El VIH, un virus silencioso que crece en Antioquia
La ONU insta a promover la prueba para detectar el HIV
(siglas en inglés, en español VIH). FOTO SSTOCK
El Sida sigue latente y en aumento. Para frenar su
crecimiento se deben fortalecer los planes de prevención, educación sexual y
promover la prueba de VIH. Diagnóstico oportuno salva vidas. Entre nosotros, en
Colombia, viven 140.000 personas que, estiman investigadores—con datos del
Instituto Nacional de Salud (INS)—están infectadas con el Virus de
Inmunodeficiencia Humana (VIH). La enfermedad puede ser mortal si no se detecta
a tiempo y entra en una fase de Sida. Según ONU ha dejado 41,5 millones de
personas fallecidas en el mundo durante poco más de tres décadas.
El incremento de casos sigue siendo progresivo, tanto en Medellín
como en el país, donde, por ejemplo, el año pasado se les diagnosticó a 1.919
más personas que en 2016, que fueron 11.992, de acuerdo con el INS. Por su
parte, la Secretaría de Salud de Medellín reportó 1.189 casos en 2016, mientras
en 2017 fueron 1.430 (ver gráfico). Y más gravé todavía es el incremento de
2013 a hoy, de 133 %. Para la médica, docente de la universidad CES e
investigadora del Sida, Ángela María Tobón, la situación reviste una alerta,
pues, de acuerdo con sus análisis, plasmados en 48 publicaciones, solo el 60 %
de los infectados son conscientes de esa condición. “Ese 40 %, que es mucho, se
constituye en el nicho principal de la transmisión permanente del virus entre
nosotros. Peor aún, es que de ese 60 % que tenemos conocido, solo el 28 %
recibe tratamiento”, señala.
A tiempo es tratable
La doctora Tobón considera que contrarrestar la propagación
del VIH implica aterrizar conceptos sobre esa epidemia que, subraya, es un
virus que se puede adquirir y nunca desarrollarse como enfermedad, sino ser
portador de él, por poco o mucho tiempo. El Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirido), dice la profesional, es la etapa en la que el virus llega a un
estado que empieza a destruir un grupo de células fundamentales en la defensa
del organismo. “La gente confunde los términos, y son diferentes. Muchas
personas se pueden infectar con el virus y este permanece en el organismo de
una forma latente, pero multiplicándose sin producirle ningún síntoma”, destaca
Tobón explica que esta (el VIH en el organismo sin saber que se tiene) es la
condición más peligrosa, pues no se es consciente de la infección, “pero en ese
tiempo de latencia—que puede ser de 10 años—es posible que lo transmita por sus
secreciones corporales (semen, saliva, sangre, todos sus líquidos)”. Sin haber
identificado la enfermedad, y con las defensas del organismo en sus niveles más
bajos, el paciente comienza a evidenciar síntomas y está expuesto a presentar
infecciones oportunistas (que se aprovechan de que esa persona no se está
defendiendo adecuadamente), por ejemplo toxoplasmosis, tuberculosis o
candidiasis. “Ahí se está en un estado de Sida, y la mortalidad es más alta”,
apunta, y agrega que en la fase del virus y con un tratamiento estricto de
medicamentos y dieta, las personas pueden vivir por muchos años con la
enfermedad controlada.
Infección silenciosa
Según el Ministerio de Salud, en un informe del 2017,
Colombia tiene una epidemia concentrada, es decir, que se presenta,
principalmente, en grupos de alta vulnerabilidad: “trabajadores y trabajadoras
del sexo, y hombres que tienen sexo con hombres”. Sin embargo, Jorge Luis Díaz,
líder investigador de la Fundación Eudes, afirma que esa población vulnerable
ha variado y explica que el 53, 3% del total de los casos del año pasado fue
por una relación heterosexual. Además, añade, del total de los casos de 2017,
79,9% se detectó en hombres y la causa, en un 99%, fue la transmisión sexual. “El 36,7%, entre todos los casos, adquirió el
VIH por la vía homosexual. Eso quiere decir que como esta población es menor
que la heterosexual, la incidencia es mayor”, aclara. En ese sentido, la
doctora Tobón cuestiona que la enfermedad se sigue estigmatizando al ligarla
exclusivamente a los actos sexuales, por lo que, en muchos casos, quien la
tiene prefiere guardar silencio. “Uno de
los grandes errores epidemiológicos y que permitió que el Sida progresara es
que se decía que era solo de homosexuales, entonces las investigaciones se
dirigieron a este grupo, descuidando a los heterosexuales”. Tobón enfatiza que “la infección llegó a las
amas de casa, a su cama, porque los hombres siguen teniendo conducta machista
en cuanto al sexo, y eso es, en algunos casos, tener relaciones extra
matrimoniales, muchas veces sin protección o bajo efectos del alcohol”.
Déficit de
diagnósticos
Otro de los retos en Colombia para el tratamiento del VIH y
Sida es el de los diagnósticos, que aún no cumplen con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible, cuya meta es lograr 90 % de detecciones del total de
casos. Según Luz Marina Peláez, líder de Salud Sexual y Reproductiva de la
Secretaría de Salud de Medellín, si bien tanto en el país como en la ciudad
cada día se hacen más diagnósticos de VIH, este procedimiento apenas va en 69 %
de lo esperado. La funcionaria cree que
el trabajo está en fortalecer las campañas para que la gente acceda a hacerse
al prueba de VIH, lo que depende de la asesoría de los médicos en centros de
salud y hospitales. “Cada vez se hace
más el diagnóstico, porque hay menos temor a la infección y más campañas de
prevención y promoción”, anota y aclara que en la red pública la prueba es
gratuita. Peláez considera que la estrategia en Medellín para frenar el
incremento de casos de VIH está en educación sexual desarrollada a grupos
poblacionales en riesgo. “La directriz
es que en todas las instituciones educativas se hable de sexualidad y
construcción de ciudadanía. En los hogares también hay que hablar del tema, y,
sobre todo, del uso del preservativo, que es tan necesario como lavarse los
dientes y las manos. Si hay buenas bases disminuiremos las cifras”, asevera. Aunque, según Peláez, no existe certeza de
una cifra de personas que hoy viven con la enfermedad en Medellín, debido a los
subregistros, la funcionara estima en 14.000 los infectados en la ciudad.
Incremento en
Antioquia
El Sida también muestra una tendencia al aumento en
municipios del departamento con menos de 500.000 habitantes. Según la Dirección
Seccional de Salud, mientras que en 2013 hubo 1.163 diagnósticos de VIH, en 2017
fueron 2.410, un 107 % de incremento en cuatro años. Carlos Mario Montoya, secretario de Salud de
Antioquia, explica que las cinco tasas más altas durante 2017 se presentaron en
Caracolí, Montebello, Sabaneta, La Pintada y Olaya con 88; 84; 82,7; 77,5 y
60,4 casos por 100.000 habitantes, respectivamente. “El VIH no tiene síntomas, por ello la única
manera de saber si se está infectado es realizándose la prueba de VIH. El
diagnóstico y tratamiento para esta enfermedad, son gratuitos”, acota Montoya. En ese sentido, la funcionaria Peláez,
destaca que el Sida es una realidad y vive entre nosotros. Reitera que la mejor
arma para combatirlo es la desestigmatización de la situación y tener en cuenta
simples síntomas como fiebres recurrentes, pérdidas de peso, y cuadros de
diarrea que mejoran y desaparecen. La prueba, llamada presuntiva, es practicada
en hospitales, y la persona que desee hacérsela tan solo tiene que advertir una
sospecha. No tiene costo.
“También es oportuna una prueba cuando se tuvo una relación
sexual sin preservativo. Detectar la enfermedad en una fase inicial es tratable
y garantiza muchos años de vida, solo con tomar una o máximo tres pastillas
diarias”, concluye.
LA MICROHISTORIA: “TEMÍ
A LA PRUEBA Y QUEDÉ CIEGO”
A los 51 años de edad sigue aferrado a la vida. Este hombre,
que pidió la reserva de su nombre, dice tener grandes razones para vivir, a
pesar de haber quedado ciego, hace 7 años, como consecuencia del Sida.
“Puedo respirar, escuchar. Disfruto cada día como si fuera
el último”, cuenta, desde un hogar de la fundación Eudes. Relata que en 2010 le
descubrieron la infección tras consultar por una artrosis de cadera.
“Sospechaba tener la enfermedad, porque había sido descuidado. Temía a la
prueba. Me daba miedo que lo confirmaran, y cuando me la diagnosticaron ya era
tarde y quedé ciego”, relata.
INFORME
EL 90 - 90 - 90: ESTRATEGIA CONTRA EL VIH
VÍCTOR ANDRÉS ÁLVAREZ
La primera entrevista que hice, a los 8 años de edad y con
la ayuda de mi padre, fue al futbolista Andrés Escobar. Desde ese día no he
dejado de hacer preguntas, ni de amar el periodismo. Soy egresado de la
Universidad de Medellín. / TOMADO DE EL COLOMBIANO
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