El papa Francisco
pidió por Venezuela en su mensaje navideño
El Sumo Pontífice impartió la bendición "ubri et
orbi"; destacó el proceso de paz en Colombia y deseó que el país gobernado
por Maduro pueda superar las "tensiones" actuales; también se refirió
a
la "martirizada Siria"
Elisabetta Piqué Francisco pidió por Venezuela en su misa de
Navidad. Foto: AFP
ROMA.- En el cuarto mensaje navideño de su pontificado,
antes de impartir la bendición "ubri et orbi", a la ciudad y al
mundo, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, Francisco hizo hoy
un enérgico llamado a la paz para todos los pueblos del mundo, en el que
mencionó a dos países latinomaericanos: Colombia y Venezuela.
Elogió el "nuevo y valiente camino de diálogo y
reconciliación" emprendido por el pueblo colombiano y auspició que
Venezuela pueda superar las tensiones actuales. "Pedimos concordia para el
querido pueblo colombiano, que desea cumplir un nuevo y valiente camino de
diálogo y de reconciliación", dijo. "Dicha valentía anime también la
amada Venezuela para dar los pasos necesarios con vistas a poner fin a las
tensiones actuales y a edificar conjuntamente un futuro de esperanza para la
población entera", agregó, ante 40.000 fieles de todo el mundo que
llenaban la Plaza de San Pedro, decorada para la ocasión con un inmenso árbol
de Navidad y un pesebre.
Francisco siempre ha respaldado el proceso de paz en
Colombia; hace nueve días recibió al presidente Juan Manuel Santos en el
Vaticano y convocó sorpresivamente también a su antecesor y máximo opositor al
acuerdo firmado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC),
Alvaro Uribe, con quienes mantuvo una reunión tripartita. Los impulsó, así, a
comprometerse en el diálogo y la cultura del encuentro. También está
involucrado directamente en Venezuela, donde un enviado especial del Vaticano,
el arzobispo Claudio Maria Celli, está jugando el arduo papel de
"facilitador" de un diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la
oposición, para encontrar una salida a la situación explosiva que vive el país.
Como es tradición, el mensaje navideño del Papa fue
precedido por los himnos del Vaticano y de Italia, ejecutados por orequestras
del dos Estados que se encontraban en el sagrato de la Basílica. En una jornada
fría pero soleada, después de desear "Feliz Navidad" a la multitud,
en su mensaje el Papa hizo un virtual repaso de la geografía de conflictos que
ensangrientan el planeta, sin olvidarse de los "viles actos de
terrorismo" que han sembardo miedo y muerte en diversos países, es, de los
refugiados y de los excluidos. Francisco usó la palabra "paz" 20
veces y mencionó a 14 países de todos los continentes.
Siria
El llamado a la paz comenzó por la "martirizada
Siria", "donde demasiada sangre ha sido derramada", acusó el
Papa. "Sobre todo en la ciudad de Alepo, escenario, en las últimas
semanas, de una de las batallas más atroces, es muy urgente que se garanticen
asistencia y consolación a la extenuada población civil, respetando el derecho
humanitario", dijo. "Es hora de que las armas callen definitivamente
y la comunidad internacional se comprometa activamente para que se logre una solución
negociable y se restablezca la convivencia civil en el país", pidió.
Mencionó luego la amada Tierra Santa: "que los Israelís
y los Palestinos tengan la valentía y la determinación de escribir una nueva
página de la historia, en la que el odio y la venganza cedan el lugar a la
voluntad de construir conjuntamente un futuro de recíproca comprensión y
armonía", exhortó. Pidió después que puedan recobrar unidad y concordia
Irak, Libia y Yemen, "donde las poblaciones sufren la guerra y brutales
acciones terroristas".
En el continente africano, mencionó a Nigeria, "donde
el terrorismo fundamentalista explota también a los niños para perpetrar el
horror y la muerte"; a Sudán del Sur y a la República Democrática del
Congo. Clamó paz asimismo para las mujeres y hombres que todavía padecen las
consecuencias del conflicto en Ucrania oriental, "donde es urgente una
voluntad común para llevar alivio a la población y poner en práctica los
compromisos asumidos".
Aludió a las "varias zonas" que están afrontando
sufrimiento a causa de peligros constantes e injusticias persistentes y
mencionó a Myanmar, "para que pueda consolidar los esfuerzos para
favorecer la convivencia pacífica y, con la ayuda de la comunidad
internacional, pueda dar la necesaria protección y asistencia humanitaria a los
que tienen necesidad extrema y urgente". Auspició asimismo que la
península coreana "pueda ver superadas las tensiones que atraviesan en un
renovado espíritu de colaboración".
Terrorismo
A pocos días del atentado a un mercado navideño de Berlín
que dejó 12 muertos y que conmocionó a Europa, el ex arzobispo de Buenos Aires
pidió también paz para los que han perdido a un ser querido debido a
"viles actos de terrorismo que han sembrado miedo y muerte en el corazón
de tantos países y ciudades". "Paz -no de palabra, sino eficaz y
concreta- a nuestros hermanos y hermanas que están abandonados y excluidos, a
los que sufren hambre y los que son víctimas de violencia", clamó también.
"Paz a los prófugos, a los emigrantes y refugiados, a los que hoy son
objeto de la trata de personas. Paz a los pueblos que sufren por las ambiciones
económicas de unos pocos y la avaricia voraz del dios dinero que lleva a la
esclavitud. Paz a los que están marcados por el malestar social y económico, y
a los que sufren las consecuencias de los terremotos u otras catástrofes
naturales", agregó también.
Como había hecho anoche en la Misa de Gallo, pidió también
por los niños "en este día especial en el que Dios se hace niño, sobre
todo a los privados de la alegría de la infancia a causa del hambre, de las
guerras y del egoísmo de los adultos". "Paz sobre la tierra a todos
los hombres de buena voluntad, que cada día trabajan, con discreción y
paciencia, en la familia y en la sociedad para construir un mundo más humano y
más justo, sostenidos por la convicción de que sólo con la paz es posible un
futuro más próspero para todos", concluyó.
Acto seguido, impartió la bendición "urbi et
orbi", a la ciudad y el mundo y deseó feliz Navidad a la multitud.
Francisco estuvo acompañado en el balcón por un compatriota, el cardenal
argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias
Orientales -que este año viajó varias veces a Siria, Irak y otros países
azotados por la guerra-, que, como es tradición, con un micrófono explicó que
la bendición papal incluía la indulgencia plenaria para quienes hubieran
seguido el mensaje papal a través de la radio, la televisión y demás medios de
comunicación. TOMADO DE LA NACION DE AR
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