El atraso en la
comercialización de la soja ya impacta en los volúmenes exportados de harina y
de aceite
La venta de la oleaginosa argentina del ciclo 2016/2017
registra una demora interanual del 12,3%, según la Dirección de Mercados
Agrícolas; preocupación en la industria procesadora
Dante Rofi
El atraso en la venta de la soja cosechada impacta sobre las
exportaciones de harina y aceite. Foto: Archivo
La decisión de los agricultores argentinos de postergar lo
máximo posible la comercialización de la soja no hace distinción entre
gobiernos kirchneristas o macristas. Más aún, tras la reducción a cero de los
derechos de exportación del trigo y del maíz dispuesta por el actual Gobierno,
la oleaginosa se convirtió en la principal moneda de cambio retenida por los
productores tras las cosechas. Sustenta esta práctica, además, una amplia
variedad de créditos para el sector agropecuario, que permite preservar la soja
para su comercialización sólo bajo necesidades muy puntuales y, sobre todo,
cuando el valor ofrecido por fábricas y exportadores resulta atractivo para las
expectativas del vendedor.
Como uno de los resultados de esta realidad comercial,
recientemente el Ministerio de Agroindustria de la Nación elevó en un 6,9% las
existencias finales de soja de la campaña 2015/2016, al incrementarlas de 7,30
a 8,10 millones de toneladas. Así, el remanente no comercializado por los
productores se suma a los 58 millones de toneladas previstos por el organismo
para la cosecha 2016/2017 y consolidan un volumen total para la oferta nacional
del presente ciclo de 66,10 millones de toneladas.
En el mismo período en que caen las exportaciones de harina
y de aceite, las ventas externas de poroto de soja evidencian un descenso
interanual del 3%, al pasar de 580.480 a 561.080 toneladas.
Impacto en la
molienda
Andrés R. Alcaraz, gerente de Comunicaciones Corporativas y
Relaciones Institucionales de la Cámara de la Industria Aceitera de la
República Argentina (Ciara), dijo a LA NACION que "hay preocupación en el
sector" por la poca oferta que se consigue en el mercado y por la menor
voluntad de venta de los productores. "La industria hoy opera en
contramargen y pese a ello la capacidad ociosa en las fábricas aumenta y con
ella se elevan los costos fijos", explicó el ejecutivo. Añadió que un
nivel "aceptable" de inactividad en las plantas es del 12%, pero
advirtió que hoy en la Argentina la capacidad ociosa en la industria de la
molienda de oleaginosas "está en el 30%, en un sector capacitado para
moler 62,1 millones de toneladas por año".
Según datos de Ciara, entre 2007 y 2017 el crecimiento en la
capacidad de molienda del complejo oleaginoso argentino fue del 33,2%, al pasar
de 46,6 a los 62,1 millones de toneladas actuales.
En el análisis de la coyuntura, Alcaraz señaló que a la
preocupación por la retención de mercadería en la Argentina se suma el
"peligro de que no se solucione en forma rápida el conflicto con EE.UU.
por el biodiésel, dado que ello generaría una sobreoferta de aceite que podría
provocar una caída de sus precios, en medio de un contexto internacional
negativo para las cotizaciones de todo el complejo sojero".
En estricto off de record, un representante de una firma
exportadora contó a LA NACION que el sector está "padeciendo" una
escasez de soja que "no se esperaba, porque la cosecha fue muy buena y
porque el volumen de ventas con que se inició el ciclo ya era muy
reducido". Explicó que abril fue el peor momento, dado que mientras
esperaban una fuerte entrada de mercadería, la realidad ubicó el volumen
comercializado en un nivel "inesperadamente" bajo. "Durante el
gobierno anterior el productor aducía no vender por el cepo cambiario, hoy eso
ya no está, pero sigue atado a las mismas lógicas y prefiere mantener el grano
a la vista en lugar de optar por herramientas (propias del mercado agrícola o
financieras) que podrían generarle mayores utilidades", lamentó.
Y añadió que hoy la industria opera con márgenes muy malos y
se ve obligada a "pelear" por la mercadería en el día a día.
"Consideramos que de los 11/12 millones de toneladas de poroto de soja
exportados en el ciclo 2015/2016, en el actual año comercial se venderán al
exterior entre 7,5 a 8 millones", especuló.
Sin urgencias
Para Adrián Seltzer, de la corredora Granar SA, el retraso
en la venta en la soja era algo "posible" por la conjunción de varios
factores, entre ellos "la baja en el endeudamiento del sector agrícola; el
aumento en los volúmenes de producción de cereales respecto del año anterior, y
la mejora de los valores del trigo una vez finalizada la cosecha, que
incentivaron ventas del grano fino", entre otros.
El especialista agregó que probablemente la tendencia de
retener soja "no se revierta en el corto o mediano plazo, porque los
productores en general tienen una visión optimista sobre el rumbo de las cotizaciones;
no suelen tener, buena parte de ellos, objetivos de precios que actúen como
disparadores de venta y, al no tener necesidades financieras a la vista,
seguirán reticentes a vender".
A largo plazo, Seltzer explicó que entra a jugar un factor
adicional: la anunciada reducción de las retenciones. "En enero pasado,
mediante el decreto 1343/17, el Gobierno se comprometió a reducir en forma
progresiva las retenciones a razón de medio punto porcentual mensual desde
enero de 2018 hasta diciembre de 2019. Por ende, entrarán a tallar la baja de
aranceles contra las tasas y los futuros del tipo de cambio para definir las
ventas de la oleaginosa", dijo el analista.
Por su parte, Sebastián Gavaldá, de la consultora
Globaltecnos, explicó que la actual retención de mercadería por parte de los
productores responde a varios factores, entre ellos, los problemas de logística
derivados de las inundaciones, que impiden sacar la producción del campo en
muchas zonas; la actualidad con precios para la soja en pesos y en dólares
inferiores a los tenidos en cuenta para los presupuestos financieros; la buena
caja hecha con la venta del trigo, y la diversidad de opciones de créditos en
dólares y a bajas tasas que facilitan la financiación y que permiten diferir la
venta de la soja. "Considero que la tendencia a retener mercadería se va a
mantener e incluso se puede acentuar con la cosecha del maíz tardío", dijo
el especialista.
Advirtió que el stock de soja que se viene acumulando en la
Argentina "es un condimento potencialmente bajista" para los precios
y les recomendó a los productores seguir con mucha atención lo que vaya
ocurriendo con la siembra de soja en los Estados Unidos. "Seguramente
habrá momentos de volatilidad y chances para tomar algunos buenos valores. Pero
si el desarrollo de la campaña estadounidense es bueno, vamos hacia un segundo
semestre de precio planchados para la soja". Tomado de la NACION DE AR
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