Chicos que
investigaron a lo grande
Si nos preguntáramos dónde habita la ciencia, posiblemente
la respuesta no sería ni en los libros, ni en los laboratorios. Estaría, casi
con seguridad, en las mil y un preguntas que se despiertan allí donde alguien
se decide a crear en vez de copiar.
Pero si nos aventuramos un poco más y pensáramos qué es la
ciencia cuando se pretende en los más jóvenes, la respuesta nos llevaría a un
lugar aún más transgresor e insurgente: la actitud de quienes, apenas empezando
a conocer el mundo, entienden que conocer es el más certero acto de investigar.
Y así lo entendieron los niños de Villaguay, Entre Ríos,
cuando decidieron llenar de colores las melodías y preguntarle a la ciencia de
qué color es el sonido; o cuando dos pequeñas niñas de Jujuy se interrogaron
sobre qué era y cómo había cambiado el concepto de familia.
Así, en esa búsqueda de re-crear el mundo, de vivenciar la
experiencia inédita de crear, la creatividad llega como la posibilidad de
trazar nuevos caminos, nuevas lecturas y, sobre todo, nuevos investigadores.
"Acá podemos observar el fenómeno de la sinestesia de
Kandinsky en donde escuchamos el sonido e imaginamos un color", desliza
Valentina -de 11 años-, desafiando a cualquier observador que cometa el error
de subestimar lo que ella tenía para decir.
Es que junto a Diego y a sus compañeros de Villaguay, Entre
Ríos, presentaron su proyecto "Sonidos de Colores" en el que
retomaban algunas líneas teóricas que había esbozado un colega de estos
investigadores entrerrianos algunos años atrás, conocido por muchos como Isaac
Newtton.
"Lo más lindo de todo el proceso fue -cuenta Diego-
cómo nos divertimos", lo que inevitablemente nos lleva a un universo diferente
en el que el conocimiento tiene, extrañamente, propiedades lúdicas. "Nos
gustó mucho investigar y entender por qué la gente masticaba tanto las hojas de
coca", compartió Joaquín, de Formosa, agregando más consistencia a esa
rara sinergia entre aprendizaje y diversión.
Pero cuidado, no sólo se trata de una rareza que revela
nuestras conclusiones muchas veces apresuradas sobre los niños y los jóvenes
modernos, sino que nos "des-burra" en algunos puntos más que
interesantes: los chicos nos demuestran que, donde se los participa desde el
descubrimiento y el interés, sus ganas y su atención estarán garantizadas.
Para Juan, profe a cargo de los académicos de Entre Ríos,
investigar con niños "es una experiencia única e impagable", haciendo
especial énfasis en lo mágico de descubrir juntos facetas de un mundo en el que
dan sus primeros pasos.
Ya en el secundario, a un año de entrar a la facultad,
Daniela expone su vehículo solar autosustentable con la convicción digna de
quien presenta ante un simposio la investigación de su vida.
"Como nosotros somos técnicos, nos enseñan que no sólo
aprendamos la teoría, sino que lo llevemos a la práctica. Por eso, este trabajo
para nosotros sin dudas es un método de estudio", argumenta la joven
misionera dejando en claro que, como científica, la articulación entre el mundo
académico y el productivo es un punto nodal.
Edgar Castelli, profesor de Pablo y Luigi en el Ipet número
80 de Berrotarán, comenta que se trata de "ponerle entusiasmo y alegría a
la clase para que los chicos busquen problemas cotidianos que los identifiquen;
si eso pasa, ellos le ponen muchas pilas y se entusiasman", afirma.
Pablo explica que empezaron a indagar en el tema vial como
campo de estudio y que una de las cosas que surgieron fue que, en Argentina,
mucha gente fallecía posterior al accidente porque no llegaba a tiempo la ayuda
médica. Por eso, comparte, "decidimos crear un sistema para acortar ese
tiempo de espera".
El mismo entusiasmo se palpitaba en el stand 26, donde
Leandro y Antonella, provenientes de la localidad de Ramona -Santa Fe-,
presentaban su proyecto comunitario "Aceite de la sartén al
automóvil", que apunta a la producción de biodiesel a partir los aceites
vegetales usados en casa.
No ocultaban la alegría que les generaba estar en su primera
feria de ciencias y la grata sorpresa por el gran impacto de su propuesta.
"Es una experiencia inolvidable para nosotros y estamos muy orgullosos de
lo que conseguimos entre todos", expresó Leandro. "Es algo increíble.
Para nosotros, con todo lo que hicimos, ya ganamos", cerró Antonella.
¿Por qué la gente mastica hojas de coca? ¿Cuál es el color
del sonido? ¿Qué es una familia? ¿De qué manera usar las energías renovables al
servicio del medioambiente? ¿Cómo reducir el tiempo de demora en la llegada de
una ambulancia cuando ocurre un accidente?.
Como éstas, tantas, tantísimas preguntas sobrevolaron el
predio de Feriar y tomaron formas de ideas y proyectos que se presentaron y
defendieron con la convicción de quien sabe que se trae algo bueno entre manos.
Cientos de proyectos y miles de niños y jóvenes demostraron
que lo que sobran son ideas y que nada mejor que una feria de ciencias para
sacar a relucirlas. TOMAD DE ENVIO DE
ASI SOMOS DE COR AR
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