Los bioestimulantes ayudan a expresar el potencial Fuente:
LA NACION - Crédito: Shutterstock
Los bioestimulantes representan un cambio en el paradigma
agrícola. No matan organismos dañinos ni nutren al cultivo en cantidades
significativas, pero inducen respuestas fisiológicas del mismo cultivo para
reducir o mitigar un estrés o para aprovechar mejor los nutrientes que dicho
cultivo ya asimiló. En algunos casos lo hacen para mejorar la capacidad de las
raíces de absorber nutrientes. De esta manera el cultivo es más competitivo,
cierra el surco más rápido, se recupera de las adversidades y mejora su
rendimiento, entre otras funciones.
Esta innovación representa el próximo salto cuantitativo en
la producción de alimentos y fibras, pero con aportes cualitativos. Su adopción
es más rápida en cultivos intensivos, ya que en estos es relativamente más
simple observar los resultados. Pero el verdadero potencial está en los
cultivos extensivos. ¿Estamos listos para aprovechar esta nueva herramienta? En
algunos casos, sí, pero necesitamos mejorar.
El productor argentino tiende a adoptar las nuevas
tecnologías en forma rápida. Sin embargo, ese mismo productor tiende a abusar
del capital más valioso que tiene el campo: el suelo como fuente de nutrientes.
En los últimos treinta años aprendimos a cuidar la salud estructural del suelo
y desarrollamos tecnología de punta que hoy se exporta, pero al mismo tiempo
seguimos descuidando una parte igualmente importante, la fertilidad. El índice
de reposición de nutrientes, a pesar de haber mejorado en los últimos años,
sigue muy por debajo de lo necesario, alrededor del 35%, según la asociación
civil Fertilizar. Esto significa que seguimos minando los nutrientes como si
estos fueran un recurso ilimitado, pero no lo son. Fertilizar lo llama el
"subsidio silencioso", nombre muy apropiado, por cierto.
¿Qué tiene esto que
ver con la adopción de esta nueva tecnología? Estos productos no reemplazan
a los fertilizantes. Son herramientas para inducir ciertos tipos de respuesta
en el cultivo, ya sea para mitigar un estrés o para aprovechar mejor los
fotosintatos de la planta. En el pasado la adopción de un nuevo herbicida o de
un insecticida era simple: si mi adversidad era una maleza podía ver
rápidamente el efecto del herbicida. Con insectos, el resultado era más dramático
todavía y el productor quedaba satisfecho rápidamente con su nueva inversión.
Con los fungicidas, ante la ausencia de epidemias drásticas como la roya de la
soja, la adopción fue más lenta, pero hoy vemos su avance y sus beneficios.
No es lo mismo con los bioestimulantes, ya que sus
beneficios no son tan fácilmente visibles y a menos que el productor esté
debidamente preparado para evaluar estos productos, ese beneficio puede pasar
desapercibido. En el caso del uso de estos productos para una mitigación de
estrés, los productos pueden ejercer una influencia positiva evidente, por
ejemplo, al corregir la fitotoxicidad causada por un herbicida. En este caso el
efecto se verá aun cuando el cultivo no esté en su nivel óptimo de
fertilización. Pero si el bioestimulante se usa para influir en un proceso
fisiológico, cuanto mejor nutrida esté la planta mejor será la respuesta. Y
cuando hablamos de productos que mejoran el rinde por mejor aprovechamiento de
los nutrientes asimilados, el uso de esta tecnología en cultivos que no están
debidamente fertilizados no va a dar buenos resultados.
Usar estos productos en un cultivo que no está debidamente
fertilizado es como agregarle un aditivo al auto con el tanque de nafta vacío.
La demanda por mayor cantidad y calidad de alimentos es una realidad mundial.
Si queremos aprovechar este nuevo desarrollo necesitamos corregir nuestra
metodología. Esta nueva gama de productos requiere un compromiso mayor por
parte del productor para sacar provecho de su potencial. La pregunta que
debemos hacernos es: ¿podemos prescindir de estos beneficios y seguir siendo
competitivos? En todo sistema competitivo continuo el componente menos
eficiente termina siendo desplazado hasta ser eliminado.
El autor es gerente de Desarrollo y Registros de Arysta Por:
Pablo Kalnay// tomado de la nación de ar
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