La siembra de los cultivos de verano, y en especial de la
soja por ser el cultivo de mayor área en el país, viene siendo apuntalada en su
primera etapa por precipitaciones que llegan en excelente momento, y permite
una interesante implantación.
Las lluvias registradas el pasado viernes en toda la región
fueron muy positivas. Si las del sábado 26 llegaron en un momento oportuno y
fueron abundantes en varios lugares, las del viernes resultaron más que
interesantes por la forma en que llovió.
Desde el pasado lunes los agricultores ya tenían piso para
ingresar a las chacras y efectuar la siembra de segunda de soja --la de primera
está finalizada--, realizando la tarea con muy buena humedad para la correcta
implantación de los cultivos.
La zona de mayor registro en el departamento de Paysandú fue
en Guaviyú con 75 milímetros. En Santa Blanca fueron 64 mm, y tras una fuerte
tormenta eléctrica, hasta el mediodía del sábado los productores de la zona
permanecían sin energía eléctrica. En el kilómetro 122 de ruta 26 fueron 50,
Arroyo Malo 26, Zeballos 20, en la zona de Merinos y Puntas de Arroyo Negro 15,
en Facultad de Agronomía 13 y en Paso Guerrero 10 milímetros.
“Esto para los cultivos sembrados y praderas viene realmente
muy bien”, señalaron a EL TELEGRAFO técnicos consultados, coincidiendo en que
“por la forma mansa que cayó el agua viene muy bien, especialmente para quienes
lograron sembrar en la semana anterior”.
Explicaron que “lo importante es que las lluvias continúen
con esta frecuencia semanal, porque más allá de que puede detener por algunos
días la cosecha de invierno –aunque la misma está bastante avanzada--,
permitirá un correcto crecimiento de los cultivos”.
Respecto a los rindes que se vienen obteniendo, dijo que
“oscilan entre entre 3.000 y 4.000 kilos por hectárea tanto para trigo como
cebada, incluso varias chacras por encima de 4.000 kilos”. Un factor a tener en
cuenta en la presente zafra de invierno es que “prácticamente no existieron
rechazos de granos a causa de la calidad. Algo de miedo teníamos porque estaban
rindiendo bastante, y a veces se puede complicar en cuanto a proteína, pero
hasta ahora no tuvimos rechazo”, acotó Nolla.
Según establece la Cámara Mercantil de Productos del País,
la soja exportación puesta en Nueva Palmira entre U$S 365 y U$S 380, y el trigo
se ubicó entre U$S 135 y U$S 140. En tanto el maíz superior puesto en
Montevideo, entre U$S 210 y U$S 220.
La soja en Chicago llegó a máximos desde julio de este año
para ajustar con la liquidación de los fondos entre martes y jueves de esta
semana. Los futuros de la soja y maíz no pudieron plegarse al efecto alcista
del petróleo, cuyos precios rebotaron tras el acuerdo de la OPEP para recortar
la producción. En Chicago los fondos decidieron tomar ganancias luego de llevar
los futuros de soja a máximos desde julio. La demanda por la soja
estadounidense se ha mantenido, aunque se irá moderando en la medida que los
importadores chinos empiezan a tomar posición sobre la oferta brasileña. En ese
país se espera que en algunas regiones ya comiencen las primeras cosechas sobre
fines de diciembre, lo que permitirá adelantar el ingreso de la cosecha. Otro
factor a atender en Brasil es la evolución del dólar, que el pasado jueves
registró un fuerte salto ante los ruidos de la escena política, según informa
Blasina y Asociados. Un dólar más alto hace más atractivos los precios en
reales de la soja y eso incentiva la venta de la oleaginosa, lo que a su vez le
pega a las primas. De esta manera, aumenta el descuento entre los precios
regionales y los futuros en Chicago.
Para el trigo, Rabobank manejó un valor sobre el último
trimestre de 2017 en U$S 169 por tonelada, un precio superior al actual en
Chicago aunque levemente por debajo de lo que marcan los futuros para el cierre
del año próximo. “Un shock relevante de producción en al menos dos de las
mayores regiones trigueras se requiere para recortar sustancialmente los stocks
y llevar a un alza en los precios”, indicaron los analistas del banco en su
informe de proyecciones para 2017.
Rabobank prevé una producción mundial de trigo 2017/2018 de
727 millones de toneladas, apenas 1,4% inferior al ciclo anterior. Si bien el
consumo global crecería por noveno año consecutivo, no sería suficiente para
una reducción considerable en los stocks.
Las existencias mundiales de trigo se mantendrían en niveles
cercanos a los 250 millones de toneladas, equivalentes a cerca de cuatro meses
de oferta. El mejor escenario para el último trimestre de 2017 es de U$S 191
por tonelada y el más bajista de U$S 147 por tonelada.
Para la soja, el banco prevé que en la primavera del
hemisferio Norte los precios vuelvan sobre U$S 393 por tonelada, por encima de
la curva de futuros que marca China. Rabobank remarcó que la demanda continuará
firme, alentando los precios con importaciones chinas que se acercarían a los
90 millones de toneladas. “La demanda global por soja se mantiene muy fuerte,
liderada por la expansión de producción de proteína animal y un incremento de
6,6% en la molienda durante los últimos tres años”, señala. TOMADO DE EL
TELEGRAFO DE UY
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