viernes, 4 de noviembre de 2016

TERRIBLE INUNDACIÓN EN ARGENTINA áreas de siembra y ciudades afectadas

 Inundaciones: son 600.000 las hectáreas productivas afectadas
Abarca La Pampa, el noroeste de Buenos Aires y el sur de Córdoba
Al menos unas 600.000 hectáreas, comprendidas entre el noroeste bonaerense, el centro-norte de La Pampa y el sur de Córdoba, han quedado bajo el agua o con graves problemas de anegamiento por las lluvias que se dieron en el último mes.
Esa superficie, que abarca esas tres provincias, corresponde a campos muy productivos en materia agrícola y ganadera. Además de la trascendencia que ha tenido en las últimas dos semanas la situación en General Villegas o el sur cordobés, en el norte de La Pampa se vive un panorama desesperante en Intendente Alvear, General Pico, Alta Italia, Ingeniero Luiggi y Embajador Martini, entre otras localidades.
En esos lugares de La Pampa, según Ariel Toselli, vicepresidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), cayeron 500 milímetros el mes pasado, todo un récord mensual. De esa cifra, 400 milímetros se registraron en apenas 12 días.
Allí hay productores que con el cuadro actual van a perder tres cosechas. En rigor, perdieron la cosecha con las abundantes lluvias de marzo y abril pasados, y ahora van a perder lo que tenían sembrado de trigo y, encima, no van a poder sembrar la campaña nueva de soja porque hay agua por todos lados.
Toselli, productor de la zona de Alta Italia, ya perdió 250 hectáreas de maíz en marzo pasado por el agua y el granizo, tuvo que sacar novillos que tenía en capitalización en su campo y ahora está preocupado por el futuro inmediato.
“De la red de caminos no ha quedado nada y al pueblo hay que tratar de ir de a caballo, entre campos vecinos, o con tractor”, explicó el dirigente, que también señaló que en la región hay pueblos “comprometidos” por el avance del agua.
La incertidumbre de los productores es también por cómo van a quedar sus campos una vez que se retire el agua.
Por lo pronto, el gobierno de La Pampa declaró la semana pasada la emergencia, lo cual permitirá acceder a beneficios fiscales y crediticios, y se aguarda que esa medida sea homologada la próxima semana por el Ministerio de Agroindustria de la Nación.
La Nación – Fernando Bertello
Desplazados por el agua: el colegio de General Villegas que se llevó la inundación
La Escuela Agropecuaria de esta localidad bonaerense está sumergida desde el 13 de octubre; ahora, sus 132 alumnos deben estudiar en otros centros; recién podrán volver el año próximo
GENERAL VILLEGAS.- Todos los días, la directora y los jefes de área de la Escuela Agropecuaria de esta ciudad se suben al tractor para atravesar una enorme masa de agua y llegar hasta allí para alimentar a los 420 pollos parrilleros, las 16 cerdas madres, los 45 terneros y ordeñar también a las 250 vacas con las que los alumnos aprenden sobre la producción ganadera. Aunque ahora en ese predio no hay estudiantes. Y no los habrá hasta el año que viene.
Las escuelas del distrito también sufren las consecuencias de la inundación que ya representa un récord en la historia de Villegas. Según datos del Ministerio de Educación de la provincia, son 370 los alumnos que asistían a clases en colegios que ahora están bajo el agua, 82 los que fueron evacuados o autoevacuados y 216 los que viven en zonas anegadas. Según informaron desde el Consejo Escolar de esta localidad, las escuelas cercanas a la ciudad, como la N° 5, la N° 16, la N° 10 de Drabble, la Agropecuaria y el jardín N° 909 de Elordi funcionan en distintos espacios dentro de la ciudad. Sin embargo, otros 20 colegios rurales debieron suspender las clases.
Arriba del tractor que se abre paso en el agua van la directora de la Escuela Agropecuaria Nelly B. de Emerson, Marina Justo; el director de Educación Agraria de la provincia, Oscar Bernal, y los jefes de Área, César Julián y Néstor Montoya. Tienen puestas las botas altas porque incluso al bajar se mojan. Al lado del camino seco adonde necesitan llegar está el terraplén que protege al casco urbano. Esta obra que buscaba evitar lo que la inundación de 1987 provocó en todo el pueblo está llenando de agua los alrededores. La razón: no está terminada.
“El terraplén es pan para hoy y hambre para mañana”, dice José Loyarte, ex alumno de la escuela, ahora encargado de tres estancias. En tanto, Justo explica: “Esta situación es predecible. Hace dos años que tenemos más lluvias de lo normal. Nos damos cuenta por el ascenso de la napa freática (la primera capa de agua subterránea que se encuentra al hacer una perforación). En abril vimos los primeros indicios en la napa, ya había encharcamiento”.
En la Escuela Agropecuaria hay 132 alumnos, de los que 76 viven en la residencia del colegio y sólo los fines de semana vuelven a sus hogares. La evacuación de todos los estudiantes fue el 13 pasado. Además de ocuparse del aprendizaje de los chicos en el casco urbano, los directivos van todos los días a asegurarse de que las vacas estén al menos en un pequeño espacio seco o menos embarrado. También deben ordeñarlas.
El funcionario provincial, Oscar Bernal, destacó el trabajo en equipo entre la escuela, el municipio, el Consejo Escolar, Infraestructura escolar y la dirección a su cargo. “Toda la provincia se puso a disposición, se fue anticipando la jugada”, indicó.
El mismo día que evacuaron a los alumnos, la escuela envió un plan de contingencia, que fue aprobado por la Dirección de Educación Agraria, para los insumos veterinarios, la alimentación de los animales, la resolución del problema de los pozos ciegos rebasados, la desinfección cuando, eventualmente, el agua haya bajado. Y ahora se sumó algo más: el techo del tambo se voló y las paredes se agrietaron.
Según voceros del Ministerio de Educación provincial, el lunes pasado se efectivizaron los subsidios de 55.000 pesos para sostener la alimentación de los animales y 95.000 para la reparación del techo del tambo. Además, enviaron botas de lluvia, lavandina, repelente, baldes, bolsas de residuos, otros artículos de limpieza y más de 2000 útiles escolares.
Sin embargo, Justo está convencida de que esto también les servirá a los chicos para saber qué hacer en situaciones de emergencia cuando trabajen en los campos de la zona.
Ahora, la residencia y el comedor funcionan en la Escuela de Educación Técnica. Y el colegio, en tres aulas del Centro de Educación Abierta Municipal (CEAM), de 7 a 18, y en el Centro de Formación Profesional.
Las clases están garantizadas, de eso está segura la directora. El equipo directivo se encargó de que miembros de empresas agropecuarias dieran charlas educativas. Además, les llevan informes a los chicos para que vean cómo está su escuela.
“Aunque el agua se vaya en un mes, vamos a estar en una situación crítica”, dice Justo. Los daños que pudieron ver hasta ahora son en el edificio. Por eso ya planificaron el cierre de año en el casco urbano. Lo único que esperan es que el agua baje. Y entonces, comenzar con las tareas de reparación.
1987, el año en que el pueblo quedó anegado
En 1987, en General Villegas cayeron 350 milímetros de agua en un solo un día. Todo el casco urbano quedó sumergido: apenas dos cuadras, las de la iglesia y la municipalidad, se salvaron. El resto de la localidad, que en ese momento contaba con poco más de 5000 habitantes, se inundó. Después de ese episodio se construyeron los terraplenes que lograron que este año las edificaciones se mantuvieran secas.
En total, en aquel año fueron 1850 los evacuados, que se trasladaron por 15 días a los gimnasios de las escuelas y a los acoplados o camiones. Además, una gran cantidad de pobladores tuvieron que vivir durante cinco meses en los vagones del ferrocarril. Unos 4.000.000 de hectáreas de la provincia de Buenos Aires también quedaron bajo el agua.
Los bancos Provincia y Nación cerraron. Al día siguiente de reabrir, hubo un cierre masivo de cuentas. Gabriel Quiroga, que vivió esa inundación, contó: “El agua llegó hasta el paso a nivel que va al hospital. Pero a sólo 50 km el agua ya desaparecía: todo había caído acá, en Villegas”.

La Nación – Rosario Marina TOMADO DE SEMMBRANDO NOTICIAS ENVIADO POR HUGO VICINO 

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