Conversaciones secretas por una salida al mar entre Bolivia
y Chile
El presidente boliviano Evo Morales participa de un
encuentro con su homólogo chileno Sebastián Piñera, en 2013. | AFP
Un reportaje publicado ayer por el diario La Tercera indicó
que Chile se prepara para el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ)
de La Haya y reveló que los presidentes de Bolivia y Chile, Evo Morales y
Sebastián Piñera, respectivamente, mantuvieron conversaciones secretas en 2011
para una “solución de medio camino” por un enclave costero y un polo
portuario-industrial sin soberanía.
El trabajo para el fallo está en una etapa muy avanzada,
aseguran en el piso 13 del edificio Las Américas, en calle Miraflores 222, el
“cuartel general” de la defensa de Chile frente a la demanda por obligación de
negociar una salida soberana al mar presentada por Bolivia ante la CIJ.
“Minutas con análisis de escenarios posibles —desde los más
catastrofistas a los más positivos, pasando por una amplia gama de alternativas
intermedias y borradores con la bajada comunicacional del Gobierno y de las
demás autoridades de Estado frente a la sentencia del tribunal— en cada uno de
los escenarios, se acumulan en el escritorio del jefe del equipo, el abogado
Claudio Grossman. Y cada día se suman más”, dice La Tercera.
El diario indica que al interior de “la agencia de
Miraflores” el trabajo se ha intensificado en los últimos días. Si las
estimaciones son correctas, el fallo de la CIJ en La Haya, en el litigio sobre
obligación de negociar una salida soberana al mar presentado por Bolivia,
podría darse a conocer a fines de septiembre o principios de octubre. Y aunque
esto es sólo una especulación, a partir de los tiempos que habitualmente se
toman los jueces en sus deliberaciones, las cancillerías de Chile y Bolivia ya
pusieron en marcha la cuenta regresiva para la sentencia.
Saben que el secretario de la Corte, el belga Philippe
Couvreur, advertirá a las partes con apenas dos o tres semanas de anticipación
el día en que se dará lectura al fallo y permitir así a Chile y Bolivia
preparar el estado de ánimo de su población para recibir la sentencia de los
jueces.
Hoy está previsto que el canciller Roberto Ampuero se
reunirá con los miembros de las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado
y de la Cámara de Diputados para comenzar a abordar los escenarios que se
pueden abrir con el fallo de La Haya.
DEBERÁN ACEPTAR LA SENTENCIA
Según los expertos y miembros del equipo jurídico de la
defensa, Chile no puede amenazar con desconocer la sentencia. Hacerlo implica
quedar expuesto a que se aplique el artículo 94 de la Carta de las Naciones
Unidas.
Esta norma señala que “los Estados miembros de la ONU se
comprometen a cumplir las decisiones de la CIJ. Si una de las partes en litigio
dejare de cumplir las obligaciones que le imponga un fallo de la corte, la otra
parte podrá recurrir al Consejo de Seguridad, el cual podrá hacer
recomendaciones o dictar medidas con el objeto de que se lleve a efecto la
ejecución del fallo”.
SANTIAGO EVITARÁ TODA SOBRERREACCIÓN AL FALLO
Para todas estas citas, el mensaje que pretende transmitir el
equipo de la defensa es claro: evitar a toda costa que haya una sobrerreacción
a la sentencia.
“Es muy difícil que la Corte diga que Chile ha incumplido
una obligación de negociar o que existe una obligación de negociar una salida
soberana al mar, como pretende Bolivia en su demanda”, aseguran los miembros
del equipo jurídico chileno que dirige Grossman.
Pero, aunque las expectativas para Chile son buenas, sí hay
margen para que el tribunal “aconseje”, “inste” o “llame” a Chile y Bolivia
“como países civilizados y miembros de las Naciones Unidas a retomar el
diálogo”, aun cuando no sea con un resultado predeterminado, como exigía La
Paz.
Hay un solo escenario completamente previsible, señalan en
el equipo de la defensa.
Con Evo Morales como candidato presidencial, sea cual sea el
resultado del fallo, buscará interpretar hasta la menor frase de los jueces en
favor del diálogo como un triunfo de la causa boliviana, reseñó el diario
chileno en su edición de ayer.
OFRECIERON TERRENOS EN LA PLAYA LAS MANCHAS
Tras que Bolivia amenazara con judicializar su aspiración
marítima, los presidentes Sebastián Piñera y Evo Morales designaron a dos
emisarios para llevar adelante conversaciones secretas tendientes a lograr un “Tratado
de integración y desarrollo” que mejorara la “cualidad marítima” de Bolivia por
territorio chileno, sin cesión de soberanía.
En diciembre de 2011, tras cuatro meses de conversaciones,
las gestiones fracasaron. Pero lo que se discutió en ese momento, para algunos
diplomáticos chilenos y bolivianos, podría servir de base para una nueva
aproximación posfallo de La Haya.
“Aceptan los terrenos de la playa Las Machas, al norte de
Arica, como parte de la negociación, pero solicitan que pueda idearse una figura
jurídica que resguarde su opción de considerar también en el futuro los
terrenos costeros que quedan situados entre el norte del aeropuerto y la línea
de frontera con Perú”, dice La Tercera.
Conforme a lo acordado por Morales y Piñera junto a sus cancilleres
en la reunión del 28 de julio en Lima, el 12 de agosto de 2011 se realizó en
Mendoza, con la reserva del caso se efectuó la primera reunión con Walker San
Miguel, excónsul de Bolivia en Chile, quien para estos efectos actuaba
mandatado por su Presidente. Fuentes diplomáticas afirman que el contenido de
estas minutas sólo era conocido por Piñera, el canciller Alfredo Moreno y el
subsecretario de Relaciones Exteriores de la época, Alfonso Silva, y han
permanecido archivadas en Cancillería desde entonces.
FERROCARRIL Y COMPLEJO PORTUARIO EN NEGOCIACIÓN
El designado por el Gobierno chileno, el empresario Jorge
Bunster y San Miguel volverían a reunirse en secreto en un hotel de Buenos
Aires, el 2 de septiembre de 2011.
En esta segunda cita, según la minuta que se redactó con el
relato de Bunster, Walker San Miguel reiteró la necesidad de que el “Acuerdo de
Integración y Desarrollo” fuera ratificado por los respectivos Congresos y que,
“como muestra de buena disposición, Bolivia buscaría asegurar su aprobación
antes de que Chile inicie lo propio con su Congreso”.
Chile ofreció a Bolivia hacerse cargo de la operación y
mantenimiento del tren Arica-La Paz. Según Bunster, el emisario boliviano se
mostró interesado siempre y cuando formara parte de una negociación mayor, que
incluyera la posibilidad de recuperar para ellos el ramal del ferrocarril
Antofagasta-Bolivia, en territorio boliviano. Incluso, mencionó el interés de
realizar un encuentro entre el presidente Morales y el grupo Luksic, dueños del
ferrocarril.
El segundo punto del acuerdo era la entrega en concesión por
parte de Chile de un complejo portuario. Aunque su ubicación no estaba clara
(se mencionan Pisagua, Patache o Patillo) “se le hizo ver que la bahía de
Mejillones podría ser la mejor alternativa, atendida la sinergia que pude
lograr ese proyecto con otros emprendimientos que hay en la zona, sumado a la
urbanización industrial existente, como a la conectividad ferroviaria que
tenemos con Bolivia”, consignó el diario.
BOLIVIA INSISTIÓ EN UN CORREDOR SOBERANO
El tercer punto en la discusión de ese día fue “el más duro
de la negociación”, escribió Bunster. Se trata de la entrega en comodato de un
terreno en el borde costero al norte de Arica, precisamente donde Bolivia
aspira a un corredor soberano, “por ende, serán particularmente celosos al
considerar una propuesta que nos les asegure mejorar su posición negociadora
pensando en el futuro (…). San Miguel señala que éste es un tema difícil de
‘vender’ en Bolivia”.
“San Miguel partió diciendo que era un terreno
insuficiente”, escribió Bunster.
Según la minuta del emisario chileno, sólo cuando Bunster
amenazó con retirar esta oferta, San Miguel flexibilizó su postura y pidió que
la tercera reunión se realizara en Arica, para inspeccionar el terreno que se
les estaba ofreciendo en el sector playa Las Machas.
Sobre el tema del Silala, en Buenos Aires, los emisarios
avanzaron en un acuerdo similar al que habían alcanzado Chile y Bolivia durante
el primer gobierno de Bachelet y que fue desechado por Evo Morales en 2009,
tras las críticas de los movimientos cívicos de Potosí, que exigían el pago de
una supuesta deuda histórica por parte de Chile.
“San Miguel reconoce el interés que tiene el presidente
Morales en este proyecto. Fue particularmente explícito en hablar a nombre de
él, diciendo que el presidente (Carlos) Mesa cometió un profundo error al
incorporar la prohibición de la venta de gas a Chile en el referendo de 2004”,
según Bunster. // tomado de los tiempos de Bolivia
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