Por qué la pobreza
podría aumentar en los próximos meses?
El aumento de tarifas y una menor demanda de empleo podrían
agrandar el grupo de personas bajo la línea de pobreza entre dos y tres puntos
porcentuales, proyecta Agustín Salvia (ODSA) Fuente: LA NACION - Crédito:
Fernando Gutierrez
El escenario proyectado de traslado de la devaluación
a precios , aumento de
tarifas y economía estancada golpeará en los próximos meses a los
sectores menos favorecidos. Los especialistas coinciden en que las próximas
mediciones de pobreza ,
las que reflejen los datos del primer semestre de 2018, no darán buenas
noticias.
Un movimiento de dos o tres puntos porcentuales significa
centenares de miles -y hasta más de un millón- de personas que no llegan a
pagar alimentos y otros bienes y servicios básicos como la electricidad o el
transporte. Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la
Universidad Católica Argentina (UCA), detalló los motivos detrás de las proyecciones.
Aumento de tarifas
Trenes y colectivos, gas, electricidad. El aumento de
tarifas es el factor que se refleja más patente en la medición de
pobreza. La Canasta Básica Total (CBT), aquel conjunto de bienes y servicios al
que debería poder acceder una persona para no ser considerada pobre, incluye
varios de los elementos que serán considerablemente más caros.
Salvia explica que, aun así, el impacto del aumento de
tarifas "no estará bien reflejado en la CBT" porque, cuando el Indec
actualizó la medición de la pobreza en 2016 utilizó como punto de partida los
gastos de los hogares de clase media baja de principios de la década del 2000,
cuando todavía los precios de los servicios estaban planchados y no requerían
un mayor esfuerzo del bolsillo.
Mayor inflación
Además del peso de las tarifas, es probable que en la
inflación de los próximos meses se vean reflejadas las consecuencias de
la corrida
cambiaria en mayo pasado, conaumentos
en alimentos como la harina. Quienes más lo notarán, dice Salvia, son
las personas que están más cerca de la línea de pobreza: "Los ingresos
mensuales ya no alcanzan para comprar las mismas cosas, y la priorización del
gasto para pagar servicios básicos hará que se dejen de lado otros bienes donde
la demanda responde más a precio", explica.
El investigador aclara que la pérdida de poder adquisitivo
por el aumento de los alimentos y de los servicios se traducirá en menos
trabajo para los sectores informales, aquellos que incluyen micropymes y
pequeños comercios, entre otros.
Menor demanda en el mercado interno
"Todos los pequeños talleres, pizzerías y quioscos que
constituyen una economía de subsistencia para que la gente no caiga en la
indigencia tendrán una menor demanda, por las clases medias y bajas tendrán
menos dinero para gastar en bienes de ese tipo, y allí también se resentirá el
trabajo", detalla, y agrega que también se contraerá la demanda de
servicios para el hogar, como jardinería o reparaciones.
Los sectores de mano de obra intensiva como la construcción
no traccionarán hacia abajo porque "no están en shock recesivo",
puntualiza. Sin embargo, si antes actuaron como impulsores
del empleo para que más personas salieran de la pobreza -como en el
caso de la
medición anual que se difundió a inicios de este año- ahora no tendrán
más ese papel: "Este componente se va a mantener constante o con cierto
deterioro", predice Salvia.
Grupos de riesgo
Salvia indica que el indicador más inestable en los meses
próximos será el de la pobreza, porque la indigencia está contenida por los
programas sociales, que tienen una actualización sistemática. No aumentará el
número de indigentes, predice, pero los que ya están dentro de ese grupo
vivirán en peores condiciones.
El investigador imagina un escenario en el que el
crecimiento de 2019 sea de entre el tres y el cuatro por ciento. Si eso ocurre,
apunta, hay dos grupos que hay que mirar. El primero es la población que está
muy cerca de la línea de pobreza, que es el que mueve las estadísticas en dos o
tres puntos porcentuales según haya o no demanda de empleo. Probablemente este
conjunto de personas deje de ser pobre, apunta.
Luego, hay un cuarto de la población argentina que está en
situación de pobreza estructural que se cristaliza cada vez más y para el que los
ciclos económicos de bonanza no son suficientes, aclara Salvia. "En estos
hogares se profundizan las marginalidades con cada crisis, pero no se alivia la
pobreza porque no hay empleo regular ni capacidad de ahorro. Sobreviven, de
mejor o peor manera", concluye.
Por: Sofía Terrile
// TOMADO DE LA NACION DE A R
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