Hierbas Medicinales: uso vigente en comunidades que habitan
el Iberá
Una investigación del Instituto de Botánica del Nordeste
(UNNE-Conicet) indagó sobre el uso de las plantas medicinales por parte de
comunidades que habitan en el Iberá, y concluyó que es una práctica que se
mantiene activa. Se registró el uso habitual de más de 90 plantas con fines
medicinales, principalmente especies nativas.
La medicina tradicional es un conjunto de prácticas
empíricas incluidas en el conocimiento de un grupo social, que se transmiten
oralmente de generación en generación con la intención de resolver problemas de
salud, que afectan a la población local.
La Organización Mundial de la Salud indica que un alto
porcentaje de la población mundial sigue dependiendo en gran medida de la
medicina tradicional. Estas prácticas con plantas medicinales se llevan a cabo
principalmente en poblaciones rurales por razones históricas y culturales, que
se perpetúan dentro de ellas.
Entre los habitantes ancestrales del sistema de humedales
del "Iberá", ubicado en el centro-norte de la provincia de
Corrientes, tales prácticas aún persisten, y la "medicina casera"
juega un importante rol en estas comunidades con escasos recursos y acceso
limitado a los centros de salud.
En este sentido, desde el Instituto de Botánica del Nordeste
(IBONE-UNNE-Conicet) se planteó la realización de un estudio “etnobotánico”,
con el objetivo de investigar el uso de plantas medicinales en las comunidades
rurales que habitan dentro de la Reserva Natural Iberá.
A partir de esto, surgieron otros objetivos más específicos,
como la documentación de dolencias y trastornos más frecuentemente tratados con
plantas medicinales, la forma de su preparación, y la identificación de los
patrones de recolección y la identificación de plantas medicinales.
Las comunidades seleccionadas para la investigación fueron
las conocidas como “Yahaveré”, Ñupy, Gallo Sapucay y Montaña, ubicados en el
interior de la Reserva Natural del Iberá,
Las razones por las cuales esas comunidades fueron
seleccionadas como áreas de estudio fueron la continuidad cultural y ambiental
del territorio.
La recolección de datos se realizó durante cinco años en los
cuales se realizaron diferentes técnicas etnográficas, junto con la recolección de muestras de
plantas para atestiguar los datos según lo propuesto por diferentes manuales
etnobotánicos.
Resultados. Según lo observado en el estudio, “entre los
pobladores del Iberá la medicina natural es una práctica muy activa”.
Así lo explica la doctora en el área de Recursos Naturales,
Analía Pirondo, becaria postdoctoral del Instituto de Botánica del Nordeste
(UNNE-Conicet) y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y
Agrimensura. El estudio contó con la dirección del doctor Héctor Keller.
El registro de especies de uso medicinal en Iberá incluye
plantas nativas y exóticas, con una mayor proporción de plantas nativas (66) en
relación con el número de plantas exóticas (23).
“Se registró que esta inclusión de especies exóticas es el
resultado del intercambio de plantas nativas y extranjeras que se llevan a cabo
desde tiempos históricos. En este sentido, se reconoció que fueron los procesos
migratorios desde y hacia las comunidades estudiadas, a partir de las cuales se
han incluido diferentes plantas medicinales al Iberá” comentó la doctora
Pirondo.
Las 90 especies de plantas medicinales inventariadas fueron
indicadas para tratar más de 170 enfermedades, que se manifiestan en 12
sistemas corporales.
En primer lugar,
el sistema digestivo se destacó como el sistema corporal más citado, con
respecto al número de plantas utilizadas para tratar los trastornos
recurrentes, y en segundo lugar se
distinguieron las enfermedades relacionadas con el sistema respiratorio, que se
mencionaron como tos, gripe, resfríos y dolor de garganta.
En tercer lugar,
se mencionaron y describieron con frecuencia diferentes dolencias del cuerpo,
los huesos o la cabeza, dolencias vinculadas directamente con la forma de vida
en el campo.
Finalmente, se destacaron un alto número de enfermedades
relacionadas con la piel, como picazón, hinchazón, lastimadura, verruga,
quemadura, picaduras, que generalmente se tratan con ungüentos de grasa animal
o lavados en las partes afectadas con preparaciones derivadas de las plantas
medicinales indicadas para estos tratamientos.
Prescripciones. Justamente, respecto a las prescripciones
indicadas para utilizar las plantas medicinales antes mencionadas, se destacó
la infusión como la principal forma de preparación, preparándose como té o
"mate".
Luego se mencionaron las prescripciones que requieren tratar
las enfermedades directamente sobre la parte del cuerpo a través de lavados y
ungüentos. También se reconocieron otros
tipos de prescripciones, como los macerados que usan solo raíces o corteza.
En cuanto a la dosificación de cada receta, depende de la
parte de la planta que se utilizará, como hojas, flores, tallos, porciones de
corteza, entre otros.
Con respecto a la preservación de las plantas, se reconoció
que, en general no tienen tratamientos es decir que se usan frescas cuando
están reunidas alrededor de las viviendas. En cambio las plantas que se
almacenan, previamente secadas, son aquellas que los habitantes tienen acceso
limitado por diferentes motivos, como
ser que están ubicados a grandes distancias, por ser preparados en los que sólo
se usa la flor, ser especies ubicadas en áreas con acceso limitado y estar
actualmente sobre tierras privadas, o aquellas plantas confinadas a sitios
afectados por los períodos estacionales del humedal.
Sobre los patrones de recolección quedó demostrado que lo que los determina en
primera instancia es el grado de manejo que hace el hombre de las plantas
medicinales, diferenciando las así a las que se encuentran en estado
silvestres, las que deben ser cultivadas y las que son adquiridas en estado
seco listas para ser consumidas
Prácticas mágico-religiosas. Una observación destacada del
estudio refiere al uso de plantas mágico-religiosas, ya que también están
incluidas en el bagaje cultural de Iberá.
En esta categoría de plantas mágico-religiosas se pueden
mencionar plantas que: se utilizan con fines preventivos como amuletos
personales, otras que se colocan frente a las viviendas para disipar
intenciones negativas que pueden traer enfermedades y disturbios emocionales en
sus hogares, y especies que se usan como sahumerios en fechas claves para sanar
la vivienda.
En este aspecto, las prácticas de sanación además de incluir
plantas medicinales, continúan utilizando oraciones e invocación a diversas
imágenes de santos o "gauchillos" locales, entre otros simbolismos,
que contribuyen a dar fuerza a la curación, según lo observado en el estudio.
Algunas de estas prácticas no solo se utilizan cuando la
enfermedad ya está presente, sino que también se indican con fines preventivos
para evitar dolencias futuras.
Medicina Natural y Convencional. Se reconoció que el área
doméstica se comporta como el contexto curativo por excelencia, como en la
mayoría de la población rural.
Sin embargo, se observó que solo por ocasiones, en las que
persiste el malestar, se acude a los centros de salud más cercanos para buscar
curas alternativas o complementarias, ya que al regreso al hogar muchas veces
se continúa con las indicaciones de su propia medicina en comunión con las
indicaciones proporcionadas por los centros de salud.
Se registró que desde éstas
visitas a los centros de salud comenzaron a incluirse prescripciones de
enfermedades como diabetes, asma, ácido úrico, entre otras, que luego son
tratadas con hierbas medicinales
CONCLUSIONES.
A modo de conclusión, en el estudio se afirma la herbolaria
ibereña se comporta como una alternativa eficaz y segura para el tratamiento de
las dolencias más recurrentes en el área estudiada, dependiendo
mayoritariamente de la recolección en áreas silvestres, en menor medida de las
plantas que son cultivadas alrededor de la vivienda y por último de aquellas
plantas que son adquiridas de forma
envasadas en los comercios de localidades vecinas.
“Este mantenimiento de las prácticas históricas de
recolección y cultivos peridomésticos nos estaría indicando procesos de
resiliencia ecológica-social que aseguran la autosuficiencia de la herbolaria
local, sumado al minucioso conocimiento ecológico tradicional presente entre
los miembros de las comunidades, el cual no solo aporta estrategias de acceso y
mantenimiento de la diversidad de especies medicinales, sino que es la garantía
para dar continuidad en el tiempo del uso del recurso medicinal involucrado en
los problemas de salud en comunidades con pocos recursos económicos y limitado
acceso a los centros urbanos como las comunidades ibereñas” indica la
investigadora.
Asimismo, se reconoció como estrategia de diversificación de
la herbolaria ibereña la incorporación de especies exóticas con sus
conocimientos asociados, hecho que demuestra mecanismos de hibridación de
conocimientos ancestrales con la incorporación de nuevos elementos de orígenes
diversos.
Para la Dra. Pirondo, “este cúmulo integral y flexible de
saberes vinculados a la medicina tradicional del área de estudio se mantiene
vigente y activo dependiendo en mayor medida de las especies en estado
silvestre que presenta el ambiente en el que viven”.
Por ese motivo, se sugiere el mantenimiento y acceso hacia
la flora nativa por parte de las comunidades ancestrales que habitan el
macrosistema Iberá, con el fin de conservar la biodiversidad presentes en los
Esteros del Iberá, la cual no solo está estrechamente vincula con la diversidad
cultural, sino que sin la preservación de la saberes tradicionales no se podría
conservar la biodiversidad presente en el Iberá. Tomado de el litoral de ctes
ar
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