Día Mundial del Medio
Ambiente, un tesoro para presumir
Sede de las celebraciones con motivo del Día Mundial del
Medio Ambiente, la provincia de Sancti Spíritus apuesta por la preservación
coherente y el manejo sostenible de su biodiversidad
Autor: Juan Antonio Borrego | internet@granma.cu
Con una biodiversidad envidiable, Topes de Collantes cuenta
con más de diez productos turísticos vinculados a la naturaleza. Foto: Oscar
Alfonso/ACN
SANCTI SPÍRITUS.–La Tabernaemontana apoda estuvo a punto de
desaparecer hasta en las mismas lomas de Banao, justamente el lugar donde un
equipo de trabajadores y especialistas de la unidad empresarial de base (UEB)
Sancti Spíritus Norte, de Flora y Fauna, la ha puesto a buen recaudo.
Endémica de esta parte del país y entre las más amenazadas
de Cuba, la susodicha especie de la flora –también conocida como Huevo de
gallina– tuvo su peor momento años atrás, sobre todo por su presencia casi
exclusiva en zonas de uso intensivo para la agricultura y la ganadería.
El cuidadoso monitoreo y el énfasis puesto por el equipo
encabezado por Oliver Valle Hernández, principal experto de conservación en el
paraje, permitió no solo la reproducción de las semillas y las posturas, sino
también el establecimiento de plantaciones primarias en la región, desde donde
ha comenzado a extenderse por parcelas diseñadas para su fomento.
El hecho de por sí clasifica como meritorio; sin embargo,
sus protagonistas aseguran que los trabajos no terminan con la salvación de la
Tabernaemontana apoda: el colectivo responsabilizado con la actividad
florística en la Reserva Ecológica trabaja también en el rescate del árbol
conocido como mantequero (Magnolia cubensis), la sabina (Podocarpus
angustifolius) y el nogal del país (Jungla insularis), todos incluidos entre
las 50 especies más amenazadas del archipiélago.
Con más de 6 000 hectáreas en sus dominios, la Reserva
Ecológica Lomas de Banao no es una vitrina de cristal aislada por los caprichos
del hombre, sino un escenario vivo de permanente interacción, donde en los
últimos tiempos resulta creciente la afluencia de visitantes, obsesionados con
darse un chapuzón en una de las pozas de la zona, fotografiar el paisaje o
subir hasta la finca La sabina, en un ejercicio que semeja más una carrera de
fondo que una excursión.
UN PUENTE ENTRE LOS CAYOS
El fomento de la actividad turística en los islotes ubicados
al norte de las provincias de Ciego de Ávila y Villa Clara y las rutas
establecidas desde el centro sur de la Isla –Trinidad y Cienfuegos– hacia estos
cayos ha puesto a la naturaleza espirituana en lo que muy bien pudiera
considerarse una encrucijada de privilegio.
Aun cuando la prolongada sequía de los últimos años ha
mantenido descomercializado el balneario de Rancho Querete, en Yaguajay, uno de
los lugares de mayor afluencia en condiciones normales, fuentes del Ministerio
de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) aseguran que en el 2016 el
número de turistas en áreas protegidas del territorio ascendió a más de 225
000, una cifra relativamente discreta, pero a la vez reveladora de las
potencialidades de la región.
Para Ernesto Pulido García, secretario ejecutivo de la Junta
Coordinadora Provincial de Áreas Protegidas, entre lo más significativo de los
últimos tiempos sobresale el fortalecimiento del sistema, que abarca ocho zonas
con administración (estatus legal con aprobación del Comité Ejecutivo del
Consejo de Ministros, presupuesto y equipo técnico) y otras ya propuestas que
cuentan con envidiables condiciones naturales y esperan por su reconocimiento
oficial.
Entre las primeras figuran el Paisaje Natural Protegido
Topes de Collantes, el Parque Nacional Caguanes, las Reservas Florísticas
Manejadas Lebrije y Lomas de Fomento, el Refugio de Fauna Tunas de Zaza, la
Reserva Ecológica Lomas de Banao y las Áreas Protegidas de Recursos Manejados
Jobo Rodo y Buenavista, mientras que con la segunda condición se cuentan los
deltas de los ríos Agabama e Higuanojo y las zonas conocidas como La Tasajera,
La Chucha y Hornos de cal.
Interrogado por Granma a propósito de la celebración en
Sancti Spíritus de las festividades con motivo del Día Mundial del Medio
Ambiente, Pulido García reconoce que en este territorio el sistema ha venido
consolidándose sobre todo en lo referido al programa de uso público y al
mejoramiento de la infraestructura.
«Se ha incrementado el número de guías –dice–; la
capacitación, fundamentalmente en el dominio de otros idiomas; la cantidad de
productos, sobre todo en Caguanes; se creó un nuevo centro de visitantes en
Banao; se concluyó un muelle en Tunas de Zaza, donde además estamos haciendo
pesca al fly o de captura y suelta y se terminó el canopy del Valle de los
Ingenios».
POR LAS CUMBRES DE GUANIQUICAL
En Topes de Collantes dicen que si Osbel Romero hubiera
empatado todas sus caminatas por los diferentes senderos de la región –Vega
Grande, El Caburní, La Batata, Codina…– hoy, sin muchas exageraciones, estaría
llegando al mítico monte Everest.
Sin pretender emular con los sherpas nepalíes que trepan
corriendo por las crestas del Himalaya, este guajiro de la zona del Caburní
asegura que no recuerda los pares de zapatos que ha gastado en su condición de
guía de Gaviota subiendo y bajando hasta los saltos de agua, las cavernas y los
valles que conforman el Paisaje Natural Protegido.
Nombrado por los aborígenes como Guaniquical y ubicado a
unos 800 metros sobre el nivel del mar, Topes de Collantes está reconocida como
el área protegida de mayor uso público en Cuba, con varios hoteles y más de
diez productos turísticos como excursiones, caminatas, recorridos y senderos,
todos repartidos en sus más de 20 000 hectáreas.
Según investigaciones bien fundamentadas, solo en las
alturas de Trinidad se localizan más de 50 especies florísticas, de ellas más
de una veintena amenazadas, con predomino del endemismo de montaña, lo que
unido a la exclusividad de sus recursos hídricos, sus valles y sistemas
cavernarios, convierten a la región en una maravilla de la naturaleza cubana,
que no pocos nacionales y extranjeros intentan descubrir año tras año.
Topes, sin embargo, cuenta con un don más atractivo todavía:
a 20 kilómetros de su centro se localiza una de las ciudades coloniales más
pintorescas y mejor conservadas del Caribe, custodiada por excelentes playas y
por el emblemático Valle de los Ingenios, una suerte de «todo incluido» que no
abunda en muchos paquetes turísticos. TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA
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