Por una acción popular interpuesta por la Corporación
Regional Corporinoquia, la petrolera canadiense Gran Tierra Energy suspendió
operaciones del proyecto El Portón.
La acción de la Corporación se basa en la posible afectación
de las aguas que surten Yopal, ante la falta de estudios técnicos. Como de
costumbre, la empresa recalcó que por esa situación se perderían los puestos de
trabajo. E igual argumentó el presidente de la Asociación Colombiana de
Petróleo en notas periodísticas.
Expresó a la prensa que “el cierre de operaciones genera un
despido masivo de empleados y contratistas y, en algunos casos, disminución en
la inversión social del departamento”. Ni una palabra del agua, que es recurso
vital, que prima sobre los demás.
De esta interrupción se desprende la falta de estudios
técnicos para muchas actividades productivas o desarrollos de infraestructura,
y en diferentes oportunidades estudios insuficientes.
Nos decía esta semana un investigador local que es común que
en estudios de impacto ambiental para obtener la licencia, se alleguen pocas
especies de la flora de un lugar que tiene muchas más. Como para salir del
paso.
Una mata o una planta menos ¡cómo va a parar una obra! Y si
existe alguna de interés de conservación, que se traslade y punto. Simplísimo.
Dada la importancia de nuestros recursos naturales,
deteriorados, desmejoramiento que incide en situaciones calamitosas cada vez
más serias, y ante las evidencias de la intervención humana en el cambio
climático, resulta increíble que la prensa no incluya la visión medioambiental
en las noticias relacionadas con infraestructura (y exploración minera), y en
campos como el industrial, etc. Son muchas las áreas que tienen ese componente
que se evita. (Si se observa, solo lo incluyen si se trata de minería ilegal).
Se presentan solo las declaraciones de la firma que tiene el
interés económico, o de funcionarios que, por lo general, pasan encima de los
derechos al ambiente sano. Y presionan citando las ‘pérdidas’.
Lamentable enfocar una nota por el freno a una obra debido a
la falta de licencia. Nunca se mira por qué no se ha otorgado ni qué hay allí
en juego. De una vez se le pone la cruz al asunto ambiental, como si solo
importara el poder económico o el desarrollismo. Nadie ha dicho que hablar de
lo ambiental es oponerse per se a una obra.
Flaco servicio al país, de espaldas al ciudadano común, muy
bueno para la fuente. POR RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ - TOMADO DE EL COLOMBIANO
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