La situación climática y la constante aplicación de
productos agroquímicos en plantaciones de soja han provocado que la
problemática del sector apícola se acentúe en la región y en gran parte del
país. Tan es así que, de acuerdo con lo subrayado a EL TELEGRAFO por el
presidente de la cooperativa Calapis, José Rivero, “la gran mayoría de los
productores terminando el mes de enero, no hemos sacado ni un kilo de miel”.
Aseguró sobre el sector que, hoy en día, “si está negro, es
poco”, porque los precios “son horribles y tenemos una producción que es
escandalosa, da miedo y dan ganas de largar todo”. El titular de la Cooperativa
Agraria de Responsabilidad Suplementada de Apicultores Sanduceros indicó que
sabemos que la soja “recién está comenzando a florecer y se está comenzando a
fumigar, que es uno de los grandes problemas que enfrentamos”.
Aseguró que “si tenemos colmenas cerca de una soja --porque
el país tiene más de un millón de hectáreas plantadas--, con la fumigación las
mata a todas”. El problema que la producción apícola visibiliza es que los
productores, técnicos y empresarios vinculados con el rubro de la soja --pero
fundamentalmente el gobierno-- no han implementado “ponerse de acuerdo con el
productor apícola”.
Entiende que “no es mucho trabajo ponerse de acuerdo,
avisándole que mañana o pasado se va a fumigar y de esta manera nosotros nos
preparamos de otra manera, tapando las colmenas o buscando la forma de que no
se mueran las abejas. Pero esto hoy no se respeta y nadie tiene precaución ni
cuidado del medio ambiente”, aseguró Rivero.
Para el productor, “es mucho más delicado el tema de la
salud de la gente”, porque “los aplicadores no respetan nada y pasan con un
avión o un mosquito por encima de tu casa o al lado y afecta directamente a la
salud que, si vamos al caso, es mucho más importante que las propias abejas”.
Profundizó indicando que “mientras el gobierno siga sin
darle pelota a nada, esto va a seguir sucediendo y no tiene arreglo”. Para
demostrar que desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) no
se está haciendo nada, exhibió ante EL TELEGRAFO una carpeta con denuncias de fumigaciones
y la importante mortandad de colmenas.
Incluso comentó que el año pasado hizo una denuncia de
fumigación en la zona del Aeropuerto “Tydeo Larre Borges”, donde se plantó soja
“calle por medio, cuando hay una ley que dice que está prohibido plantar soja a
300 metros de un centro poblado, y no tuvimos ninguna respuesta”.
“Si tengo que pasarle la denuncia por la cara al ministro
que sea, lo haré”, dijo muy ofuscado el productor, “porque tengo pruebas de que
no se respetaron los 400 metros. La calle, me dijeron desde el ministerio,
tiene más de 300 metros y fue la primera vez que escuché decir que una calle en
Uruguay tiene más de 400 metros”.
Recordó que a poco más de 100 metros de donde se plantó soja
había una casa de familia, con un niño alérgico. “La madre tuvo que salir
corriendo a llevar a la criatura al hospital, porque se le estaba muriendo
porque habían estado echando veneno en esa plantación, que con el viento que se
dirigía hacia la casa. La situación se dio “en menos de media hora entre la aplicación
y la salida de la madre de su casa”, según Rivero.
Consideró como otra falta de respeto la plantación de una
soja por calle Guayabos, pasando el puente sobre el arroyo Sacra. “¡Cómo van a
plantar en una zona que está llena de casas! Realmente no entiendo más nada y
estoy seguro de que en cualquier momento la van a fumigar, por lo que me
pregunto en dónde estamos parados y qué hace el MGAP ante todo esto”.
CLIMA
Señaló que otro gran problema que tienen hoy los productores
es el factor climático. “Las altas temperaturas cercanas a los 40 grados hacen
que la abeja no salga de su colmena”.
Argumentó que en su predio tiene alrededor de cinco
hectáreas de trébol rojo que está “imponente” por el excelente estado de la
pradera, “pero recorriéndolas, no puedo encontrar ninguna abeja, porque no hay
humedad, no hay néctar”.
Las pequeñas empresas y cooperativas, como Calapis, “en gran
parte están pasando por una muy mala situación financiera, porque no está fácil
para nadie en este país”, precisó el titular del emprendimiento sanducero.
“Estamos viviendo en el día a día y en carne propia la
situación de la que Calapis no es ajena”, dijo. Un claro ejemplo para la
cooperativa apícola sanducera es que este año “no vamos a salir a comprar miel
como en otros años, porque no tenemos dinero”. Y sostuvo que “para salir a
competir con las empresas privadas, hay que tener dinero y en Calapis en este
momento no lo tenemos”.
PRECIO
Para ilustrar la delicada situación de precio que hoy
reciben los apicultores, Rivero graficó que desde hace más de seis años, “los
productores estamos vendiendo la miel en el eje promedio de U$S 3, porque en
algún momento se hicieron embarques a U$S 3,40, pero también ese año a U$S
2,70”.
“Hoy por hoy, la miel se está pagando con todos los aumentos
de costos, que se fueron por las nubes, en torno a U$S 1,60 y U$S 1,70”. Y
explicó que, años atrás, “para efectuar la tarea de cosecha llevábamos a una o
dos personas, pero hoy tenemos que hacerlo solos, porque los números no
cierran”.
Además, “vamos a hacer una cosecha en el año, cuando tiempo
atrás hacíamos hasta tres cosechas en el año. Este 2017 haremos una y pobre,
porque ni siquiera sabemos si vamos a cosechar miel”, afirmó. TOMADO DE EL
TELEGRAFO DE UY
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