miércoles, 21 de diciembre de 2016

ERRADICAR LA DESIGUALDAD Y POBREZA INFANTIL un objetivo que debería ser prioritario

 Erradicar la desigualdad y pobreza infantil
En las últimas dos décadas los avances económicos, culturales y sociales en América Latina y el Caribe han impactado positivamente en el bienestar de la población infantil y han permitido la creación de mejores condiciones institucionales para que el ejercicio y el disfrute de los derechos de niñas, niños y adolescentes sean una posibilidad cierta.
María Cristina Perceval Directora de Unicef para América Latina y el Caribe
Ejemplo de ello es que, en ese tiempo, la región logró disminuir en un 67% la mortalidad de niños y niñas menores de 5 años, o que actualmente el 94% tenga registrado su nacimiento. Asimismo, es un dato alentador el que hoy, en todos los países, más niños y niñas que hace diez años asisten a la escuela.
Sin embargo, 3.6 millones de niños y niñas con edad de asistir a la escuela primaria no lo hacen, o mejor, no han sido generadas las oportunidades y condiciones para que lo puedan hacer. Esto pone en evidencia que son muchos los retos pendientes que nos desafían a seguir trabajando sin descanso por sociedades más justas, inclusivas y dignas. Aquí, en la región más desi-gual del mundo, en la que 70 millones de los 195 millones de niños y niñas actualmente viven en la pobreza y 28.3 millones se encuentran en situación de pobreza extrema. La infancia está en peligro. Debemos cambiar.
Debemos comprender y asumir que la desigualdad no es inevitable, como no es inevitable que 7 de cada 10 niños y niñas con discapacidad no asistan a la escuela en América Latina y el Caribe.
Superar la desigualdad exige que todos seamos protagonistas del cambio. Los Estados, en tanto, es su deber inexcusable; el sector privado, por cuanto es una responsabilidad irrenunciable; y las sociedades, porque es un anhelo impostergable. Los niños y niñas, porque tienen pleno derecho a que sus voces y anhelos sean escuchados y tomados en cuenta. Estas cifras que nos pueden resonar éticamente inaceptables, sin embargo, nos deben resultar política, económica, cultural y socialmente intolerables ya que dan cuenta de una contundente violación de los derechos humanos de miles de niños, niñas y adolescentes.
Una región en la que todos los Estados que la integran han ratificado la Convención de los Derechos del Niño y, por ende, han asumido la indelegable responsabilidad soberana de que progresivamente y sin excusas, universalmente y sin discriminaciones, los derechos de todos los niños y niñas deben ser honrados, cumplidos, protegidos, garantizados.
Desde Unicef, al cumplir nuestros primeros 70 años y en el marco de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, hacemos un llamado a la acción: superar la desigualdad, erradicando la pobreza infantil en América Latina y el Caribe. En Unicef estamos convencidos de que una región más igualitaria y sin pobreza infantil es posible. Sin embargo, no podremos erradicar la pobreza infantil si, como sucede hoy, la inversión pública en la infancia sigue siendo en promedio un 5% del PBI.

Por el trabajo que hemos realizado juntos estos 70 años, ¡gracias! Por el que hace falta hacer, ¡aquí estamos! TOMADO DE EL PERUANO 

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