La lluvia convierte
el desierto de Atacama en un jardín florido
Medio Ambiente
El desierto de Atacama cubierto de flores. | AFP
Las fuertes lluvias que han caído en los últimos meses en el
norte de Chile han vestido de verde el desierto de Atacama, el más árido del
mundo, convirtiéndolo en un jardín florido con una explosión de vegetación y
colores.
El cambio climático está contribuyendo a que el
"Desierto Florido", como lo denominan los chilenos, sea un fenómeno
cada vez más frecuente. Este año se espera que las copiosas precipitaciones lo
iluminen como nunca antes.
Más de 200 especies, la mayoría endémicas, permanecen
agazapadas debajo de la tierra seca durante años para emerger triunfantes
cuando les cae la lluvia.
"Tienen estrategias de supervivencia", dice a la
AFP Gloria Rojas, jefa del área de Botánica del Museo de Historia Natural de
Santiago.
Algunas son simples semillas, otras son bulbos, rizomas,
tubérculos. Otras como la argylia radiata, "es prácticamente un árbol
debajo de la tierra con unos rizomas muy extensos", dice la botánica,
quien espera que este año el fenómeno sea largo porque ha seguido lloviendo en
Atacama.
Desde principios de agosto ha empezado la procesión de
turistas y botánicos para contemplar este espectáculo único, que empieza al
norte de La Serena (unos 500 km al norte de Santiago) a lo largo de 1.600 km
hacia las fronteras peruana y boliviana, aunque el momento álgido de la floración
es a partir de ahora y hasta finales de septiembre.
Ya se aprecian grandes manchas de colores, como el blanco,
el amarillo o el morado, los más típicos.
Hay diversidad de huillis (desde blanco a liliáceo),
añañucas (rosadas-blancas, amarillas y rojas), nolanas (blanca, celeste y
azul), cristarias (lila palido), malvillas (blancas, rosadas y moradas) y
solanáceas.
"Son mantos de colores, hojitas muy pequeñas, que
dependiendo de la cantidad de agua pueden crecer más o menos". Cuando
llueve mucho, como este año, sale bastante pasto vistiendo de verde un paisaje
habitualmente color ocre.
Composiciones florales
A veces, uno se encuentra con auténticas composiciones
florales donde cactus, nolanas -una especie de campana invertida- 'patas de
guanaco' (Cistanthe grandiflora), la flor amarilla de la Argylia radiata, el
'carbonillo' (Cordia decandra), un arbusto de flores grandes y abundantes que
contrastan con su oscuro follaje, y muchas otras especies se convierten en un
festín de belleza y armonía. Dependiendo de si es desierto costero o interior,
las sorpresas pueden ser diferentes, así como la hora del día. En un día
soleado y a mediodía, las flores estarán totalmente abiertas. Si es de mañana,
está nublado o está anocheciendo, es posible que no se vean, advierte Rojas.
Los cerros amarillean gracias, entre otras, a la 'rosita'
Cruckshanksia y la Balbisia pencularis tapiza sobre todo el desierto costero.
"La que es muy especial es la 'garra de león' (Bomarea
ovallei), típica del desierto costero", dice la botánica, quien recuerda
que no todos los "eventos del desierto florido son iguales".
Pero no solo de plantas vive el desierto florido. A la
sombra de esta vegetación exuberante, se pueden encontrar gran variedad de
aves, abejas que vienen a libar el néctar de las flores, lagartijas e insectos.
El desierto de Atacama -el más árido del planeta- tiene un
ancho de 180 km, está encajonado entre la cordillera de los Andes y el océano
Pacífico.
En sus entrañas esconde recursos minerales como el cobre,
del que Chile es el mayor productor del mundo con cerca de un tercio de la
producción, hierro, oro y plata, así como importantes depósitos de boro y
litio, nitrato de sodio y potasio. Tomado de los tiempos de Bolivia
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