NAUFRAGÓ PROYECTO PARA SALVAR LA NAVEGABILIDAD DEL MAGDALENA
El proyecto que buscaba la navegabilidad del río Magdalena
pretendía realizar grandes obras de ingeniería entre La Dorada y
Barrancabermeja. En la zona había expectativa por el anuncio de
contratación de
mano de obra local. FOTO cortesía navelena
El proyecto que buscaba la navegabilidad del río Magdalena
pretendía realizar grandes obras de ingeniería entre La Dorada y
Barrancabermeja. En la zona había expectativa por el anuncio de contratación de
mano de obra local. FOTO CORTESÍA NAVELENA
Se espera que en un año este lista la nueva licitación que
también se haría a través de una APP. Los gremios están a la expectativa. Hay 40.000
millones para el dragado durante este año.
Tras declararse ayer la caducidad del contrato de
navegabilidad del río Magdalena, en el que el Gobierno trabaja desde hace tres
años, los escenarios para buscar su recuperación no son alentadores. Aunque el
Gobierno seguirá con las obras de dragado, un nuevo proyecto puede tardarse en
estructurarse y en adjudicarse un par de años. Otro escenario que contemplan
los expertos es que se archive indefinidamente el sueño de ver navegable el
río. Cormagdalena además multó a Navelena con 55.000 millones de pesos por no
cumplir con el cierre.
Sin embargo, aún hay un camino para Navelena y es que a raíz
de la caducidad del contrato por parte de Cormagdalena, el consorcio apeló esta
decisión, por lo que tendrá hasta el 3 de abril para salvar la ejecución del
proyecto, de lo contrario se ratifica la caducidad.
Luis Fernando Andrade, director encargado de Cormagdalena,
informó que lo que sigue de manera inmediata para el río Magdalena son dos
pasos: uno, garantizar el dragado a través del Invías y dos, realizar un nuevo
contrato de Alianza Público Privada, APP. No obstante, este nuevo contrato solo
estaría listo a principios del próximo año.
“El Invías hizo un acuerdo con nosotros para mantener el
dragado y la profundidad del río Magdalena entre el puente Pumarejo y el mar.
Además, hicimos un acuerdo con Ecopetrol para realizar dragado entre la zona de
Pinillos y Barrancabermeja que es la zona de circulación más importante para
Ecopetrol. Además, Cormagdalena asumirá cualquier otro problema que se nos
pueda presentar”, dijo Andrade.
Frente a los recursos que se necesitarán para mantener las
condiciones de navegabilidad dijo que se tienen 40.000 millones de pesos.
Pero entonces, ¿qué sigue? ¿qué pasará con el sueño de
llevarle el desarrollo a los municipios ribereños? ¿qué pasará con la
proyección de mover 6 millones de toneladas al año?
El proyecto que no fue
El tiempo del contrato de navegabilidad del río Magdalena,
el cual se estructuró como una Alianza Público Privada, APP, comenzó a correr
desde agosto de 2014 cuando el presidente Juan Manuel Santos firmó el acta del
inicio de dicho contrato. El proyecto duró cerca de 2 años y siete meses
tratando de arrancar. En su discurso de aquel día, Santos soñó con unas obras
que, según él y el mismo contrato, desde mediados de 2016 tendrían que haber
empezado su etapa de construcción.
El presidente dijo entonces: “en un año (2015) vamos a ver
el 60 % de la navegabilidad completada. En un año (2015) estarán habilitados
650 kilómetros. Se movilizarán 8.200 toneladas entre Barranca y Barranquilla, y
Barranca y La Dorada. En dos años (2016) se movilizarán 6 millones y en 5 años
10 millones de toneladas”.
Sin embargo, en estos meses las obras no avanzaron. Aunque
Navelena realizó el mantenimiento del río y logró garantizar la navegabilidad,
aun en tiempos de sequía, las obras de encauzamiento se quedaron en el papel.
Y es que, específicamente, el contrato se atrancó en el
cierre financiero luego de que estallara el escándalo de Odebrecht. En mayo de
2016 la multinacional brasileña decidió ceder su parte accionaria y empezó el
largo camino para buscar financiación. Sin embargo, el 16 de diciembre del año
pasado, Navelena presentó el recurso financiero respaldado por el banco
Sumitomo de Japón al prestar 250 millones de dólares y se dio por hecho que
estaba listo el cierre financiero. Pero la dicha duró poco y en enero de este
año el banco japonés se retiró por el supuesto pago de sobornos de Odebecht
para la ejecución de obras. Ante los constantes incumplimientos para lograr la
financiación, Cormagdalena tomó la decisión de declarar la caducidad el
contrato con Navelena.
A la espera
Augusto García, exdirector de Cormagdalena y encargado de la
estructuración del proyecto de navegabilidad que ayer se archivó, le dijo a El
COLOMBIANO que Cormagdalena no tenía alternativa, pues el contratista no
cumplió con una de las obligaciones principales, obtener los recursos de
crédito para lograr el cierre financiero. “Ojalá me equivoque, pero creo que
los colombianos tendrán que esperar muchos años para poder ver al río Magdalena
navegable”.
Agregó que en caso de una nueva licitación no entiende de
dónde se sacarán los recursos ya que “en la adición presupuestal por 6 billones
presentada por el presidente Santos al Congreso en estos días, no hay un solo
peso para esta obra. Mire, el mismo proyecto que yo adjudique, debe ser
incrementado en 600.000 millones de pesos y este dinero no lo tiene
Cormagdalena”.
García dijo que frente a la decisión de declarar la
caducidad sintió, en lo personal, que perdió tres años de su vida. “Estoy
convencido que elaboramos un muy buen contrato, pero desafortunadamente, el
socio mayoritario de la empresa a la que se le adjudicó el contrato, no
demostró la conducta que esperábamos”, dijo.
Carlos Rosado, director ejecutivo de la Cámara Colombiana de
la Infraestructura, seccional norte, dijo que la caducidad representa una
oportunidad para mejorar las condiciones del canal de acceso. Sin embargo
subrayó que el nuevo contrato debe darse en la mayor brevedad. “En este momento
hay que tomar acciones inmediatas para atender los problemas que hay no solo en
el canal de acceso a Barranquilla sino la navegabilidad hacia el interior del país,
pues veo con buenos ojos que un contrato que consideramos fallido pueda cambiar
el rumbo y tener un buen resultado”.
Agregó que dada la caducidad, espera que el Gobierno
adelante mesas de trabajo para que la estructuración de un nuevo contrato
cumpla con las expectativas tanto de los portuarios como de los navieros.
Entretanto, el senador barranquillero José David Name dijo
que esta caducidad era previsible y advierte que está ajustada a la ley. “Este
proyecto representa una nueva frustración para los colombianos; este es el
naufragio de una de las promesas bandera del presidente Santos, el retraso de
una obra que es vital para el desarrollo económico y social del país. Yo me
pregunto: ¿De qué nos sirve modernizar las vías si el gran soporte del transporte
multimodal agoniza?”, dijo.
El congresista tampoco es optimista y aseguró que un
proyecto del alcance de este que ayer se caducó, es difícil que el país vuelva
a tenerlo. “Al paso que vamos, el país tiene que valerse de una navegabilidad
en estado de emergencia permanente. Hay 40.000 millones para trabajos de
dragado, pero eso es un simple contentillo porque los requerimientos superan 5
veces ese valor”.
¿Y el canal de acceso?
Al tema contractual, se le sumó esta semana el llamado
urgente de las autoridades regionales del Atlántico quienes advirtieron de la
emergencia en el que está el canal de acceso a Barranquilla ya que no ha sido
posible su dragado. Por eso se ha pedido declarar la calamidad pública.
René Puche, presidente de la Sociedad Portuaria regional
Barranquilla, manifestó que lo más importante fue que se tomó una decisión
definitiva con respecto a Navelena porque hay necesidades puntuales que
mientras el contrato ha estado en el limbo, no han podido solucionar como lo es
el dragado del canal de acceso.
“La situación nuestra es compleja porque mientras el río
Magdalena este concesionado no puede haber otra empresa pública o privada que
pueda intervenirlo, por eso se ha pedido declarar la calamidad”, expresó.
Dijo que espera que el Gobierno atienda la solicitud de
incluir el canal de acceso en un nuevo contrato, ya que han venido solicitando
la posibilidad de profundizar el canal de acceso a 15 metros y su ampliación de
150 a 300 metros en todo el canal, “con el fin de mantenernos competitivos con otras
zonas portuarias del país e impulsar la competitividad de Barranquilla como
zona portuaria”.
“LE DIMOS LA ESPALDA
AL RÍO”
Andrés Castellanos, profesor de la escuela de negocios la
Universidad del Norte de Barranquilla, indicó que la decisión de caducidad lo
que hace es retrasar todas las metas de exportación. “Con esta decisión se
muere la reactivación del Magdalena. Para que un país sea dinámico debe
promover la movilidad de todo tipo de cargas y sobre todo aquellas que son
industriales y agro industriales y nuestro país le dio la espalda al río
totalmente. El país viene desde hace 12 años luchando por la reactivación de la
movilidad de cargas por el río, pero la realidad es que hay intereses
encontrados. Cormagdalena es una entidad muy burocratizada y politizada y por
eso es difícil que ponga a trabajar un río Magdalena. Esta decision de
caducidad nos lleva al atraso porque es volver a entrar a una licitación y eso
toma unos 5 años”.
MARÍA VICTORIA CORREA ESCOBAR Soy periodista y candidata a
máster en Humanidades. Me gusta el periodismo que se hace caminando. El Chocó,
la infraestructura y el vallenato son mi ruta. Tomado de el colombiano
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