China se compromete en las COPs respecto del Cambio
Climático y
En el orden interno sigue su política de Extraer CARBON y
CONTAMINAR
JINCHENG, China — La postura un poco incierta de Estados
Unidos frente al calentamiento global durante la administración entrante de
Donald Trump ha dado a China un papel de liderazgo en la lucha para detener el
cambio climático. China ha invitado a Estados Unidos a reconocer los datos
científicos serios y a trabajar con el resto de los países para reducir la
dependencia de los combustibles contaminantes como el carbón y el petróleo.
Sin embargo, hay un problema: incluso mientras hace estas
afirmaciones, China está peleando por extraer y quemar más carbón.
La falta de reservas y las preocupaciones por los apagones
eléctricos están llevando a las autoridades chinas a revertir los frenos que
alguna vez implementaron para reducir la producción de carbón. Las minas se
están reabriendo. Los mineros son atraídos con cheques cada vez más jugosos.
La respuesta de China ante la falta de carbón muestra cuán
difícil será erradicar la dependencia a este producto. Además esto dificulta,
para China y para el mundo, el cumplimiento de los objetivos en cuestión de
emisiones, ya que el carbón chino es la fuente más grande de emisiones de
carbono
producidas por actividades humanas.
Entre los observadores de China, este inesperado giro
también ha generado preguntas acerca del destino del actual grupo de estrategas
económicos de China.
Aquí en Jincheng, una ciudad llena de esmog en la zona
carbonera de China, este cambio radical ha provocado un constante ir y venir de
actividades. Una de estas tardes, algunos trenes se detuvieron para dar paso a
dos locomotoras eléctricas; sus hornos resoplaban mientras tiraban más de 50
vagones de tolva de carbón vacíos, listos para llenarse. Actualmente, los
grandes camiones que cargan carbón hacen una fila de casi un kilómetro.
Allan Zhang, un eléctrico que trabaja en una de las minas
aquí, explicó que su jefe le había aumentado la paga mensual casi 50 por ciento
desde el verano.
Hace dos años llegó “el otoño del carbón; y 2015, así como
los principios de este año fueron el invierno del carbón. Ahora es la primavera
del carbón”, aseveró Zhang.
El carbón aún genera casi tres cuartas partes de la
electricidad en China, a pesar de los ambiciosos proyectos de represas
hidroeléctricas y del programa más grande del mundo para instalar páneles
solares y construir turbinas de viento. El uso del carbón en China también
genera más emisiones que
todo el petróleo, el carbón y el gas que se consume en
Estados Unidos.
Preocupada por la contaminación y porque el nivel del mar
sube cada vez más, China promovió en los últimos meses el control del uso del
carbón. La producción de este cayó tres por ciento el año pasado en parte
gracias a este esfuerzo, pero también como un indicio de la reducción en el
crecimiento económico, así como del cambio gradual en la economía china, que se
acerca a un consumo estilo estadounidense y se aleja de las exportaciones de la
manufactura pesada.
Esto animó a la Agencia Internacional de la Energía a dar
una revaloración optimista: el uso de carbón chino alcanzó su pico máximo en
2013 y ahora irá en descenso.
El revés de China ahora provoca escepticismo. “Aún faltan
picos por conquistar”, declaró Xizhou Zhou, director de análisis de gas y
energía de Asia y el Pacífico en IHS Energy, un grupo consultor internacional.
“Todavía va a crecer”.
IHS Energy pronostica que la demanda china de carbón no
alcanzará sus números más altos sino
hasta 2026.
En el ámbito de la política, China sostiene que sigue
comprometida con los esfuerzos internacionales para detener el cambio
climático. Cuando las autoridades medio ambientales de todo el mundo se
reunieron este mes en Marrakech, Marruecos, a hablar sobre el tema, Xie
Zhenhua, el representante de la delegación de China, lanzó una indirecta a
Trump al asegurar: “Un líder sabio seguirá esta tendencia mundial e histórica”.
Pero en las últimas semanas, China cambió su curso. Detuvo
la mayor parte del comercio de carbono en los mercados de materias primas y
animó a las minas estatales a firmar contratos a largo plazo a precios bajos
con centrales eléctricas. Este mes, la Comisión Nacional de Desarrollo y
Reforma aumentó a 330 el número de días que las minas pueden operar al año.
Los residentes en los pueblos mineros están encantados. Una
avenida aquí en Jincheng está tapizada de carteles, todos con el mismo mensaje
optimista: “Los precios del carbón van al alza y los mineros sonríen”. TOMADO
DE FACE DE MIGUEL REMENTERIA
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