar a revisar y
atender los frentes en los que la región puede sufrir, como las quebradas, cuya problemática no se limita a pedir que no les arrojen colchones.

Maullido: Bien, en el Aburrá animales ya son prioridad. DE RAMIRO VELAZQUEZ , TOMADO DE EL COLOMBIANO 

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