Rositas afectaría 3 áreas protegidas y prevé el desmonte de
28.512 Ha
Proyecto Hidroeléctrico Rositas. | Wilson Cahuaya
Un grupo de personas protesta en contra del proyecto. |
Martín Numbela
La zona donde se emplazará la hidroeléctrica. | Archivo
El proyecto hidroeléctrico Rositas afectará el 6,95 por
ciento de tres áreas protegidas y prevé el desmonte de 28.512 hectáreas de
bosque en un lapso de cuatro años, según el resumen ejecutivo del informe del
proyecto a diseño final entregado por Eptisa a la Empresa Nacional de
Electricidad de Bolivia (ENDE). El documento fue filtrado por la Fundación
Solón y su autenticidad aún no fue confirmada oficialmente.
La empresa Eptisa se adjudicó el estudio a diseño final del
proyecto hidroeléctrico Rositas en 2015. Según la agencia de noticias ANF, el
ministro de Energía, Rafael Alarcón, desconoce el documento. ENDE emitirá un
comunicado hasta mañana.
El documento, que tiene firmas digitales de los responsables
de la elaboración y los logos de ENDE, detalla que las reservas afectadas
serán: el Parque Nacional - Área Natural de Manejo Integrado Serranía del Iñao
(1.394 hectáreas), el Área Natural de Manejo Integrado Río Grande - Valles
Cruceños (47.136 hectáreas) y la Reserva Municipal de Parabanó (3,65 hectáreas).
Sin embargo, el desmonte para la construcción del proyecto
afectaría a un total de 28.512 hectáreas de bosque a lo largo de cuatros años.
Se cuantificó la extracción de una biomasa de 6.878.491 toneladas que será
dispuesta como madera en venta y como leña.
Las especies maderables ubicadas en el área de desmonte son
13 y, dentro de éstas, las de mayor valor comercial son: cuchi, curupaú,
jichituriqui, momoqui, soto, tajibo y verdolago.
“Las represas construidas en zonas tropicales como la de
Rositas pueden generar fuertes emisiones de GEI (gases de efecto invernadero),
al punto que ni con el desmonte del 90 por ciento de los bosques se reducirían
las emisiones de gas metano”, señala el documento.
Según el documento, luego de construir la central
hidroeléctrica de Rositas, se construirían las centrales de Cañahuecal y La
Pesca, a las que luego se sumarían otras cuatro represas sobre el río Grande.
Sólo Rositas afectará a 23 comunidades e inundará 10 de éstas.
Al respecto, Alarcón dijo que se sabe desde hace 30 años que
hay nueve aprovechamientos para hidroeléctricas sobre el río Grande. “Es
información del pasado, no voy a emitir criterio mientras no tenga el estudio
de impacto ambiental”, señaló citado en ANF.
El pasado 30 de abril, en audiencia judicial realizada en la
localidad de Lagunillas (Santa Cruz), ENDE se declaró en “indefensión” frente a
la acción popular planteada por dos comunidades indígenas para paralizar el
proyecto.
Los representantes de las 12 comunidades afectadas por la
ejecución de la hidroeléctrica en Rositas aprobaron la ejecución del estudio
económico y el de impacto ambiental que actualmente realiza ENDE.
El informe de Eptisa, remitido en junio de 2017, señala que
en la zona donde se construirá el proyecto se encontraron 175 especies de
peces, de las cuales 22 son migratorias. Los principales problemas serán los
impedimentos físicos: efectos barrera de la represa, modificación del hábitat,
cambios en las comunidades acuáticas, en la salud de los peces, impactos sobre
la calidad del agua como en las concentraciones de plaguicidas.
600 megavatios de energía será el aporte de la
Central Hidroeléctrica Rositas que cuenta con un financiamiento chino para su
ejecución.
ALTO GRADO DE SEDIMENTACIÓN
De las 665 subcuencas de trabajo para el proyecto
hidroeléctrico Rositas, 21 tienen un grado de erosión severa y aportan con el
28 por ciento de producción de sedimentos del río Grande, según el resumen
ejecutivo del informe del proyecto a diseño final entregado por Eptisa a la
Empresa Nacional de Electricidad de Bolivia (ENDE), cuya autenticidad aún no
fue confirmada oficialmente.
En un análisis anterior, la investigadora y activista Sarela
Paz indicó que las megarrepresas dejaron de ser “ambientalmente sostenibles”,
ya que dejan impactos irreversibles en los ecosistemas.
CAMPAMENTO REQUERIRÁ UN SUMINISTRO DE CUATRO LITROS
DE AGUA POR SEGUNDO
El estudio de Eptisa que fue remitido a la Empresa Nacional
de Electricidad de Bolivia (ENDE) precisa que durante la construcción de obras
se tendrá un máximo de 3.500 trabajadores, que requerirán un suministro de agua
potable de cuatro litros por segundo sin contar la carga para el saneamiento
interno.
El documento fue filtrado por la Fundación Solón, pero ENDE
aún no confirmó su veracidad.
El informe detalla además que se requiere una superficie de
38 mil metros cuadrados para la instalación de 250 operarios con necesidad de
oficinas.
El Gobierno prevé implementar el proyecto Rositas para
generar 600 megavatios (MW) de energía.
A la fecha se cuenta con una inversión china de 1.000
millones de dólares y la ejecución de las obras está a cargo de la Asociación
Accidental Rositas. Según ENDE, beneficiará a 165.000 hectáreas con riego.
Según el informe de Eptisa, el proyecto es económicamente
viable; sin embargo, debe extenderse el plazo para el pago del préstamo chino y
también deben participar otras instancias gubernamentales para el
financiamiento.
Anteriormente, el ministro de Energía, Rafael Alarcón,
aseguró que si el rechazo al proyecto Rositas crece, el Gobierno deberá “dar un
paso al costado” y retrasar la construcción del proyecto “otros 40 años”. //
tomado de los tiempos de Bolivia
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