Arte y arquitectura: la sociedad como un hogar para todos
La utopía de construir una comunidad más bella, humana y
justa es un tema que atraviesa las obras de varios artistas argentinos
Relevamientos para el sueño de la casita propia, serie De la
realidad, Elda Cerrato, 1975. Foto: Gentileza Henrique Faria
Fabiana Barreda
En la historia del arte argentino, la tesis arquitectónica
fue la plataforma para la creación de una idea deconstuctiva estético-política
de la sociedad. Los conceptualismos permitieron crear campos de sentido para
una nueva sociedad, al revolucionar las morfologías de la historia de la
arquitectura. Hasta el miércoles próximo, la galería Henrique Faria exhibe
obras de cuatro arquitectos
notables que permiten reflexionar sobre las ideas
sociales del espacio.
Hábitat reúne los trabajos de Clorindo Testa, Luis F.
Benedit, Jacques Bedel y Horacio Zabala, junto a los de Elda Cerrato y
Alejandro Puente. Los cuatro arquitectos integraron el grupo conceptual
argentino CAyC, muy influyente en el ámbito local e internacional, creado en
1971 por Jorge Glusberg. Sus obras ingresaron en colecciones de importantes
museos, como la Tate de Londres y el MoMA de Nueva York.
Este último exhibe hasta el 3 de eneroHabitar, trabajar,
circular, recrearse, una serie de más de cien paneles pintados por Testa en
1974 que critica el funcionalismo de la utopía modernista. Ambas exposiciones
muestran la calidad conceptual contundente del arte argentino y su potencia
filosófica para pensar y crear nuevos imaginarios de una sociedad más bella,
intensa, humana y justa. La sociedad como un hogar para todos.
Clorindo Testa. Apuntalamientos, 1996. Foto: Gentileza
Henrique Faria
CLORINDO TESTA
Hábitat comienza con una versión del Apuntalamiento para un
museo que Testa (Nápoles, 1923-Buenos Aires, 2013) presentó en 1968 en el Museo
Nacional de Bellas Artes. Al desarrollar un sistema topológico simbólico
deconstructivo, en el cual la obra "es" el espacio en lugar de estar
"dentro de", esta pieza critica políticamente el estado de las
instituciones y crea un nuevo modelo artístico. Se conecta con los procedimientos
de Gordon Matta-Clark, otro artista que generó un nuevo dispositivo ideológico
desde la "anarquitectura". Sus bocetos proyectuales, en tanto,
conforman una cartografía política del espacio.
Alejandro Puente. Sin título, 2000. Foto: LA NACION /
Gentileza Henrique Faria
ALEJANDRO PUENTE
Frente a la obra de Testa se exhiben las de Alejandro Puente
(La Plata, 1933-Buenos Aires, 2013), en las que se materializa la potencia de
la arquitectura sagrada precolombina. Desde las pirámides, Machu Picchu y
Tenochtitlan hasta los domos tecnológicos actuales, el aura astronómica y
religiosa de la arquitectura humana desarrolla un sistema de representación
sobre el poder, basado en una geometría celeste cósmica. Su tesis abstracta
tiene una base de inspiración pitagórica, una matemática espacial de carácter
antropológico.
Horacio Zabala. Estética de la catástrofe. Refugio
antiatómico, 1983. Foto: LA NACION / Gentileza Henrique Faria
HORACIO ZABALA
Jacques Bedel. Hipótesis para la destrucción de la casa de
Federico González debido a una explosión, 1972/2005
Jacques Bedel. Hipótesis para la destrucción de la casa de
Federico González debido a una explosión, 1972/2005. Foto: LA NACION /
Gentileza Henrique Faria
JACQUES BEDEL
En sus atentados ficticios a la Basilica de San Pedro
(1973/2005) y en Hypothesis for the Destruction of Villa Aldobrandini, Jacques
Bedel (Buenos Aires, 1947) dibuja la obra como una maniobra apócrifa borgiana.
Allí, la arquitectura proyectual aparece como una filosofía
"spinoziana" del espacio, un teorema deconstructivo de una realidad
diferente. El artista acuña una nueva tesis de conocimiento del mundo.
Recordemos que Testa, Bedel y Benedit reconstrustruyeron el mítico Centro
Cultural Recoleta al extraer de la historia una reformulación del futuro.
Elda Cerrato. Pasa lo mismo en el movimiento que en el
mapa?, 1976. Foto: LA NACION /
Gentileza Henrique Faria
ELDA CERRATO
A través de las delicadas pinturas de Elda Cerrato (Asti,
Italia, 1930), la geografía y la cartografía se unen para pensar la posibilidad
de la vivienda propia. Como en un Google Earth social, en El sueño de la casa
propia pasamos de las masas a las personas, hasta llegar a la casa y su sueño
de hogar. Las burbujas de sus pinturas son como los campos de posibilidad de la
coexistencia de paradojas como bibliotecas y reces, la villa de emergencia y el
chalecito tan deseado.
Luis F. Benedit. Serie Ranchos de piedra, 2002. Foto: LA
NACION / Gentileza Henrique Faria
LUIS F. BENEDIT
En la dimensión del hogar aparece el maestro Luis F. Benedit
(Buenos Aires 1937-2011). Sus obras abarcan sistemas de exploración de la
arquitectura como herramienta de pensamiento de la sociedad y el sujeto. En
esta muestra presenta su serie de Ranchos de piedra (2002) casitas de mármol
perfectas, puras e inquietantes, que evocan las obras de Adolf Loos y los
ranchos de Molina Campos. Sus Hábitat de vida desarrollados con los biólogos
del Conicet, representados en su Biotron de 1970 -expuesto en la Bienal de
Venecia y en el Malba- son su tesis máxima de anticipación de los modelos de
vida actuales. Siempre vanguardista, expansiva, vital y sentimental, su obra
desarrolló una tesis utópica que nace de las siguientes preguntas: ¿cuál es la
morfología de la vida como creación del espacio y el sujetividad? ¿Cuál es la
forma del "hogar" como arquitectura emocional, humana y cultural?
La autora es artista, curadora y crítica de arte tomado de
la nación de ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario