¿Tienen cerebro las
plantas? Parece que sí
Esta es la Arabidopsis thaliana, tal vez la planta más usada
en estudios científicos. En ella se hallaron las células en su centro de
decisiones, que evalúa condiciones externas. FOTO A. Salguero
tipos de células permiten a la planta evaluar el ambiente
para saber si las semillas deben despertar y germinar.
Las plantas poseen un centro de toma de decisiones, un
cerebro, que les sirve para actuar a tiempo en algunos procesos vitales para su
desarrollo, como la germinación de las semillas.
La decisión de cuándo germinar es una de las más importantes
para cualquier planta. Si lo hace muy pronto, puede ser afectada por el
invierno; si es muy tarde, puede ser sobrepasada por una rival, una más precoz.
Pues bien, en un estudio publicado en Proceedings of the
National Academy of Sciences (PNAS), científicos de la Universidad de
Birmingham han demostrado que esa ‘negociación’ entre rapidez y precisión es
controlada por un pequeño grupo de células dentro del embrión de la planta que
opera de manera similar al cerebro humano.
Los investigadores demostraron que el ‘centro de toma de
decisiones’ en una planta, la muy estudiada Arabidopsis, contiene dos tipos de
células, uno que promueve el estado latente de las semillas y otro que promueve
la germinación.
Esos dos grupos se comunican entre sí mediante hormonas, un
mecanismo análogo al que emplea nuestro cerebro cuando decidimos si nos movemos
o no. En las plantas determinan el fin del ciclo latente de las semillas al
evaluar señales ambientales como la temperatura.
Comunicación
Los científicos usaron modelos matemáticos para mostrar que
la comunicación entre elementos separados controla la sensibilidad de la planta
a su ambiente.
Con esa teoría, trabajaron con una planta mutante donde las
células estaban más ligadas químicamente, alentando la comunicación entre los
elementos del circuito, para mostrar que el tiempo de germinación depende de
esas señales ‘entre regiones’.
El autor cabeza del estudio, George Bassel, de la Escuela de
Biociencias de esa Universidad, explicó que “nuestro estudio revela una
separación crucial entre los componentes en el centro de decisiones de la
planta”.
“En el cerebro humano, se cree que esa separación presenta
un retraso, evaluando señales ruidosas del ambiente y aumentando la precisión
con la que tomamos las decisiones”, agrega el profesor.
La separación de esas partes en el cerebro parece ser vital
para su funcionamiento.
Para Iain Johnston, biomatemático que participó en el
estudio “la separación de los elementos del circuito permite una paleta más
amplia de respuestas a un estímulo”.
“Es como la diferencia entre leer la crítica de una película
cuatro veces, o reunir cuatro posiciones de diferentes críticos para decidir ir
a cine”.
La teoría matemática que describe la función cerebral
predijo que más semillas germinarían si las plantas se exponen a ambientes
variables, como temperaturas fluctuantes, en vez de someterlas a ambientes
constantes. Los científicos examinaron esa teoría en laboratorio y eso fue lo
que hallaron.
Las plantas perciben e integran información del ambiente
para medir a tiempo algunas transiciones críticas en su ciclo de vida. Algunos
de esos mecanismos ya son conocidos, otros todavía no.
“Nuestro trabajo tiene implicaciones importantes para
entender cómo los cultivos y hierbas crecen”, dijo Bassel.
Hay un potencial para aplicar ese conocimiento en plantas
comerciales para aumentar la germinación sincronizada, incrementando los campos
de cultivos y disminuyendo el uso de herbicidas.
RADIOGRAFÍA
SOFISTICADOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Desde hace varias décadas más y más estudios demuestran que
las plantas no son esos organismos quietos, fijos en un lugar. En la revista
científica Oecologia, investigadores australianos demostraron que las plantas
pueden ‘escuchar’: arvejas se inclinaban hacia el lado donde fluía agua.
Además, emiten compuestos volátiles que pueden ayudar a otras. En 2000 R.
Karban y colegas mostraron que una planta de tabaco que creía junto a una que
era atacada por herbívoros, aumentaba sus defensas. Un estudio de Monica
Gagliano en Plos One, otra publicación revisada por pares, sugirió que se
comunican por el sonido. Y otros autores han demostrado la comunicación por la
‘internet de las raíces’: un intrincado sistema de hongos.
RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ Los temas de la ciencia, la
astronomía y el medio ambiente con énfasis en cambio climático son mis campos
de acción periodística. Con vocación por el mundo de los pequeños felinos y la
defensa animal. Tomado de el colombiano
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